viernes, 9 de octubre de 2020

“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”

 


“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”

"¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!" Esta fue la gran frase que dijo el apóstol Santo Tomás cuando vio por primera vez a Jesús resucitado.

Su incredulidad y el haber estado ausente en la primera manifestación de Jesús resucitado a los otros apóstoles y mujeres, le hacía dudar de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Dios encarnado. Decía “si no lo veo y lo toco, no lo creo”.

Pero el amor entrañable que le tenía a Jesucristo le hizo pronunciar esta frase SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO. Y como premio, ya después de esa confesión, Jesús le dice que acerque su mano y le toque en las llagas de su cuerpo glorioso y resucitado.

Frase que será eterna, y que, tantas y tantos, repetimos diariamente.

"¡La fe es la iluminación del alma y del cuerpo!"

“¡Sin fe no se puede ver y sentir el amor a Dios y a los demás!”

“¡¡¡Por ese amor infinito de Padre Dios que nos hizo sus hijos!!!”

“¡Esa Paternidad de Dios nos hace a todos los seres humanos hermanos!”

“¡Todas y todos tenemos el mismo Padre, por lo que todas y todos somos hermanos!”

"¡LA HERMANDAD DEL SER HUMANO ES INCUESTIONABLE!"

No tratarnos como hermanos es una aberración creada por el hombre para diferenciarnos.

Hay quién se cree superior, y con ello se rebaja a la categoría de irracional.

"¡La irracionalidad es el apelativo de los que se creen mejor que los demás!"

Hemos nacido como hermanos, y moriremos como hermanos.

Quien diga lo contrario está ciego a la mayor realidad.

"SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO" lo debemos repetir constantemente, para amar y adorar a quien nos creó y nos dio la vida.

Quién no crea en esta verdad y realidad, vive en la inopia en la tierra. Y ojalá lo pueda remediar en la eternidad por sus obras buenas ante Dios.

¿Cómo reaccionará en el momento de la muerte al encontrarse de frente con la bondad y misericordia infinita, belleza infinita y verdad trascendental?

Esa bondad y misericordia infinita lo juzgará. A todos nos juzgará. Seamos o no creyentes. A todos nos ha dado la vida para merecer el juicio que nos abra el cielo.

"¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!" Dame el descanso eterno en Tu contemplación, que eso es, para mí, el cielo prometido.

“¡LA FRATERNIDAD HUMANA ES, Y LO SERÁ, SE CREA O NO SE CREA!”

"¡Bienaventurados sean los que creen, los que incluso sin haber visto creen!"

 

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