“LA HONESTIDAD”
La honestidad es la virtud de los grandes, de
los humildes y la de los buenos.
Sin honestidad no hay felicidad ni libertad.
Amor y honestidad son la misma cosa. No se puede
amar sin honestidad y no hay honestidad sin amor.
La cumbre de la felicidad personal y social está
en amar y ser amado.
Para amar y ser amado tiene que existir la
honestidad.
La honestidad no se improvisa, se hereda y se
tiene por la educación recibida.
Hemos nacido para la santidad, para ser felices
y libres, y ello se consigue, y hasta se persigue, con la educación y la
honestidad.
Los males personales y sociales derivan de la
falta de honestidad personal o social.
La corrupción es una consecuencia de la falta de
honestidad personal y social.
La corrupción no se improvisa, es una forma de
proceder por la mala educación y, consecuentemente, por la falta de honestidad.
La honestidad es el comportamiento y disfrute de
la plena felicidad y de la plena libertad.
Los pueblos son lo que son, mayoritariamente,
cada uno de los ciudadanos en particular.
El poder y la necesidad de la mayoría honesta y
participativa es tal, que sin esa mayoría no hay felicidad ni libertad personal
y social.
El bien personal es la proyección del bien
general.
No existe bien personal si no lo hay general.
La honestidad es la vivencia de la santidad.
Si usted no es honesto y participativo, su poder
es tan grande, que si no hay una mayoría de honestos, no hay felicidad ni
libertad personal ni colectiva.
La honestidad es la creencia y vivencia
del bien, de la felicidad y de la libertad.
¿Usted qué opina?
Lo
que opine y haga la mayoría, así será la minoría.
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