“LA ALEGRÍA Y LA TRISTEZA”
Para los católicos el Adviento es un tiempo de alegría: Jesucristo está cerca. La tristeza consiste precisamente en perderlo.
La Navidad es la fiesta de la alegría
La tristeza es la ausencia de alegría.
Dejar de comportarse bien nos pone tristes. El camino hacia la tristeza comienza por la tibieza y por la falta de generosidad.
Buscar únicamente la felicidad terrenal, fuera del bien, no satisface a nadie.
Todos debemos ser esencialmente alegres, en especial cuando tenemos, practicamos y repartimos la justicia y la paz, por ser libres.
Escapar de uno mismo, mirar hacia fuera, abandonar el mundo interior, la soledad cuya contemplación nos hastía ... son las actitudes que proporcionan alegría.
Estar en gracia es la principal fuente de la alegría.
La alegría terrenal es pobre y pasajera.
La alegría del creyente es profunda y es capaz de subsistir en medio de las dificultades. ¡No sé cómo la consiguen los no creyentes¡ Tendré que preguntarles, y espero que ellos me lo digan, porque necesitamos saberlo.
Considerar que los golpes de la vida no tienen sentido, no es propio del creyente. En las contradicciones descubrimos a Padre Dios. Las dificultades no nos quitan la alegría.
Nadie desea la dificultad, ni la tristeza.
La dificultad es normal. Es necesaria para crecer en las virtudes.
El fundamento de nuestra alegría debe ser firme. No debe descansar en cosas pasajeras: noticias agradables, la tranquilidad, medios económicos, etc. Todas esas cosas son buenas pero insuficientes en sí mismas.
Debemos de tratar estar siempre alegres. La alegría es contagiosa. La tristeza también.
Un alma triste queda a merced de muchas tentaciones. Oscurece el ambiente y hace daño.
La tristeza nace del egoísmo, de pensar en uno mismo, de olvidarse de los demás.
Cuando el alma está alegre se vierte hacia fuera: es un estímulo para los demás.
Guarda tu corazón, porque de él procede la vida, dice el Libro de los Proverbios. De él, en efecto, proceden la alegría, la paz y la capacidad de amar. Ahí es donde nacen las virtudes.
Para crecer en virtudes necesitamos estar alegres y felices, ensanchar nuestro corazón.
Con el cumplimiento alegre de nuestros deberes podemos hacer mucho bien.
Ayudamos a los demás con pequeñas alegrías, que demuestran con claridad que les queremos: una sonrisa, una palabra de aliento cordial, un elogio…
Preparemos el Año Nuevo en nuestro ambiente fomentando un clima de paz, de participación, y de alegría. Repartiendo cariño.
Y recibiremos cariño.
Para un no creyente (y creo que para los creyentes que yo conozco también) la alegría y la tristeza no son consecuencia de la voluntad.
ResponderEliminarUnos somos más fuertes que otros, con más capacidad o menos de enfrentarnos a la vida, pero al final esas emociones dependen demasiado de nuestro entorno.
Es difícil la alegría con la tripa vacía, ante la desgracia, ante la muerte, ante la injusticia, ante algunos caprichos de la vida, ante la enfermedad. Sólo consigue uno sobreponerse a base de sacar fuerzas de flaqueza, mientras las encuentre.
Podemos poner un granito de arena para conseguir extender un poco de alegría, pero somos demasiado pequeños para enfrentarnos con éxito garantizado a ese monstruo.
Personalmente, puedo hacer frente a la desgracia a base de reunir fortaleza y si supero el trance, me sirve de enseñanza, pero la alegría viene de la mano de los vientos suaves y cálidos.
Un abrazo y feliz año recien estrenado.
Gracias mi amigo Luis Ángel. El primero del primero del año.
EliminarSiempre podemos contar con usted. Su participación es inestimable y necesaria, esclarece y amplía los temas.
Le deseo, y a toda su familia, amigos y vecinos, el disfrute diario de la alegría, por ser libres y felices.
Reitero las gracias y las felicitaciones, un fuerte abrazo.
La alegría y la tristeza, como el amor o los grandes estadosde ánimo, dependen de muchas cosas. Nuestras emociones tienen componentes físicos y, sobre todo, psicoafectivos.
ResponderEliminarel conocimiento de las emociones, la inteligencia emocional, se va descubriendo poco a poco¡es tan inmenso el ser humano! somos a "su imagen y semejanza"- tenemos días, en este año 2013, para ir intentando entender eso.
Yo pondría un tercer elemento, para ofrecer un trio de reflexión sencilla, tras lasfiestas la cabeza está algo aturdida de tantas emociones. Yo pondría "la comprensión". Es hija del amor y del perdón, por lo que crea "buen rollito" en la convivencia.
Feliz año.
Gracias por tu aportación. Acercas mis ilusiones, y alejas mis pesares.
EliminarYo también pondría "la compresión". Tan necesaria, quizá como nunca.
Intento comprender y que me comprendan, para acercar posiciones que nos unan con el fin de convertir en realidad el mundo mejor.
Te quiere y te desea la plena felicidad. Luis.