miércoles, 30 de marzo de 2016

lunes, 28 de marzo de 2016

“LA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD”.



“LA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD”



La identidad es el amor al lugar donde uno ha nacido.
La identidad es esencial para la felicidad y la libertad.
La identidad debe ser local, nacional y universal.
Quien no tiene identidad camina derecho al mal.
La identidad se crea y se cimenta en la niñez y se desarrolla a lo largo de la vida por los valores de honestidad aprendidos y heredados.
La identidad no se improvisa.
Todo lo grandioso no se improvisa.
La pérdida de la identidad es el origen de una enorme cantidad de males y desventuras que arrastran al odio, a la maledicencia y a la incomprensión del amor entre vecinos y convecinos.
¡La identidad se fundamenta en el amor a la tierra y al vecino!
La frontera  de la  identidad globalizada debería ser recorrer el mundo y darse cuenta que se llega al punto de partida. No debe haber frontera en la identidad globalizada.
Hemos de decirles a los jóvenes -también al resto– que vivimos un mundo afortunadamente globalizado. Tenemos que intentar que sea para el bien y no para el mal, y aquí tenemos que transmitir a los jóvenes esas creencias para que se conviertan en vivencias, en sus propias experiencias.
La pérdida de la identidad lleva a la pérdida del amor local, lo que arrastra al humano al sentimiento disgregador, independentista, y a la falta del respeto y amor al lugar donde nacimos.
La pérdida de la identidad aísla, recome y amarga la existencia.
¡La pérdida de la identidad es ser apátrida por propia voluntad!

domingo, 27 de marzo de 2016

“RECUERDOS COMO CONCEJAL”


“RECUERDOS COMO CONCEJAL”


En extracto: ¡Qué creí, y cómo y por qué lo hice! Y lo que debo.



Recuerdo mi época de concejal de mi ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, España, en los años 70 – fuimos la corporación que hicimos la pacífica y maravillosa transición de dictadura a democracia - y siempre digo: “Como concejal no me equivoqué porque hice lo que me decía el pueblo a través de sus Asociaciones”.

Yo era un servidor de la comunidad las 24 horas del día y del año.
Nunca se me ocurrió decirle al pueblo lo que ellos necesitaban, ni decidir por ellos, y menos imponerles.
El pueblo sabía perfectamente lo que quería y yo era su servidor.
Haber sido concejal ha sido de mis grandes honores y vivencias, y le debo haberme mejorado como persona. Era lo normal.

“¡Le debo al Ayuntamiento haberme hecho mejor y a tratar de siempre mejorar para ayudar!”

Mi deuda con el Ayuntamiento es eterna.


viernes, 25 de marzo de 2016

“CAMINO DE LA SANTIDAD, Y LA GLORIA TERRENAL”.



“CAMINO DE LA SANTIDAD, Y LA GLORIA TERRENAL”



Todos, sin excepción, estamos llamados a la santidad.
La santidad no es cuestión de credos, es consecuencia de actos.
Los actos humanos definen y deben dirigir el camino hacia la santidad.
La santidad es el comportamiento que manifiesta el pleno amor en la libertad.
Debemos aspirar, constantemente, a la santidad.
La santidad llena el alma, el corazón y la mente de tal manera que todos los actos son una consecuencia de esa santidad.
Benditos y alabados sean los santos, de ellos es la gloria por el ejemplo de sus actos, y por el bien y amor que reparten.
Nacimos para la santidad, y esa es la gran responsabilidad personal, familiar, social y universal de dar esa educación para incrementar el amor y la libertad.
La gloria terrenal es caminar por el sendero de la santidad.
La gloria terrenal está en el gozo de la plena libertad.
La gloria terrenal es amar sin descansar.

El camino de la santidad y la gloria terrenal es vivir con amor en la libertad, para ayudar.

lunes, 21 de marzo de 2016

“A NUESTROS AMIGOS”.



 “A NUESTROS AMIGOS”



A nuestros amigos, siempre lo mejor. Personalmente, debo mucho a los míos: me han dado lo mejor y por eso les doy y les daré lo mejor.
¡Quien tiene un amigo tiene la ayuda y la salvación para no caer, o perderse en el error!
La amistad es una bendición: la bendición por excelencia en la vida personal y en la relación con los demás.
¡Los amigos están cuando y donde los necesitamos, ofreciendo su compañía y, tantas veces, dando la solución a nuestros problemas!
Ser amigo y tener amigos es uno de los grandes regalos, una de las grandes razones de la existencia. Al menos de la existencia plena, feliz. Llena los corazones de alegría y felicidad, y contribuye al bienestar mutuo: el del amigo y el de uno mismo.
La amistad es un bien que jamás hay que olvidar. Hay que tenerla siempre presente. Hay que fortalecerla siempre con nuestra amistad.
Al amigo se le corresponde con la amistad: ¡es mi amigo y yo soy su amigo!
¡Cuando hay amigos, la vida se llena de amor y de felicidad!
Vivir sin amigos es preocupante: provoca angustia y ansiedad, porque la amistad es una necesidad.
La globalización es un instrumento al servicio de la amistad. Hoy podemos ser amigos, y lo somos, de personas que están en nuestras antípodas. Igual de amigos que lo somos de nuestros vecinos, o de otras personas que no viven lejos de nuestros domicilios.
Las distancias han desaparecido. Las posibilidades de amistad han crecido y se han extendido, para bien de la humanidad.
A nuestros amigos el amor, la amistad y la felicidad.
A nuestros amigos lo mejor, porque son lo mejor.

¡A los amigos les damos nuestro corazón!

domingo, 20 de marzo de 2016

viernes, 18 de marzo de 2016

“REITERAR EL ARTÍCULO: LA BLASFEMIA”, y publicar: “QUIEN NO RESPETA Y OFENDE” y “LA URBANIDAD Y LA EDUCACIÓN”.


“REITERAR EL ARTÍCULO: LA BLASFEMIA”.


Una vez más, veo ofensas a lo sagrado, dichas para ofender de la manera más dañina.
La ofensa a lo sagrado es de una maldad impresionante. Si además es recalcitrante, entonces el mal puede llegar a ser de consecuencias gravísimas, si no se pide perdón, lógicamente.
Quien pide perdón es de una grandiosidad y magnanimidad que llena de felicidad.
Quien pide perdón tiene una sabiduría admirable y es digno de la mayor admiración.
¡Hay que ser muy grande para pedir perdón! Gracias a los que piden perdón y anatema a quienes no lo piden.
Que sea la vida y la historia quienes juzguen a quienes a conciencia y sin  arrepentirse ofenden con la blasfemia.

Por el gravísimo problema de la falta de educación y respeto, excepcionalmente, publico estos tres artículo seguidos, y pido disculpas que espero comprenderán


“LA BLASFEMIA”
Blasfemar es decir palabras injuriosas contra Dios o contra las personas o las cosas sagradas. Es una injuria grave.
Injuriar es ofender, ultrajar con obras o palabras. Dañar o menoscabar a Padre Dios, lo que algunas personas consideran, quieren y adoran por encima de todo: eso es blasfemar.
Nadie en este mundo tiene la autoridad, ni está autorizado, para blasfemar acerca de la religión que sea.
Quien blasfema debería ser reo de reproche social.
La blasfemia debería ser condenada universalmente.
Quien cometiera blasfemia debería ser un reo universal.
Quien blasfema es un maleducado, rencoroso y envidioso. Es un enemigo social, porque la blasfemia está relacionada con otros actos indeseables en contra de las personas y de sus creencias.
En la religión que sea, Padre Dios es lo que merece el mayor respeto, la adoración y el amor de los creyentes.
Blasfemar es no respetar lo que es más sagrado para los creyentes.
La falta de respeto es el origen de la mayor parte de los problemas personales, sociales y mundiales.
Las guerras, el oprobio, la maledicencia, la ofensa, el rencor, el odio… son manifestaciones de falta de respeto.
No hay, ni puede haber, felicidad ni libertad sin respeto.
El respeto es el cimiento del bien, de la convivencia y del progreso.
Alabado y benditos sean los honestos, educados y respetuosos porque de ellos nace y crece el bien, la felicidad y se desarrolla la libertad.
¡La blasfemia es la manifestación más degradante del ser humano!

El que blasfema ofende, falta al respeto, y, probablemente, no quiere y condena a quien profesa las creencias que desprecia. 


“QUIEN NO RESPETA Y OFENDE”  


Quien no respeta y ofende, y no se arrepiente y no pide perdón, debería ser condenado al desprecio, repudiado y considerado un enemigo social.
Quien no respeta y ofende lo hace por el odio, el rencor, o la envidia que le recomen, y por no tener valores ni educación. No es capaz de amar con honestidad y pasión.
Quien no respeta y ofende, seguramente querrá que le respeten y que no le ofendan.
Quien no respeta y ofende atrae el mal, pero el rechazo que produce es mayor que el mal que quiere causar.
Quien no respeta y ofende educa en el mal.
Quien no respeta y ofende camina ciego al precipicio del vacío. Será  recordado como un enemigo que quiso ofender sin poder.
Quien no respeta y ofende ¿qué espera conseguir? ¿a dónde quiere llegar que no sea al rechazo por su maldad? ¿Quién se cree que es?
Anatema y desprecio por ser un maléfico que no respetó, quiso ofender y no ofendió, y se condenó.
Quien trata de ofender y no respetar para dañar se perjudicará, porque el mal es un bumerán que siempre regresa al punto de partida.
Quien trata de ofender y no respetar para dañar, será dominado por el mal y dejará una estela de maldad.
“¡Quien trata de ofender y no respetar recibirá lo que da!”
“¡Quien no respeta y ofende es dueño del mal!”


“LA URBANIDAD Y LA EDUCACIÓN”


Un amigo y gran defensor de los demás tratando de ayudar, don Juan Manuel Calderín Liria, presidente de la Asociación de Vecinos AYTHAMY de Tamaraceite, Gran Canaria, España, me indicó por qué no escribía sobre la Urbanidad y la Educación. Y con mis mejores deseos y esperanza, aquí van mis reflexiones sobre una cuestión que he tratado de vivir, porque la he heredado de mis mayores, y que siempre he querido compartir para ayudar.
La Urbanidad y la Educación ¡Qué importantes y trascendentales temas de urgente necesidad, hoy y siempre!
¿Qué es Urbanidad?  La urbanidad es la cortesía,  el buen trato y los buenos modales.
¿Qué es Educación? La educación es dirigir, encaminar, enseñar a vivir con valores, desarrollando las facultades intelectuales y morales.
“¡NO HAY FELICIDAD NI LIBERTAD SIN URBANIDAD Y SIN EDUCACIÓN!”.
A partir de esta afirmación y en relación a la Urbanidad: ¿quién o quienes han quitado de la preparación e información en los colegios esta asignatura? Han contribuido, directa y desafortunadamente, a las situaciones extremas que hoy vivimos.
Reitero, y lo siento. Los padres somos los únicos, y a falta de ellos quienes les sustituyan, que educamos, y lo hacemos hasta el fin de nuestros días.
Quien es maleducado pienso que lo es por dos razones: por no haber sido educado por sus padres, o por haberlo sido, pero no lo ha aceptado.
Efectos directos de la falta de urbanidad y educación son, entre otros: agresividad (violencia de género), robar, insultar, miseria, no tener posibilidad de trabajar… Ser en definitiva enemigos de la sociedad.
Nadie da lo que no tiene. Todos damos lo que tenemos.
Hemos llegado a un punto sumamente preocupante: hay quien, por ejemplo, elige sin enterarse a quién vota. Cáritas está salvando vidas, hay crímenes, insultos en el tráfico, ataques a árbitros de fútbol, a profesores,  a médico…, y para que más.
Todos vivimos nuestra triste  realidad. Y ¿qué hacer?
Amar al prójimo como a nosotros mismos y, como consecuencia, ayudar.
Amar, amar y amar. Educación, educación y educación. Honestidad, honestidad y honestidad. Ayudar, ayudar y ayudar.
No se necesita más.








miércoles, 16 de marzo de 2016

LA RESPONSABILIDAD.


LA RESPONSABILIDAD.



¡Todos, pero todos, somos culpables, si no cooperamos al bien general!

¡¡¡O cambiamos nosotros y la sociedad, o no sobreviviremos al mal!!!

lunes, 14 de marzo de 2016

“¿CÓMO LLEGAR A MUCHAS PERSONAS PARA EXPONER LO QUE ES SER HABITATISTA?”.




 “¿CÓMO LLEGAR A MUCHAS PERSONAS PARA EXPONER LO QUE ES SER HABITATISTA?”




Creo que la palabra “ecologista” está un tanto desvirtuada y manoseada en su significado actual. Por eso y por tener una palabra más onomatopéyica inventé la palabra “habitatista”, y la correspondiente ideología o doctrina del habitatista que es el “habitatismo”.
Resumo que el habitatista es la persona honesta y participativa que considera a la Naturaleza el hábitat natural del ser humano, que hay que proteger y cuidar, y que trabaja por el bien de los demás, sin pedir nada a cambio, y así ayuda a los demás y tiene presente a todos los que vendrán en las generaciones futuras.
Creo que habitatista tiene un significado más real, más completo y más necesario para el triste y espantoso momento que estamos viviendo en cuanto a la autodestrucción humana, vegetal y universal del maravilloso Planeta Tierra, del Planeta Azul.
¿Está de acuerdo con lo que he dicho acerca de habitatista y habitatismo?
Si está de acuerdo, por favor ayúdeme a difundirlo y propagarlo porque creo que así cooperamos al mejor conocimiento del grave problema existente.
Habitatista también es la persona que como honesta y participativa que es, es agradecida.
Desde el habitatismo y siendo habitatista, busco, denodadamente, el apoyo de usted, y los demás, para que esta palabra de HABITATISTA, ayude a encontrar y hacer realidad las acciones necesarias para proteger nuestro maltratado -camino de la extinción-  hábitat natural.
Gracias les doy como habitatista, esperando ver, leer, oír y redactar esa palabra habitatista en muchos sitios, en un habitatismo esperanzador y para una multitud habitatista.

Gracias, habitatistas, de parte de un habitatista.

domingo, 13 de marzo de 2016

viernes, 11 de marzo de 2016

“LA HUMILDAD Y EL SERVICIO A LOS DEMÁS”



“LA HUMILDAD Y EL SERVICIO A LOS DEMÁS”




La humildad se alcanza cuando nos olvidamos de nosotros y tenemos presentes a los demás.
La humildad ilumina el camino hacia la bondad, para llegar a la santidad.
¡La humildad es difícil! A mí me cuesta mucho: siempre lucho por ser consecuente y, las veces que lo consigo, procuro ser más humilde y agradecido.
Hay que rechazar la soberbia y la vanagloria, porque son faltas de humildad.
Sin humildad no se puede ayudar.
La ayuda, el servicio a los demás se incrementa, es más eficaz, cuando se hace con humildad. Hay más caridad y más sinceridad.
La humildad trasciende la propia realidad, porque es la gran impulsora de las obras grandes,  necesarias para ayudar y para servir a los demás.
La conciencia de nuestra poquedad es cimiento de la humildad.
Buscar la propia excelencia, creyéndose el no va más, es andar sin humildad, coger el camino que conduce a la maldad.
La falta de humildad repercute en los demás.
Los dogmatismos, la ironía, el subterfugio, aprovecharse del anonimato, el egoísmo, la cobardía… son grandes cooperadores de la falta de humildad: arrollan el bien y siembran el mal.
La humildad exige dignidad.
La dignidad es ayudar a los demás sin pedir nada a cambio: rezar por los demás, teniendo humildad.
La humildad es estar siempre dispuesto a ayudar, estar al servicio de los demás.
La humildad se aprende de niño, se practica de mayor y crece y progresa si tenemos amor a los demás.
“Lo primero sea yo su servidor”.
La humildad abre caminos a la caridad y, si las vivimos con intensidad, vamos camino de la santidad.
La honestidad, la alegría y el servicio a los demás están fundamentados en la humildad.
Benditos y alabados sean los humildes, que sirven a los demás. De ellos nace el amor que se reparte con honestidad.
El amor en libertad con honestidad y humildad nos engrandece y nos dirige hacia la santidad.

La humildad y el servicio a los demás deben ser la meta para alcanzar la felicidad, el respeto, el amor y la auténtica libertad.



miércoles, 9 de marzo de 2016

lunes, 7 de marzo de 2016

“EL RESPETO. EL INSULTO”



“EL RESPETO. EL INSULTO”


La convivencia exige respeto.
A toda persona, sin excepción, se le exige y se le debe respeto.
El insulto procede de los maleducados, de los irrespetuosos; en ocasiones, de personas agresivas.
Quienes insultan, ¿han tenido la oportunidad de verse en el momento de proferir el insulto?
Quien insulta, ¿le gusta ser insultado?
La medida con la que medimos es la misma con la que nos van a medir.
La palabra es el medio de comunicación por excelencia. Con la palabra se habla de amor, y con la palabra se insulta faltando al respeto, e incluso al honor.
Respetar no se improvisa: se aprende de niño y se practica a lo largo de la vida.
El respeto es una de las mayores manifestaciones de la bondad, de la igualdad, del honor, de la educación, del amor y de la libertad.
¡El insulto degrada a quien lo dice, quien, además, siempre pierde su causa, por mucha razón que tenga!
En efecto: no existe razón para insultar. Se insulta por falta de honor y se falta al respeto, dejando dicho quien soy.
¡El respeto y la consideración son expresiones del amor! Cuando se practican en la libertad, conducen a la santidad.
El respeto es uno de los cimientos de la felicidad. No puede haber felicidad en la falta de respeto.
El odio suele desencadenar el insulto. Y el insulto alimenta el odio.
“¡El insulto es el cimiento del odio exacerbado!”
“¡El respeto es el cimiento del amor honesto!”.

¿Cómo llegar a las personas que insultan y faltan al respeto, para hacerles comprender que sus sentimientos están atormentados y que si los moderan sentirán la felicidad, pues no se les ocurrirá insultar, ni faltar al respeto?

viernes, 4 de marzo de 2016

“¡QUÉ ES LA HONESTA PARTICIPACIÓN!”.



“¡QUÉ ES LA HONESTA PARTICIPACIÓN!”



La honestidad es el comportamiento gobernado por la regla de oro: no querer para un tercero lo que no se quiere para uno mismo.
La honestidad no es acomodaticia. La honestidad es constante: procurar siempre la bondad y el bien, con ausencia total del mal.
La honestidad es el comportamiento que toma como base la verdad y la justicia, dando a cada uno lo que le corresponde.
La participación es el comportamiento moral de quien nunca deja de cooperar al bien general y al bien particular. Si, además, no se pide nada cambio es camino de santidad.
La honesta participación es la ineludible obligación que tiene todo ser humano viviente de cooperar, en cualquier circunstancia, al bien de la comunidad y al bien personal.
La honesta participación tampoco significa que lo único que tenemos que hacer es participar dejando al lado nuestras obligaciones.
Participar no significa que todos seamos los presidentes o responsables ejecutivos de cualquier sociedad. Somos y hacemos lo que podemos, pero lo hacemos.
La participación no es otra cosa que la obligación de asistir (si se puede), aceptar, y ejecutar lo que se ha acordado para el bien, y con el apoyo de la mayoría. Esta obligación es irrenunciable.
La honesta participación es el obligado comportamiento de hacer el bien, en especial sin pedir nada a cambio, por amor.
La honesta participación es cooperar al bien por obligación.  

miércoles, 2 de marzo de 2016

LA GRANDIOSIDAD Y FELICIDAD.




LA GRANDIOSIDAD Y FELICIDAD.




Quien tiene y reparte debe dar la mejor parte, para sentir la grandiosidad y felicidad de dar la mejor parte.

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