Ampliar la contestación del comentario de don Luis Ángel Díez Lazo al artículo LA LUCHA DE CLASES, publicado el martes 4 de este septiembre.
Mi señor don Luis Ángel:
Gracias por su comentario, me han hecho pensar y sentir en más cosas de las previstas.
Nos une el interés por la justicia social y los más desfavorecidos. Esto creo es indubitable.
Nos une constatar la complejidad de este mundo actual y de los resortes que lo mueven. Quizás discrepamos en que yo sí considero importante el papel religioso en la vida de las personas: es un gran motor personal todos los valores derivados de llegar al convencimiento de que no venimos de la nada y vamos a la nada, por el contrario puede existir un Dios, que además nos ha creado. Si esto es así, y yo lo creo, hay un gran estímulo para vivir y para luchar rumbo a un destino más allá de esta vida.
En esto la Iglesia católica, con sus luces y sombras -quién no las tiene, desafortunadamente- ha sido y es un factor positivo para los más pobres, y para todos.
Jesús de Nazaret, mi, nuestro Jesucristo es su modelo.
Quizás discrepemos también en el método para luchar. Usted afirma que puede ser necesario para lograr la JUSTICIA SOCIAL, el que las clases bajas ARREBATEN los derechos que otros no les reconocen. Si "arrebaten" significa según el diccionario "Quitar con violencia y fuerza" yo no soy partidario de la violencia.
No hace falta limitarse a obrar tan pacíficamente como Gandhi o la madre Teresa. Gracias a Dios, o afortunadamente, en muchos pueblos existe un nivel suficiente de democracia, entre ellos España, aunque con poca participación ciudadana en los intereses dela comunidad (necesitamos muchos ciudadanos como usted; entonces no necesitaríamos tratar este tema), que deberían actuar y corregir.
El voto a partidos políticos adecuados, nuevos o viejos, es un instrumento vital para lograr esos derechos. Esos partidos son los que "deben enseñar los dientes" con fuerza democrática. Pero los partidos debemos controlarlos los ciudadanos, y aquí creo hay un vació peligroso.
Y si hablamos de países en los que no hay voto libre, entonces podemos coincidir en la necesidad de acciones revolucionarias cuando quedan agotadas otras vías, porque los derechos humanos fundamentales preceden a cualquier otro.
Cada caso es distinto y complejo. Sigamos luchando con nuestra visión particular, y si es posible más con la palabra que con los puños. Es mi deseo y mi creencia, -que no quiere decir que me crea en posesión de la verdad y de lo que hay que hacer-, y quisiera ser humilde y realista.
Reiterando las gracias, desearía tener la elocuencia suficiente para demostrar con palabras la importancia que tiene sus aportaciones. Como así se la pido a toda persona.
Convencido que:”la participación es la solución”, incluso para lo aquí tratado, reciba mi agradecimiento y un fuerte abrazo. Luis.
Amigo Luis: Por desgracia algunos luchamos por la democracia en España y el transcurrir de los años nos ha desengañado.
ResponderEliminarTodo iría bien si se respetara lo pactado. Si se procurase la igualdad de oportunidades, si se respetaran los derechos de los más débiles. Pero se está viendo como se acusa de la crisis a quien más la padece y se asegura que saldremos de esta quitando derechos a los pobres, a los trabajadores, a los inmigrantes, a los ancianos, a los parados.
El pacto se ha roto. La solidaridad no existe (dígame, por favor, una sola medida que obligue a los poderosos, a los adinerados, a los que engordaron antes, durante y después de la crisis).
Nos han quitado nuestro país, hemos pasado de ciudadanos con derechos a empleados del sistema.
Solo se piden sacrificios a los de abajo, mientras banqueros, políticos, grandes empresarios y especuladores internacionales se lucran de nuestras miserias.
Hay que levantar el puño otra vez, aunque sólo sea por dignidad. Las huelgas, manifestaciones y otros métodos pacíficos de lucha, están demostrando su inutilidad, porque los políticos nos ignoran para mejor servir a sus amos.
Amigo Luis, yo no me resigno a dejar a mi hija un mundo peor que el que disfruté, y no quiero que un día se pregunte por qué no luchó su padre.
Un saludo.
Participo en la totalidad de su planteamiento, salvo los matices de siempre.
EliminarConstantemente me hago la misma pregunta ¿Qué estoy haciendo con los demás, y que están haciendo los demás conmigo? La respuesta, de momento, es siempre la misma: nada.
Usted, yo y no sé quien más queremos transmitir la realidad y sus soluciones, y aún estamos casi solos, por no decir solos. ¡Qué me preocupa esa realidad!
Ese es el gran problema.
Si hubiera un pueblo participativo el poder sería tan grande que no hay otro que se le resista. Somos la mayoría aplastante, tenemos la sartén por el mango, no se podría hacer nada si hubiera un pueblo participativo. Repito: ese es el gran problema.
El pasotismo, el individualismo, etc. son las rémoras que paralizan cualquier iniciativa y su ejecución, y de eso se están aprovechando.
Ni usted, ni una minoría podemos hacer nada, salvo lo que estamos haciendo, intentar crear conciencia y esperar que haya, pronto, un despertar y surja la solidaridad necesaria de un pueblo honesto y participativo.
Mientras, seguiremos siendo dirigidos, y se seguirán aprovechando de todos nosotros. Somos su materia prima y origen de sus riquezas materiales. ¡Pobres de ellos!.
La felicidad no se compra con dinero ni con poder, se tiene o no.
No puedo futurizar por que no tengo la bolita. Sí esperar al renacer de un gran pueblo que su honestidad, unión y participación hagan la gloria terrenal.
Y esto no tiene nada que ver con política partidista, no es ni de la izquierda ni de la derecha ni del centro, es del pueblo.
Y por eso es por lo que lucho, y lo haré mientras Padre Dios me lo permita, hasta entonces aquí estaré, y sin pedir nada a cambio, sólo esperar que el sueño de un mundo mejor sea una realidad.
Pero mi medio no es la lucha aguerrida, es la lucha de concienciación.
La pelea es paternalista, gana el que más fuerza tiene, y no es necesario tener razón, solo fuerza, que es lo que sucede hoy.
¿Cómo podremos trabajar juntos? No desperdiciar esfuerzos personales. ¿Cómo podemos sumar y dar ejemplo?.
Mi amigo, mí querido amigo y tocayo Luis Ángel. Busquemos cosas en común y desarrollémoslas, hasta que Padre Dios quiera.
Habremos contribuido, por la suma, a intentar, y quizá conseguir, ese mundo que ellos se merecen y por el que tanto luchamos.
Aquí siempre me tendrá, como sé que ahí siempre estará usted. Pero no basta, tenemos que sumar. ¿Cómo? Aún no lo sé, si estuviésemos varios seguro entre todos lo habríamos encontrado.
Le admiro de todo corazón y hasta tanto, me tiene, como siempre, a su entera disposición. Sabe que soy creyente practicante (no de los mejores pero sigo en el intento) y le doy lo que tengo de más valor: que Padre Dios lo bendiga, a los suyos, amigos y vecinos.
Un fuerte abrazo Luis.
No hay más camino que extender nuestra conciencia a uno más, hasta que seamos muchos. Otros que se han visto de repente en el arroyo, toman una conciencia que antes no tenían y al fin seremos muchos.
EliminarPero no nos engañemos, no basta con ser muchos.
Los poderosos tienen una enorme fuerza y no cederán en sus privilegios ni sus latrocinios por las buenas. La historia tiene muchas lecciones que darnos y sabemos que esa fuerza de los poderosos solo puede ser vencida con una fuerza superior.
El otro camino que nos queda es la resignación y aceptar la esclavitud, pero así no merece la pena vivir.
Amigo Luis Ángel, totalmente de acuerdo, tiene que ser una mayoría aplastante.
EliminarSigo creyendo que el poder de un pueblo unido es invencible, y ser la única fuerza superior que veo y creo.
Resignación, jamás, y menos aceptar más esclavitud. Uno de los graves problemas es que hay quien acepta la esclavitud, por activa o por pasiva.
Nuestros paralelismos, inquietudes y hechos nos conducirán al mundo mejor. Sigamos amigo Luis Ángel. Decimos en una Asociación de defensa de la Naturaleza (ASCAN) que creamos en los años 60: “Nunca hubo tantos problemas y nunca tanta esperanza”
Con todo cariño, esperanza, participación y admiración. Luis.