“¡LA UNIDAD!”

“¡LA UNIDAD!”

La unidad es la medida de todo, también de los valores y creencias morales, éticas o religiosas.

La unidad es un bien que debemos pedir cada segundo de la vida.

Todo lo de que tiene valor o es de valor, si se divide, se rompe: se parte en pedazos que luego son un estorbo, sobras que molestan y estorban.

“¡La unidad es un bien de suma necesidad!”

“Todo reino dividido contra si no permanecerá, toda casa o ciudad dividida contra si no se mantendrá”. Necesitan la unidad.

La unión, cooperación y la honestaparticipación en la unidad de los ciudadanos fortalece la ciudad y la nación, y más todavía si se trata de un reino.

Un reino dividido es un mal que hay que evitar para no sufrir los daños que afectarán más a quien menos han tenido culpa y reciben ese mal de forma normal, pero no natural.

La unidad es la solución para todo lo que forme un conjunto de hechos, seres y deberes: si no están unidos, se dividen y lo que era felicidad se convierte en infelicidad.

Santo Tomás, en la Suma Teológica, enseña: “lo uno no se opone a lo múltiple, sino a la división, y la multitud tampoco excluye la unidad; lo que excluye es la división de cada cosa en sus componentes”.

La unidad no se opone a la variedad de caracteres, de razas, de modos de ser y de pensar, de creer y sentir…

Hay quien habla de unidad y divide con la guerra, con el único fin de ganar dinero y poder.

“¡La unidad debe estar ligada a tratar de ser cada vez mejores, por estar cada vez más unidos para compartir la felicidad y la libertad!”

“¡La falta de unidad es la división, y con ello se camina hacia la destrucción!”

“Divide y vencerás”.

La unidad debe ser en todo, comenzando por la ayuda y terminando por la felicidad y la libertad.

La desunión, la falta de la honesta unión y participación, el pasotismo son males que arrastran a males incontables.

“¡Sin unidad en la unión no hay solución!”.

“¡Sin la unidad todo es división!”