martes, 31 de diciembre de 2013

“A LA HUMANIDAD”


“A LA HUMANIDAD


Mi último escrito de 2013, con la ilusionada y esperanza en la bondad, inteligencia y amor al ser y del ser humano y a la Naturaleza.


Rezo para que cuidemos a Nuestro Planeta Tierra y logremos que vuelva a ser nuestro hábitat natural.
Tenemos que comenzar por creer que existen unas fuerzas poderosas, a las que denomino poder económico perverso. Nos han convertidos en esclavos. Y lo han hecho con alevosía.
Necesitamos un mayoritario activismo cívico, honesto y educado, pero contundente.
El cambio climático no espera. El calentamiento global puede que haya llegado a un punto de no retorno.
Las catástrofes de origen natural están avisando constantemente y con gritos de muerte ¡Pregúntenselo a las Filipinas!
El crecimiento incontrolado y el consumismo están en el origen de la explotación incontrolada de los recursos naturales. De ahí derivan nuestros males.
Un grito humano, fuerte y profundo, debería resonar en todos los rincones del Planeta. Un grito que exija la aplicación inmediata de medidas correctoras. Los Polos se derriten. Los mares cada vez son más ácidos. El dióxido de carbono en la atmósfera aumenta.
Nuevas centrales eléctricas de carbón, de petróleo; el aumento de vehículos en circulación, cada vez a mayores  velocidades con el mayor consumo; y el pecado de lesa humanidad de la falta urgente de promoción, investigación e instalaciones de energías renovables (las mil y unas que hay).
Todo ello lo sabemos ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué somos esclavos? Y lo permitimos. (Yo no lo quiero).
Han conseguido engañarnos. Primero, que negáramos los hechos. Y luego nos han confundido, porque nos han dividido.
A la codicia de poder económico perverso, se ha añadido la venalidad de algunos administradores de los bienes de la comunidad. Con la desgracia de que no hay una mayoritaria sociedad civil honesta que impulse, desarrolle y exija su comportamiento, para cambiar este signo negativo y destructivo por una humanidad libre y feliz.
La historia siempre juzga. Y la Naturaleza, nuestro hábitat natural, es destructible.

domingo, 29 de diciembre de 2013

MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA.
Feliz Año Nuevo, con amor.


“Quién quiere al ser humano: da su vida, sin pedir nada a cambio”

viernes, 27 de diciembre de 2013

¿SEÑOR: DAME CAPACIDAD DE ASOMBRO?


¿SEÑOR: DAME CAPACIDAD DE ASOMBRO?

La falta de capacidad de asombro, desnivela todo nivel. Y aplana, como abaja la ética y a la propia religiosidad.
Sin asombro hay hambre y miseria moral y material. También muerte
¿Dame, Señor, capacidad de asombro?
No puedo dar por bueno lo que es malo. ¡Y si lo apoyo, por falta de asombro, lo elevo y soy moralmente responsable!
Tenemos que estar continuamente asombrándonos del mal que se reparte a diestra y siniestras. No nos podemos quedar impávidos, como si no fuese con nosotros o no nos importase.
Quien pierda por materialismo la capacidad de asombro camina hacia el abismo de la maldad.
Tendríamos que estar asombrados de comprobar que somos esclavos, y lo admitimos, ya sea por activa como por pasiva.
¡Hay quien presume de libertad! ¿Cuál?
¿Cómo nos vamos a asombrar si no nos han educado? No se suele aprender de mayor. De aprenderlo de mayor, habría que ser grande en los sentimientos. Que ellos puedan a la ignorancia y a la insensibilidad.
¡Dame Señor capacidad de asombro para poder tener felicidad y libertad! Y repartiéndolas con honesta participación crearemos el mundo para el que hemos nacido, y no el que vivimos.





martes, 24 de diciembre de 2013

“NO SOMOS DUEÑOS DE LOS BIENES, SINO ADMINISTRADORES”


“NO SOMOS DUEÑOS DE LOS BIENES, SINO ADMINISTRADORES”

El lujo a todos los niveles, - entendido como abuso de los bienes -, hace olvidar a Padre Dios y  a todo lo demás, incluido al ser humano.
Todos los bienes, incluso el empleo, deben servir para hacer el bien al prójimo, ganarse el sustento y vida eterna.
No somos dueños de los bienes, solo somos administradores.
No basta con no oprimir con los bienes. El pecado mayor es no tener en cuenta a los demás en sus necesidades. El no considerar su dignidad en cuanta que son personas.
Ese pecado se llama egoísmo, y es consecuencia de la no utilización de los bienes en el bien de los demás, sino en el propio, con exclusión de vecino.
Se peca cuando se conocen las necesidades y se no ayuda, o no se comparte.
Al hablar de la parábola del rico Epulón y del pobre Lázaro, san Agustín dice: “La pobreza no condujo a Lázaro al Cielo, sino su humildad; y las riquezas no impidieron al rico entrar en el eterno descanso, sino su egoísmo y su infidelidad”.
Por favor: ¡Mucho ojo! ¡Nunca tratar a las personas como cosas! Algunos lo hacen, y consideran que las personas no tienen valor. Son objetos sin valor.
No olvidemos nunca que también son bienes: el afecto, la compresión, la amistad, la vecindad, la cordialidad, la educación, cualquier palabra de aliento.
Ahora tenemos el tiempo de merecer. “Es mejor dar que recibir”.
La avaricia suele ser la raíz de muchos males.
Todos, creyentes o no, estamos llamados a ser levadura que transformen las realidades de este mundo, en hechos de santidad. Para ello nos ayudará el desprendimiento.
Los creyentes sabemos que la salvación no está en los medios materiales - por muy importantes que sean -, sino en ordenar la vida siguiendo los deseos de Padre Dios.
La generosidad, nos ayudará a desprendernos de todas esas gabelas que acarrean la desordenada tenencia de dinero y de poder, y disminuirá nuestro egoísmo, el apego a los bienes materiales, permitiéndonos ser solidarios con los necesitados, lo sean de bienes materiales como espirituales.
San Pablo aconsejaba a los primeros cristianos: No os acomodéis a este mundo…
Con el corazón en los bienes materiales es muy difícil ver las necesidades de los demás, y más difícil socorrerlas.
Nadie debe abstraerse ante la ola de materialismo deshonesto, y menos dejarnos atrapar por el sentido rentable de la vida.
No somos dueños, sólo administradores.
Se sea rico o pobre: ¿Usted que hace con sus bienes?









domingo, 22 de diciembre de 2013

DESEAR Y ROGAR FELICIDADES


DESEAR Y ROGAR FELICIDADES


Quizá deberíamos reflexionar en estos días  y preguntarnos: ¿Qué estoy haciendo y qué me están haciendo con respecto a mi felicidad y mi libertad? Singularizo, porque, aunque el tema nos atañe a todos, la reflexión tiene que ser personal.
Confío en que lo hagamos y tengamos el hábitat natural, familiar, de trabajo y social que nos corresponde, -hemos nacido para la felicidad y la libertad-. Seamos ciudadanos honestos y participativos.

Reitero las felicitaciones y que Padre Dios y su santísima Madre la Virgen María nos bendigan y oigan nuestros ruegos.
MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA


 "Consiste la honestidad en repartir la libertad".
"Y para ser honesto hay que saber vivir la libertad".

viernes, 20 de diciembre de 2013

“LA LIMPIEZA”

“LA LIMPIEZA”


¡Qué importancia tiene la limpieza! ¡Tanta que sin ella no existiríamos!
Todo, absolutamente todo lo que hacemos y decimos los seres humanos está limpio o sucio.
¿Qué es lo único que no pueda hacer la limpieza? Ensuciar.
Pero esto es para todo: tanto en lo que se refiere a la materia como al alma.
La limpieza es la medida de la honestidad, de la bondad, del amor y de la libertad.
¿Quiénes tienen el alma limpia? Los seres humanos santos.
¿Qué macha el alma? La suciedad del pecado.
En la medida que somos y estamos limpios, en esa misma medida somos y repartimos la felicidad.
La credibilidad, la laboriosidad, la honestidad… dependen directamente de la limpieza.
Mi credibilidad descansa en la limpieza de mi comportamiento y de mis palabras.
La suciedad del cuerpo y del alma, solo se limpian con la limpieza.
O vivo en la limpieza, y todo es reluciente; o vivo en la suciedad, y todo es opaco y mal oliente.
Amemos la limpieza. Seamos limpios de mente y de corazón y brillará el resplandor del amor.
Todo, absolutamente todo debemos hacerlo con limpieza. La suciedad del cuerpo y del alma provoca la infelicidad.
“Los limpios de corazón verán a Dios”. Y, en este mundo, los limpios de corazón serán los reconocidos, los admirados y los respetados por el enorme poder de su verdad.
Participemos siempre con limpieza y alcanzaremos las metas deseadas.
La limpieza tiene un poder ilimitado. Sólo la frena la suciedad del cuerpo o del alma.
La limpieza en el corazón, hace al hombre creíble, le da toda la razón y lo hace libre.
Pero para ello es necesaria la honesta participación.









martes, 17 de diciembre de 2013

“LA MANSEDUMBRE”


“LA MANSEDUMBRE”


La mansedumbre significa fortaleza. No es propia de blandos ni de amorfos. Se apoya en tener fortaleza de espíritu. Es el dominio de sí mismo, que es el arma de los fuertes.
La virtud de la mansedumbre es la que da fortaleza a los mansos. Es como un escudo que nos protege de los embates de los iracundos.
Y en sus diversas manifestaciones modera y rectifica la ira a la que la deja actuar cuando es necesario y además en la medida necesaria. Ejemplos: hablar demasiado pronto, de decir  palabras que luego nos arrepentimos…
La ira es justa y santa si guardamos los derechos de los demás, y en especial el respeto a Padre Dios.
Los creyentes tenemos aquella frade de Jesucristo: “Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón”.
Esta virtud nos enseña a ser justos al valorar, a no precipitarse al corregir a alguien, a no perder la paz, a extremar la caridad, a saber callar y a saber sonreír en su momento, a tratar bien a los demás. También a defender la verdad y los intereses de los demás como los de Padre Dios.
La mansedumbre está muy relacionada con la humildad. No significa actuar cobardemente, sino  con una  santa osadía, en especial ante la injusticia
Lo contrario a manso no es libre, sino salvaje. Y lo contrario a mansedumbre no es libertad sino salvajismo.
La mansedumbre sabe esperar el momento adecuado ante decisiones.
Los soberbios son un ejemplo de falta de mansedumbre.
Otros ejemplos de falta de mansedumbre son: los exabruptos, la falta de afabilidad, la rigidez. Encima son causa de sentirse uno solo, es la clásica soledad que tienen los egoístas, del que siempre está descontento, del resentido, y con ello se consigue aislamiento, frialdad, resentimiento, desconfianza…
Los mansos poseerán la tierra. Nuestra sonrisa habitual,  el buen humor, la afabilidad, tener y dar caridad y de todas las formas.
Seamos mansos y humildes. Examinemos nuestro comportamiento para hacer la vida agradable a los demás. No pretender tener siempre la razón, y que comprendan que tratamos de ser mansos y justos.
Ahora es tiempo de pasar por alto los roces, y de reforzar la mansedumbre que nazca del corazón.
La compresión, la razón sosegada y todo lo que hemos descrito, nos dará la virtud de la mansedumbre. Así seremos el padre, el marido, el hijo, el amigo, el vecino, es decir, seremos el honesto ciudadano que reparte gratuitamente la paz, la felicidad y aumenta la libertad.
Será el paradigma que tanto necesita la sociedad actual, y trataremos de seguirle imitándole y dándole las gracias por el bien que reparte.
No lo dude, por favor. ¡No sabe cuánto la, lo necesitamos!

viernes, 13 de diciembre de 2013

“LA CORRUPCIÓN”



  “LA CORRUPCIÓN”

No existe la menor probabilidad o posibilidad de progreso familiar, social, político y económico en donde está establecida la corrupción.
El cáncer mortal del bienestar social es la corrupción, y sin paliativos.
Oír frases como: ¡Qué listo, roba y no lo cogen!  Es espantoso.
O ¿mira como se ha hecho rico en tan poco tiempo?
Los favoritismos, y si son económicos, ¿qué cree usted que pueden esconder?
Estos y muchos otros ejemplos, atestiguan el establecimiento de la corrupción. Y una vez establecida es demoledora, contagiosa y tremendamente perversa.
Suele ser muy contagiosa, en especial en donde hay poder o dinero. En donde más abunda es en el pueblo llano y sencillo.
La corrupción se fundamenta en la miseria, y la aumenta.
El corrupto, como la corrupción no surge espontáneamente, normalmente aprende desde niño y se practica de mayor. ¿Qué responsabilidad tienen los padres?
La economía y lo público suelen ser los sectores más proclives a corromperse.
Por supuesto, hay el gran mentor. El que induce, el que propone, el que corrompe. Como también hay el que se deja convencer  o ya es corrupto.
Desaparecer la corrupción es lento, pero se consigue.
Si todos los padres educaran a sus hijos en valores éticos o religiosos sería el mejor y más rápido medio de convertir un país en honesto, creíble, con futuro, y sin corrupción.
La corrupción tiene que desaparecer, o desaparecemos nosotros.
El ser humanos es honesto y bueno por naturaleza. La mala educación, los tentadores y tentaciones lo cambian al signo corruptor si no hay un humano realmente honesto que dice que no, y se convierte en un ejemplo multiplicador y de admiración.
Cada persona debería preguntarse: ¿en qué he contribuido o contribuyo a la corrupción? Si se hiciese sería el comienzo del fin del mal. El comienzo  de volver a vivir honestamente, con futuro, felicidad y con libertad.
No existe felicidad ni libertad en un país corrupto. Es el estado del establecimiento del mal, que afecta a la totalidad.
Puede llegar a ser tan atroz y producir una reacción  - lo que nunca debería existir, pero puede – crear  violencia.
Todos tenemos la posibilidad y la responsabilidad de contribuir tanto a que desaparezca como a que aumente.
No encuentro otra solución para desaparecer la corrupción que usted, yo, y los demás nos comportemos con una honesta participación mayoritaria aplastante. Que influyamos o impongamos, según las circunstancias, la honestidad, haciendo desaparecer al cáncer mortal de la corrupción,
Nadie ha nacido para vivir en medio y bajo los efectos de la corrupción
Hemos nacido para la felicidad y la libertad. Y si no la vivimos preguntémonos:
¿Qué hago y cómo me comporto en mi vida? 
La contestación de la mayoría será la que imponga la forma de vida.
De nosotros depende, y en todas las direcciones: de abajo hacia arriba y viceversa.
Hay una generación de jóvenes esperando por ese momento.
La Honesta participación de la mayoría es la solución. ¿A qué esperamos?
¿Duerme usted y se despierta contento porque es una persona honesta?


martes, 10 de diciembre de 2013

“LO SUPERFLUO”


“LO SUPERFLUO
.

Lo superfluo es todo aquello que no es necesario, que está de sobra.
Abandonar lo superfluo es renunciar a la excesiva comodidad, al desprendimiento de las cosas, y en lo divino tener una disponibilidad completa a lo que nos pide Padre Dios. Es no estar atado a las cosas, ni a los sentidos. Utilizar los bienes como medios y no como un fin. Evitar el deseo de tener por tener, de aparentar más, de presumir por creernos que somos más…

Hemos de buscar que los medios materiales sean bienes, usados con fines superiores, como puede ser: atender a la familia, tener y educar a los hijos, adquirir más cultura, ayudar al necesitado… Por supuesto, también para la justa y necesaria distracción y el adorno, como el de nuestras casas. Y no dejar que las cosas se conviertan en necesidad sin serlo. Esta tentación la sufre tanto el rico como el pobre.

La pobreza evangélica, la hecha a base de desprendimientos, de sobriedad, de compartir con los demás, de confianza en Padre Dios, son hechos que contrarrestan si ha habido algo superfluo. San Pablo nos recuerda su lucha y aprendizaje con las siguientes palabras: “he aprendido a vivir en pobreza; he aprendido en abundancia; estoy acostumbrado a todo y en todo; a la hartura y a la escasez; a la riqueza y a la pobreza. Todo lo puedo en Aquel que me conforta”.

Tener y utilizar los bienes, pero libre de ataduras. Incluso no estar inquieto por lo necesario. No dejarse llevar por el aburguesamiento. Pobres, por el amor a Padre Dios, en la abundancia como en la escasez. Hechos concretos como cuidar la ropa, los objetos de trabajo, etc. Cuidar para que duren, requieren mortificación. Y esta actitud ahuyenta lo superfluo. Nos ayudará a no ser superfluos preguntarnos ¿Esto realmente lo necesito?

San Agustín decía: “Lo superfluo de los ricos, es lo necesario de los pobres". Y añadía: "Se poseen cosas ajenas cuando se poseen cosas superfluas”. Nos ayudará no considerar las cosas como propias. Al no crearnos necesidades, nos estamos privando de lo superfluo.

En resumen: no tener ni desear cosas superfluas o innecesarias es aprender a no crearnos necesidades ficticias, que con facilidad podemos prescindir de ellas. Todo lo superfluo es gravoso e innecesario, y encima termina molestando.



domingo, 8 de diciembre de 2013

viernes, 6 de diciembre de 2013

“SI TODOS PENSAMOS LO MISMO ¿POR QUÉ NO HACEMOS LO MISMO?"





“SI TODOS PENSAMOS LO MISMO ¿POR QUÉ NO  HACEMOS LO MISMO?"  


¿Quién no está de acuerdo con recibir el bien? Entonces ¿Por qué no lo  
hacemos y lo damos constantemente? ¿Quién no está de acuerdo en que la  
educación favorece la convivencia? ¿Por qué hay conductores que están  
llamando la atención en vez de ayudar? La libertad es un bien  
irrenunciable ¿Por qué somos esclavos? ¿Cuántos “quien no está de acuerdo” podríamos narrar? Incontables.
¿A qué viene todo esto? Simplemente: porque le necesito a usted. Sin  
usted no hay posibilidad de vivir normalmente y feliz. Su aportación a  
la sociedad es imprescindible. ¡Claro! Usted contribuye con su  
trabajo. No es un parásito. Pero no basta, hay que preocuparse de los  
demás. Su honesta participación es la solución. Nos necesitamos todos. Los unos a los otros.
¿Habrá mayor satisfacción que dar el bien y recibir el bien? Cuesta  
menos que dar el mal. Esto es algo que repito con frecuencia, como lo  
estoy haciendo ahora. Caigo en el error, fallo. Pero me levanto, no me  
quedo en el hoyo. Santo es el que siempre se levanta, no el que nunca  
cae. El que nuca cae, ese no existe, humanamente.
¿Por qué no participamos con honradez en todos nuestros actos, y con ello creamos una exigencia moral y una conducta y participación personal que cambiaría el mundo y lo convertiría en el paraíso para el que hemos nacidos?
Entonces, si todos pensamos lo mismo ¿por qué no hacemos lo mismo? 

martes, 3 de diciembre de 2013

"EL AMOR DE LA NATURALEZA”


"EL AMOR DE LA NATURALEZA”

La Naturaleza ama al ser humano sin condiciones. Todo lo pone a su disposición, no se reserva nada.
Siempre que se le da la oportunidad de vivir, el bosque renace. Tiene todos los elementos naturales necesarios para su regeneración. Pero hay una penalización. La Naturaleza nos castiga, suavemente, cuando desaparece una especie porque la hemos arrasado. Eso es el bosque secundario.
Ha contado con unos elementos y se han desarrollado dentro de unas reglas necesarias para la vida, en especial, para la agricultura, que el hombre ha distorsionado.
La Naturaleza no grita, pero avisa incontables veces.
Nunca se arrepiente de volver a darse, y volver a sernos útil. Nos es muy necesaria. Es imprescindible para la vida.
Su gozo es tan grande que, cuando le damos la menor oportunidad, no la desaprovecha.
Su fin es ayudar.
El Planeta Tierra ha sido nuestro paraíso durante miles de siglos. Ha sido... Lo está dejando de ser, y no por su culpa: la culpa es nuestra total y absolutamente.
Nosotros, que nos llamamos y nos consideramos civilizados e inteligentes, destruimos nuestro propio hábitat natural. Sabiendo que sin La Naturaleza viviríamos artificialmente.
La maltratamos a conciencia. Con premeditación y alevosía. Pero no nos lo tiene en cuenta. Siempre que le damos la oportunidad, renace.
¿Cómo podré expresar de forma clara, sencilla e inteligible que “La Naturaleza es nuestro hábitat natural”, para que la mayoría de la humanidad asi lo entienda y lo viva?
Actúa de forma natural. Llegamos los humanos, y, siguiendo la bandera de un mal llamado progreso, nos convertimos en dueños y arrasadores. Llegamos a matar a la Naturaleza en nombre del progreso civilizado. ¡Para mejorar la vida!
Cuando la necesitamos ahí la volvemos a tener nuevamente, con el merecido castigo de que no nazcan todas las plantas que había en el bosque primario.
La palabra Naturaleza viene de natural.
Yo amo a la Naturaleza no sólo porque es necesaria para mi vida natural. La amo por las bellezas que nos brinda a todos los sentidos.
¿Existe algo más desolado que un espacio sin vegetación, o un barrio sin parque?
Hasta los perros necesitan los parques. Así, a lo mejor, alguien les da más valor.
¿Qué le hemos hecho a los huracanas? Velocidades inusitadas y devastación y muerte por doquier. Y ¿qué hacemos? Lamentarnos la mayoría y, algunos, cooperar.
Creo que la contaminación es un polo de atracción generadora de esas velocidades ultra huracanadas.
Pero ¿Quiénes provocan el fondo de los orígenes del cambio climático, de  la violencia de los huracanes, de las sequías, de las inundaciones, del derretimiento de los polos…?
Nosotros, los seres humanos. Los que nos consideramos civilizados.
Sabemos como nunca y destruimos como nunca. ¿Qué culpa, qué daño nos ha hecho la Naturaleza para que la tratemos así?
¿Quién sustituirá a  la Naturaleza para vivir de forma natural?
¿A qué esperamos humanos buenos y solidarios? ¿A que llegue el punto de no retorno?




domingo, 1 de diciembre de 2013

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