“¡HACEN LOS DEMÁS LO QUE YO TAMBIÉN HAGO!”
Ruego me permitan publicar este tema hoy y no esperar al viernes, por creerlo importante, por la inmediatez, pedir perdón por mis errores y felicitar a todas y todos los Juanes. Gracias y un fuerte abrazo.
Es asombroso y real cómo
difundo el error de otros y caigo y cometo el mismo error del que me quejo,
denuncio y reclamo.
He dedicado y dedico una
parte importante de mi vida a tratar de concienciar del daño que estamos
causando a nuestro hábitat natural con la contaminación. ¡Y sigo conduciendo un
coche que contamina!
Al quejarme de los
problemas que estaba teniendo con la instalación de energía fotovoltaica en mi
casa, consecuencias de las trabas – en vez de facilidades –
burocráticas, un amigo y compañero del Grupo de Opinión Tamarán me hizo
ver que yo conducía un coche que contaminaba. No me había dado cuenta de mi
enorme error y despiste.
¡Contaminando como los
demás! ¿Cómo me permitía el lujo de quejarme? Lo he hecho por inercia, no me
había dado cuenta. Pero lo hacía.
Cuando me di cuenta, en
concreto a las 18:20 horas del jueves 18 de mayo de este 2015, decidí dejar de
conducir todo vehículo que contaminase, empezando por el mío.
Espero no verme obligado
por necesidad.
Declaro esta decisión
con la intención de que otros se den cuenta que estamos contaminando y
destruyendo nuestro hábitat natural. Que sin él no podríamos vivir de forma
natural.
¿Quién no sabe esto?
Por favor:
incorporémonos a ese grupo honesto y participativo que deja de contaminar (en
la medida de las posibilidades personales). Que nos podamos sentir satisfechos
porque hacemos el bien por el bien de todos.
Aumentaremos la
felicidad de ellos y la nuestra.
¡Qué no hagan los demás
lo que yo tampoco hago!
¡Que hagan los demás lo
que yo también hago! No contaminar.
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