“LA FAMILIA Y LA SOLEDAD”
La familia es
tan importante que gracias a ella hemos nacido usted, yo y todos. No tener
familia es un gravísimo problema y una enorme desgracia.
No hay nación si no existe la familia.
No hay
paz, y menos social, si no existe la familia.
Y no hay
felicidad si no existe la familia.
La
familia no se improvisa, se crea cuando hay razones para ello.
La familia no
se forma espontáneamente, se necesitan unos conocimientos adquiridos desde
niños.
No
existe un comportamiento familiar cuando los padres no son lo que deberían ser.
No hay
disculpas para que los padres, a conciencia, dejen de ser lo que tienen que
ser, ya sea porque ambos trabajan, o por cualquier otra razón que desestructure
la familia.
La sociedad
tiene que buscar la solución a estos graves problemas que hoy padece la
familia. Usted y yo, todos estamos involucrados. La solución no sólo depende
del vecino, también depende de mí.
La sociedad
tiene que buscar los cauces necesarios para que los padres sean lo que son.
¿Saben que ya
no sólo hay mayores en soledad, es decir, que se sienten solos? Hoy hay jóvenes
que se sienten solos, que también sienten la soledad. Cuando hay una juventud
maravillosa.
Los problemas
de la familia han ido aumentando de forma peligrosa. Y esto nos afecta a todos,
en especial a los jóvenes.
No van a
estar solos los mayores, ahora ya lo están los no tan mayores, los jóvenes, y
esto es mucho peor, peligroso y triste.
Le estamos
sumando muchos problemas y amargura a la vida, y dejándoselas a las nuevas
generaciones. ¿Y en cuánto al medio ambiente?
Ya no sólo no tienen trabajo los jóvenes,
ahora los dejamos solos.
Y la
única compañía sincera, segura y necesaria es la familia.
Los padres, los abuelos, los tíos y los
primos, todos constituimos la familia.
Pero para
ello tiene que existir el cimiento de unos padres que pueden y actúan como
tales, que están en todos los momentos decisivos de sus vidas, que no son solo
los de las comidas: son los de los estudios, el cuidado de saber con qué amigos
están, el cuidado de la notas, el corregirles en la mesa, en darles valores que
sean el cimiento de sus vidas, y que puedan decir ¡qué padres he tenido! ¡Han
vivido para nosotros!
Esto que
acabo de decir era la normal.
No creo que
épocas pasadas fueron mejores.
Creo que las
sociedades, como los seres humanos, enferman.
La cura
la tenemos fácil, de nosotros depende.
Y ahora que
el problema se ha ido agravado tenemos que buscarle soluciones, que las hay.
La familia
está atacada por muchos flancos: no se protege la vida, los hijos se crían
solos, los profesores no son respetados, no se controla el desmadre, la
agresividad es normal, algunos tienen
lujos sin saber el esfuerzo y trabajos de sus padres para dárselo etc. etc.
Creo que
algunos padres no les están dando y enseñando valores éticos o religiosos.
Todos, sin
dejar uno, estamos obligados a contribuir a restablecer los cimientos y las
vivencias del valor incalculable de la familia.
Tenemos que
tener la conciencia clara del daño que se está causando no sólo a la sociedad
sino a personas en concreto, y en especial a niños y jóvenes.
Tenemos que
ser conscientes del daño personal, social, nacional y mundial que se está
creando con la destrucción de la familia.
¿Qué les
estamos dejando?
Creo,
sinceramente, que todos tenemos que preguntarnos:
¿Qué estoy
haciendo por la familia, y qué les estoy dejando a mis hijos?
Y a esas
preguntas, esas o tales respuestas.
Estoy de acuerdo con tu opinión .La educación se mama y si en el seno materno no existe ningún laso sentimental o las bases de sentimientos universales ,se desarrollan sicopatologías de abandono y soledad .
ResponderEliminarGracias Antonio. Amplias este tema tan importante.Le añades un matiz fundamental.
EliminarLa sociedad tiene que encontrar, urgentemente, los medios para que los padres eduquen a sus hijos. Yo soy lo que me educaron.
Gracias y un fuerte abrazo.,