“NO NOS CREEMOS QUE SOMOS IGUALES” “SE RECOGE LO QUE
SE SIEMBRA”.
En mi opinión, una parte
importante de la humanidad no cree en la igualdad de todos los seres humanos.
Al menos viven como si no la entendieran.
Unos se creen
superiores, otros inferiores. ¿Los que nos creemos iguales somos minoría?
Hay una enorme
diferencia entre el comportamiento de un ser humano educado y honesto, y el de
otro maleducado y deshonesto. Así y todo, como seres humanos, todos tienen los
mismos derechos y las mismas obligaciones.
No ha existido nadie, ni
existirá jamás, que sea diferente, en cuanto a esos deberes y derechos.
Cada uno somos únicos e
irrepetibles (no creo en la reencarnación), pero todos -hombres, mujeres;
niños, ancianos; sanos, enfermos …- somos seres humanos.
El origen de una parte
de los problemas más graves e irreparables de la vida -personales, locales,
nacionales y universales- se encuentra en no creer, ni vivir, en la
igualdad de derecho y deberes.
Cada 5 minutos muere un
niño por falta de atención. ¡Esto no se comenta! ¡Nadie protesta ni grita!
Ningún ser humano nace
para morir por falta de atención, sin llegar a gozar, a sufrir, a amar y a ser
amado, y a ayudar… durante el tiempo que le hubiera correspondido vivir.
Los ejemplos de la falta
de igualdad de deberes y derechos son incontables. Sus efectos son tan malignos
y de una magnitud tan incalculable, que resultaría agotador relatarlos. Todos
los conocemos.
¿Cómo convencer que
todos somos iguales en deberes y derechos? No lo sé, pero no por ello dejaré de
decir lo que creo, deseo y necesito, esperando que contribuya a que la felicidad
y la libertad, en la igualdad, sean lo normal.
No nos creemos que somos
iguales en deberes y derechos, y siéndolos, vivimos de espaldas a esta verdad,
cooperando, directamente, al mal.
“Se recoge lo que se siembra”. PERO TODOS.
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