“¡INSISTIR EN LA HONESTIDAD!”
No hay vida natural sin honestidad.
La felicidad y la libertad están basadas en la honestidad.
Tener, desarrollar y compartir la honestidad es ser santo.
La
santidad es el estado personal en el que la honestidad preside todos los
órdenes de la vida.
Sin honestidad no puede haber relación normal.
Todo lo bueno se basa en la honestidad.
La
importancia de la honestidad es tal, que sin ella la vida, el Planeta
Tierra y la subsistencia serían imposibles.
La honestidad se aprende de niño, y se amplía a lo largo de
la vida.
La corrupción es la
falta de honestidad.
Benditos sean los honestos, de ellos es el reino de la
tierra y del cielo.
El honesto
vive la honestidad de forma natural. No sabe vivir sin ella.
El bien es
una manifestación real de la honestidad.
Benditos
sean los honestos.
Sin
honestidad no hay vida natural, ni felicidad ni libertad.
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