domingo, 27 de abril de 2014

¿QUÉ OBLIGACIÓN TENEMOS DE PARTICIPAR HONESTAMENTE EN LA COMUNIDAD?


Recibido, hoy, esta maravillosa e impresionante disquisición de don Enrique González Araña. Mi amigo y compañero, y lo somos desde hace, como mínimo, 75 años. Y siempre ha sido un virtuoso en el saber, en el sentir y en ser.

¿QUÉ OBLIGACIÓN TENEMOS DE PARTICIPAR HONESTAMENTE EN LA COMUNIDAD?

Mi querido Luis.
¡Tienes cada pregunta... !
Sé que te brota del alma el deseo de construir una sociedad justa, armónica, humana.
Sé que tienes una necesidad apremiante de emplear el tiempo que te quede, en esa tarea ilusionante.
Sé que te llena de gozo pensar o sentir que tu pequeño granito no se pierde en el espacio infinito, sino que es una pequeñita cuenta de un rosario, una cadena, una red, creadora de verdad, de vida, de paz, justicia, fraternidad...
Y me preguntas ¿tenemos obligación de participar honestamente en la comunidad?
Contesto de atrás para adelante: ¿qué es la comunidad? ¿Qué es ser honesto? ¿Qué es participar? ¿Qué es obligación?
Cualquiera de esas palabritas tiene la inmensidad de un océano.
Por curiosidad busco cada una de esas palabras en el navegador de google, y me salen las siguientes entradas:
.-Comunidad: 146.000.000 resultado.
.- honestidad: 3.460.000 resultado.
. - participación ciudadana: 966.000 resultado
.- participación social. 4.530.000 resultados.
.- obligaciones: 10.300.000 resultados.
.- obligaciones del estado: 28.000.000 resultados.
Y en ese inmensidad de voces...
 
23 de abril de 2014

Luis, al insertar la fecha, me doy cuenta que hace como dos semanas que empecé a escribir. Créeme que todos los días me acuerdo y no sé cómo seguir, dar un paso ante esa inmensidad del panorama que se me ofrece por delante.
Se me ocurre un cuento:
Érase una vez un niño, un niño pequeñito, que empezaba a caminar. Su padre le extendía  los brazos delante de él animando a dar el primer paso. Un día el niño se atrevió y sintió como bajo sus rodillas temblorosas el suelo parecía como si se moviera: en unos instantes, el suelo se había quedado atrás. Se llenó de una gozosa emoción que le duró toda la tarde, y después (no sabemos si realidad o imaginación) flotaba caminando por los espacios infinitos.
Y, ya mayor, se preguntaba ¿a dónde voy? ¿A dónde tengo que llegar? ¿Dónde está la meta, mi meta?
Miraba a su alrededor y se le habrían miles de senderos. Miró en el googel... y se le abrieron 50 millones de entradas...
Sentía pereza, siento pereza, y por eso me he parado dos semanas...
Sí; me pesa el cuerpo, me pesan los 83 tacos.
Sí. Mi imaginación, mis deseos, mi gozo, añoranza y anhelos,  acompañan el andar por pequeños pasos, que acortan cada día la distancia hasta la meta.
Esta es mi oración: escuchar en lo más hondo, sentir en lo más hondo, las manos y el rostro que y me invitan a dar un paso en le inmensidad del camino, la inmensidad de senderos, la inmensidad de señales y voces que me rodea; y andar, dar el paso, dar ese paso, pequeño, pequeñísimo, pero que es el mío, en el que se unen las manos de mi padre, y la tierra de los senderos.

25 de abril de 2014

Me llamaste por el teléfono y me diste un toque...
Sigo, y retomó el tema: la comunión.
La comunión es esa meta a la que nos movemos todos los seres.
Porque ser es eso, comunión, comunicación, realizarse,  hacerse realidad, precisamente en relación a la presencia constituyente del otro.
Ese proceso constitutivo del ser, del hacerse, a todos los niveles: como tú defines: Dios, familia, amigos, comunidad, sociedad, nación, estado, mundo,  universo.
Existe una correlación entre todos esos niveles: desde la intimidad de nosotros mismos, hasta la sintonía del infinito universo; desde la vibración de un instante, hasta la infinitud de los tiempos.
A todos esos niveles la llamada es a la comunión, común-unión.

27 de abril de 2014
 
Hola,  Luis.
Hoy termino. Espero.
La comunión, más que obligación, es el propio ser.
Es importante insistir en esta perspectiva. Más que una obligación penosa, fuente de culpabilizaciones, sentimiento de impotencia, trasfondo de tristeza, Inc. y malrollos... es oportunidad de realizarse, de ser persona, de ser feliz.
La comunión empieza dentro de uno mismo.
Se hace espacio en el encuentro con la primera persona de nuestro entorno primario.
Se abre a nuevas sintonías con los amigos que se cruzan en nuestro andar.
Se hace tejido de convivencia en las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades.
Se hace estructuras, cauces de nuestro convivir, y co-morir
Se hace lenguaje, cultura, símbolos, alegrías y dolores, que son las fibras que forman el tejido de la historia de los pueblos.
Se hace entramado de estructuras de poder en constante inestable equilibrio.
Se hace mundo, universo, donde nos hemos de encontrar con la misma experiencia profunda de nuestra intimidad.
Ah, y se me faltaba una palabra de tu pregunta:" honestidad".
Pues, muy fácil... honestidad es sencillamente ser.
Con lo que en definitiva el dilema es "ser o no ser".
Bueno,... nos quedamos como el príncipe de Dinamarca...: "to be or not to be"

 

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