viernes, 29 de noviembre de 2013

¿CUÁNTAS OPINIONES EXISTEN?


¿CUÁNTAS OPINIONES EXISTEN? 


¿Alguien lo sabe? Creo que se acercan al infinito.
Hay quien opina razonablemente, sin  imposición.
Hay quien se considera dogmático, que nunca se equivoca.
Hay quien se contradice en su opinión.
Y así podríamos narrar muchos “hay quien…”. Y no terminaríamos.
Pero si hay una opinión que considero digna de alabanza y promoción: ¿Qué opina de una persona participativa, honesta y que se preocupa por el bien de los demás sin pedir nada a cambio?
Les puedo garantizar que si el número de personas que opinan y actúan de esa manera son mayoría, - y si es posible aplastante -, entonces desaparecerán todos los problemas creados y muchos de los inesperados.
La solución de un problema no se resuelve con opiniones, - la pueden aclarar -, sino que  se encuentra cuando se la busca con buena voluntad y honestidad.
O lo que es lo mismo: “la honesta participación es la solución”
¿Si es tan clara la solución, por qué no se pone en práctica?
Increíble, pero cierto: la petulancia, el egoísmo, la mala educación, la deshonestidad, el pasotismo, el individualismo suelen ser razones que anulan la solución, que la imposibilitan.
Resumiría y concretaría que la solución con la que se pueden arreglar los problemas es esta: “que exista esa mayoría honestas participativa que influya en el comportamiento general a de la sociedad; entonces la solución es segura”. Así de claro y sencillo.
“No hay problema que se resista a la honesta unión y participación”.
¿Opina usted lo mismo? Quizá no. O puede  que sí.
¿Cuántas opiniones hay acerca de mi definición?

martes, 26 de noviembre de 2013

“¿QUIÉN CREE QUE LA NATURALEZA ES EL HÁBITAT NATURAL HUMANO?”


  “¿QUIÉN CREE  QUE LA NATURALEZA ES EL HÁBITAT NATURAL HUMANO?”


¿Reconocemos y creemos que la Naturaleza es el hábitat natural del hombre y de todos los seres vivos, vegetales y animales, que pueblan el Planeta Tierra?
¿Quién lo reconoce? ¿Lo reconocemos los seres humanos? ¿Todos los seres humanos? Y entre quienes lo reconocen, ¿quiénes lo creemos de verdad?
¿Quiénes creen, de verdad, que la Naturaleza es el medio natural para la vida? ¡Quiénes sean, han de ser muy pocos! Además, tienen muy poco peso, muy poca credibilidad y, como consecuencia, poca o ninguna autoridad para impedir su destrozo.
¿Quiénes dirigen, real y efectivamente, el todavía maravilloso Planeta Azul? El poder económico perverso.
¿Somos conscientes de que el cambio climático, en muy pocos años -por el calentamiento atmosférico-,   seguirá derritiendo los Polos y las ciudades costeras quedarán anegadas e inservibles? ¿Nos lo creemos o  nos parece un cuento de hadas?
¿Alguien sabe cuál sería la forma de vivir sin la Naturaleza? Tiene que haber muchísimos creídos y muchísimos inconscientes.
¿Es verdad que el Planeta Tierra va a dejar de ser nuestro hábitat natural?
Las deforestaciones; las contaminaciones terrestres, marítimas, fluviales y atmosféricas; la edificación y asfaltado de macro superficies; la inusitada velocidad de los huracanes; el consumo incontrolado de petróleo y sus extracciones… ¿Para qué añadir más causas egoístas e inhumanas que todos conocemos? ¿Quién hace todo este mal?
¿O todo esto es un cuento de hadas? ¿No es más bien una realidad?
¿Por qué sucede todo esto? ¿El ser humano se ha vuelto loco? Parece que sí y con el agravante de que todos estamos sujetos a las consecuencias nefastas y devastadoras de estos cambios.
Los únicos cuerdos son esos poderes económicos perversos que siguen y persiguen dinero y poder, a costa de lo que sea. Y lo están consiguiendo esclavizando al resto de la humanidad, con el daño añadido de la pobreza, material y moral.
¿En quienes se apoya ese poder maligno? En la ingente cantidad de pasotas e individualistas, que amargan la existencia, la de ellos mismos y la de los demás.
¡Hay quien cree que todo este mal es un infantilismo trasnochado y exagerado!
Creo en la bondad natural del ser humano, y confió que artículos como este vayan haciendo reflexionar a personas inconscientes del daño que hacen. También a quienes lo hacen a conciencia. Quizá no deseen el mal,  pero lo practican de forma arrolladora.
¿Qué nos queda? Rezar, y mucho. Al mismo tiempo, comportarnos de manera honesta y exigir que los demás hagan lo mismo.
El poder de la vivencia diaria humana, la fuerza de los actos honestos, es irresistible e imparable.
El poder de la vida honesta se asemeja al paraíso, del que sólo salen cosas buenas.
“La honesta participación es la solución”.


domingo, 24 de noviembre de 2013

UN RUEGO ESPECIAL.

“UNA ORACIÓN PARA EL HIJO DE MI AMIGO-HERMANO”

Tengo un amigo - más que amigo, el hermano que no he tenido-, que se encuentra en una delicada situación. Uno de sus hijos - son familia numerosa- va a donar un riñón a su esposa. La operación se acaba de aplazar. Ante la gravedad del maravilloso hecho ahora ruego una oración por el feliz resultado de la necesaria operación.
Las bendiciones que les pido a Padre Dios y su Santísima Madre para ellos son las mismas, como siempre, que pido para ustedes.
Gracias amigos míos del mundo.

MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA



MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA


 “La prolongación de la verdad es la libertad, y su consecuencia es la felicidad"

viernes, 22 de noviembre de 2013

“LA ENFERMEDAD FÍSICA Y ANÍMICA”



“LA ENFERMEDAD FÍSICA Y ANÍMICA”

Un largo, extenso y prolongado herpes zóster me ha hecho rememorar la enfermedad, y añorar qué maravillosa es la salud.
Me había olvidado de que la enfermedad no es simplemente la falta de salud. Tiene también efectos derivados y colaterales tan molestos y perniciosos como el núcleo mismo de la propia enfermedad.
No sé. Vivo sensaciones y efectos desconcertantes.
Comencé, seguí y sigo con un decaimiento físico y anímico. Mi actividad física e intelectual es mínima, me esfuerzo sobremanera y poco consigo en relación, pero no ceso en el intento. Como ahora en este esforzado momento.
No estaba acostumbrado a esta inactividad, y me entristece. Confío sea algo temporal.
Después de jubilado aumenté en grado sumo mi participación en la búsqueda del bien común. Pero ahora voy a ralentí.
Había llegado un punto en el que disponía de más tiempo y en consecuencia he podido tratar de cumplir mi propósito de trabajar por los demás. Sin pedir nada a cambio. He tratado de hacer de este propósito una auténtica obligación que me parece aconsejable a todos los jubilados que ya cobramos nuestra paga. Pero en este tiempo la enfermedad me ha anulado grandemente.
Desgana, cansancio, aburrimiento, incluso tristeza. Todo esto me impide cumplir con  la obligación de la honesta participación social, el ideal de mi vida.
Apenas actúo en las tan deseadas y necesarias redes sociales: Fabebook y Twitter.
Y no digamos en mi blog: lugarcorrea.blogspot,com.es.
Este blog llena mis ilusiones y responsabilidades. Nunca llegué a pensar, ni remotamente, que me pudieran leer 63 países y una media de más de 40 visitas diarias.
Estos gozos y obligaciones han quedado al mínimo por mi enfermedad, que es lo que me produce esa tristeza y soledad.
Rezo mucho, -  al menos me lo creo -, para que Padre Dios restablezca mi salud cuando Él lo crea convenientes, y le ofrezco estos sacrificios e incomodidades para que le dé el uso que crea conveniente.
Lo que no ha disminuido mi enfermedad es mi amor a Padre Dios y a todos ustedes. Quizá el echarles de menos por la falta de comunicación aumente el deseo de quererle más. No lo sé, me lo parece.
En espera de volver a restablecer mi normal actividad y comunicación, hasta entonces reciban la bendición que le pido a Padre Dios para todos ustedes así como la mía, aunque algo chafada pero no mermada.

martes, 19 de noviembre de 2013

“LA TIBIEZA”


“LA TIBIEZA”

La tibieza es la calidad del tibio. Tibio es quien es flojo, descuidado e indiferente.
El tibio es frío en el amor. Quien ama no puede ser tibio.
Así como la tibieza es una especie de plano inclinado y resbaladizo por el que uno se desliza hacia abajo, el amor es todo lo contrario: es el cimiento de los grandes hechos. El amor es ascendente. Puede subir muy alto, hasta la contemplación de Padre Dios después de la muerte santa.
El tibio nunca se excede. Se mide para no moverse de lo suficiente, de lo imprescindible para la vida material o para la vida espiritual.
Trata de justificar su falta de lucha y su falta de exigencia personal dando razones de naturalidad, de eficacia, de salud. Pretende que los demás sean indulgentes con su comportamiento.
En los tibios es muy común el apego a las cosas,  a caprichos, a la excesiva comodidad.
Todos estos comportamientos los llegan a sentir como una necesidad subjetiva.
La tibieza debilita el alma, como el cuerpo. Es un tobogán de bajada hacia los pecados sociales y morales.
Cuando el alma está adormecida por la tibieza, se pierden los verdaderos objetivos y valores en la necesaria lucha interior que atraigan y que puedan ilusionar y redimir.
Para los tibios la solución no es la participación, es la aceptación sin condiciones.
La tibieza suele comenzar por un conjunto de pequeñas infidelidades, que no se han reparado y que se aceptan como normales.
Los tibios suelen tener un gran desaliento, en especial con Padre Dios.
Han perdido la alegría y la prontitud. Viven al ralentí.
Su fe está apagada, por la lógica consecuencia del enfriamiento de amor.
Dios nos libre de la tibieza. Se lo agradeceremos eternamente.


domingo, 17 de noviembre de 2013

viernes, 15 de noviembre de 2013

“ALGUNAS CONSIDERACIONES DE LA HONESTIDAD”.


“ALGUNAS CONSIDERACIONES DE LA HONESTIDAD”.

                                                                                            
Uno de los valores necesarios para una convivencia feliz, es la honestidad.
Sin la honestidad la convivencia se vuelve amarga, desesperada y agresiva.
La honestidad nace con el niño y se desarrolla por la educación. La llevamos de forma implícita en nuestra alma y así como crece y reluce con la educación en valores, de la misma manera mengua y se apaga cuando falta esa educación.
La vida de cualquier pueblo tiene que estar fundamentada en la honestidad, si quiere la felicidad brille e ilumine a todos sus integrantes.
La honestidad se hace realidad cuando nos comunicamos con valores. La deshonestidad arraiga cuando borramos esos valores éticos o religiosos. Es el "humus" ideal para el materialismo y la mentira.
No hay vida feliz si no está basada en la honestidad.
Por eso es tan importante.
Lo "material" nunca llena el vacío de lo "espiritual". Si no respeta los valores morales, éticos o religiosos, la felicidad se marchita: dura apenas un momento, es un breve destello. Por desgracia, muchas veces confundimos la felicidad con los fuegos artificiales: estallan, deslumbran y mueren.
Caminar por el camino estrecho de los deberes es lo que lo es lleno de esplendor. Produce, a la corta y a la larga. la felicidad.
Cumplir no es sólo hacer lo que debemos, es ir un poco más allá.
El final del deber cumplido llegará en el momento de la muerte. Hasta entonces tenemos que esforzarnos, día a día, hora a hora, minuto a minuto. Es la única receta para sentir la dicha que produce lo que está bien hecho. Y esto sólo  se consigue cuando, además, la meta última, no es la obligación misma, sino su cumplimiento por amor a Padre Dios. Él nos dirige, pero cuenta con nuestra libertad. Si ponemos el fundamento de este regalo en el amor a Dios y al prójimo, la libertad se convierte en el bien más preciado: todos nuestros actos quedan orientados a Padre Dios, quien los acepta y los bendice con cariño. Y por si fuera poca esta recompensa, cuando crucemos la frontera del Más Allá, nos esperará con los brazos abiertos y estaremos en su presencia, contemplándole eternamente.
Vivamos siempre dispuestos a servir y a aceptar, con profunda humildad, ser servidos.
Lloremos nuestros pecados y enjuguémoslos en el amor a Dios y al prójimo. Entonces viviremos la recompensa debida al buen trabajador, que se merece su paga.
Probablemente me haya quedado corto al explicar la grandeza de la honestidad y la belleza del buen hacer. Otros lo harán mejor que yo. En todo caso me gustaría añadir que todo lo dicho es posible si está presidido por la humildad.
Para acabar estas palabras, roguemos a Padre Dios que siempre ilumine nuestras mentes y nuestros corazones para que de ellos brote la bondad del bien hacer y todo esté coronado con la corona imperial de la honestidad.
Doy gracias a Padre Dios y a la Santísima Virgen por haberme dado la riqueza de la palabra y del buen hacer, para que siendo honesto la felicidad sea nuestro estado natural para hoy y siempre, y la podamos repartir a todos. A los más cercanos y a los más lejanos. 






martes, 12 de noviembre de 2013

“LOS TALENTOS”

“LOS TALENTOS”

¡Qué responsabilidad tenemos con respecto a los incontables dones, gracias y bienes recibidos! ¡A los talentos recibidos! Tenemos, entre otros, la vida, la inteligencia, la voluntad, la participación y la libertad.
Los católicos tenemos la Comunión de los Santos. Los Sacramentos, la Gracia, los dones y frutos del Espíritu Santo, el Ángel de la Guarda, y como madre a la Santísima Virgen María, la Madre de Nuestro Señor Jesucristo.
Somos los administradores de todos esos bienes. No dueños. Hay dos maneras de vivir y entender la vida: o sentirse administrador y tratar de hacer y rendir esos talentos a Dios y a los hombres; o vivir como si fuéramos dueños, haciendo nuestra vida en beneficio de nuestra comodidad, del propio egoísmo y del propio capricho. Caprichos como la pereza, la comodidad, haber gastado la vida en la mediocridad, la dejadez… O quizás omisiones, pérdidas de tiempo, no sacarle provecho al tiempo.
Quizá estemos usando los talentos en otras cosas de menos importancia. Nos lo debemos preguntar. Dios y los hombres esperan el rendimiento acorde a los talentos recibidos. Tratemos que dar frutos de santidad. Hacer nuestro trabajo familiar, empresarial o social de forma ejemplar. Examinar, constantemente, la calidad de nuestros servicios, en especial el que hacemos a los demás, y con énfasis a los verdaderamente necesitados.
Pidamos a Padre Dios las fuerzas necesarias para tener luz que ilumine el camino de los demás y el nuestro. Pongamos en juego todos los talentos recibidos. Evitando falsos respetos humanos. Transmitiendo el deseo de mejorar la vida espiritual y profesional, como familiar. ¿Nos sentimos verdaderos administradores de los bienes recibidos? Intentemos que sirvan al bien de los demás y al propio. “Tuve hambres y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestiste”.
Recordemos que es escaso el tiempo que tenemos para realizar nuestras obligaciones personales, familiares, sociales y con Padre Dios.
No desaprovechemos los momentos que se nos presentan para servir. Tengamos decidida voluntad de lucha contra la desidia, las omisiones, fomentando la voluntad de la lucha consciente en contra de los debilidades y pecados. Los no creyentes que sientan la natural satisfacción de hacer, de dar y recibir el bien, y los católicos la plena producción de los talentos recibidos, y así llegar a oír “Venid benditos de mi Padre…”

sábado, 9 de noviembre de 2013

MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA.

 MÁXIMA DE MI VIVENCIA Y CREENCIA.


“Quien olvida a sus muertos, no quiere a los vivos, tampoco a los muertos”.        

viernes, 8 de noviembre de 2013

“LA DIGNIDAD DEL TRABAJO”


“LA DIGNIDAD DEL TRABAJO”


El trabajo es un don de Padre Dios y un gran bien para el hombre.
Es un bien digno y útil, que corresponde a la dignidad humana.
La vida sin trabajo, sin hacer nada, corrompe. El trabajo es el medio para alcanzar la propia santidad y la de los demás.
Por eso la inactividad, o la chapuza, generan toda clase  de males.
“El que no trabaja, pudiendo, que no coma”.
Los cristianos tenemos el maravilloso ejemplo de N. S. Jesucristo, en sus años de vida oculta en Nazaret. Ejemplo de la importancia del trabajo y de su perfección, tanto humana como sobrenatural.
Debemos examinar, con frecuencia, la calidad humana de nuestro quehacer, de nuestro trabajo. Si lo hacemos como debemos. Si tiene la hondura y calidad que nos pide Padre Dios, por la necesaria honestidad.
Hemos de amar nuestro trabajo y cuidarlo. Así desarrollamos nuestra  personalidad, además de ser el medio que tenemos de ganar el merecido sustento.
El trabajo es uno de los más altos valores del hombre. Medio para perfeccionarnos y contribuir al progreso de nuestra sociedad, y ser camino de santidad.
No nos santificamos a pesar del trabajo, sino a través del mismo.
Esta crisis y el espantoso paro son causas para un profundo análisis personal y social.  Saber quién, quienes y por qué se ha originado todo este mal, y ver la parte de responsabilidad que nos corresponde.
El trabajo es un medio en el que se ejercitan las virtudes humanas y las sobrenaturales. Por eso no debe ser ocasión de intranquilidad, ni perturbación.
En nuestra profesión, en nuestro trabajo, desarrollamos y perfeccionamos nuestra personalidad. Sirve para ayudar a los demás y al progreso personal y social, en donde debemos encontrar a Padre Dios.
Sea cual sea nuestra posición en la sociedad, hemos de ganarnos el pan con nuestro trabajo. Además sirve para acercar a otros a Cristo, aunque seamos o estemos impedidos. Tratar de ser ejemplo y luz que ilumine el camino de los demás.
Trabajar en un derecho y un deber. Exige nuestra honesta participación. Y esto se demuestra con nuestro comportamiento
No basta con querer o exigir, hay que hacer.
La participación es la solución.

martes, 5 de noviembre de 2013

“LA NECEDAD”


“LA NECEDAD”
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A lo largo de la vida ¿cuántas veces actuamos como necios? ¿En qué tenemos puesto nuestro corazón? ¿En las riquezas y los oropeles? O lo tenemos en las cosas de valor
Como pueden ser lo eterno, la felicidad, la libertad, el amor…
“No depende la vida del hombre de la abundancia de los bienes que posee”.
Puede que podamos vivir confundidos cuando tenemos los medios necesarios para vivir. Puede que hayamos puesto nuestro ideal de vida en disfrutar lo más posible, con detrimento de lo fundamental, se sea creyente o no.
Lo fundamental es llenar la vida de contenido, por el amor a Dios y al prójimo.
¡La vida se llena con lo inmaterial: el amor!
No creo que la falta de creencia en Dios se sustituya por alcanzar medios materiales para poder tener el mayor disfrute de los bienes terrenales, olvidando lo principal: el  amor, se sea creyente o no.
¿Qué sentido tenemos y le damos a nuestra vida? ¿Puro materialismo? ¿O le damos el complemento necesario de la vida espiritual, de la vida del alma, de la vida del amor?
¿Se puede llenar la vida sin amor?
¿Se puede llenar la vida sin Dios?
“¿Necio, si puede que esta misma noche te exijan la vida?"
Creyente o no.
¿Qué sentido tiene la muerte? ¿Y qué sentido tiene la vida?
Necio o no, la contestación a estas preguntas definen el comportamiento, la existencia y su contenido.
¿Vivir sin contenido, es como un tambor rajado, lo es pero no suena?
La necedad anula el bien y enaltece el mal. Llegando incluso a la gravedad.
Ama la verdad, que es el fundamento de la honestidad, y la vida será esplendorosa. Sólo necesitas la participación honesta que nos dará la sabiduría, que anulará cualquier necedad que se nos ocurra, y que pueda dañar incluso nuestro prestigio. “Sabio por honesto, dejar de ser necio de hecho”.


domingo, 3 de noviembre de 2013

“EL AMIGO Y LA AMISTAD”

 “EL AMIGO Y LA AMISTAD”

Vuelvo hacer una excepción de sustituir este tema por la máxima que publico los domingos. Pero es mucha la alegría, que tengo que expresarla ya.

Doy gracias a Padre Dios por la salud que hasta ahora me ha permitido disfrutar.
Con mi actual enfermedad, ahora sé y recuerdo el valor de la salud, y, en especial, me acuerdo de todos los que están enfermos.  
Mi cariño y admiración a todos los enfermos, así como mi ofrecimiento a colaborar en todo aquello en que les pueda ser de utilidad.
Me sentí tan mal creí que este sería el comienzo del fin terrenal. Pero Padre Dios parece que me ha prorrogado la estancia, para gozar de los amigos y de la amistad.
De esta experiencia estoy sacado una gran vivencia: somos muchos amigos. Tenemos  muchos amigos. ¿Habrá mayor riqueza?
Me siento tremendamente afortunado, a ustedes se lo debo.
Gracias amigos. Imborrable está siendo la huella  que va dejado esta experiencia
Tenemos que manifestar al mundo, la dicha de tener amigos y la virtud de la amistad. Recomendarlas. Vivir la amistad de forma notoria, que todos se enteren.
Más allá de cualquier oropel, riqueza material, relación etc.
¿Existe la felicidad sin la amistad, sin el amigo?
¿Existe la libertad sin la amistad, sin el amigo?
La amistad es amor.
La amistad y el amor lo son plenamente y de forma arrolladora cuando son libres.
La amistad es la participación honesta y libre del amor.
Honor y gloria al amigo.
¿Cómo me han reconfortado? Han disminuido la preocupación y los malos momentos de la enfermedad, y de forma sublime.
Viva el amigo, viva la amistad.
Sean bendecidos por siempre jamás, el amigo y la amistad.











viernes, 1 de noviembre de 2013

“DAR LA VIDA”



“DAR LA VIDA

 
Hace 83 años, más nueve meses de gestación, mis padres me engendraron en un acto de pasión y amor, en plena juventud, llenos de ilusión y esperanza, lo que no sabía -claro- es que de sus consecuencias nacería yo.
¡De cuántos hechos me tengo que arrepentir! ¡Aunque otros me llenaron de alegría, como el haber  engendrado -junto con mi mujer-  a nuestros hijos!
¡Qué poco y qué grandes somos los seres humanos! Poco en el tiempo y grandes en los hechos.
Poco como humanos pero grandes como hijos de Padre Dios y hermanos de Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios mismo hecho uno de nosotros.
Poco, porque poco podemos hacer solos, pero mucho en unión, en participación. Unidos no hay fronteras.
La solución es la honesta participación.
¿A qué esperamos? ¿Por qué seguir siendo esclavos? No lo piense, hagámoslo. Unámonos, actuemos y seremos grandes.
La mayoría honesta arrastrará con su proceder, y ese poder es tan grande que no hay frontera.
Necesitamos su honesta participación.
¿Y qué es y qué debo hacer?
Tan solo con la práctica diaria de la honradez se moverán montañas.
Desaparecerá la esclavitud y surgirá la libertad, y con ella tendremos la plena felicidad.
Sólo se necesita su honesta participación.
Y todo porque nació y es un ser humano. Le dieron la vida. ¡¡Qué maravilla!!
Ahora sólo nos falta ser honesto y participar en la búsqueda del bien de los demás, (que es sólo ser honesto) y la recompensa será dar y tener la vida llena de ilusión y contenido y de la ansiada felicidad y libertad.
“La participación es la solución”.

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