sábado, 15 de junio de 2013

“MI CREENCIA ACERCA DE LA VIOLENCIA”

“MI CREENCIA ACERCA DE LA VIOLENCIA

¡Revolución! Sí, me considero un revolucionario, y quiero y deseo ser muy activo. Desde hace muchos años estoy comprometido con la única revolución que, a mi modesto entender, provocará el cambio profundo y duradero que todos deseamos, merecemos y creo necesitamos.
El mal solo se vence con el bien.
Por eso intento, en la medida de mis posibilidades, fomentar la honestidad. Primero en mi conducta,  luego en la de quienes me rodean, y si pudiera en el mundo entero.
Hago todo lo que puedo por generar una mayoría que provoque el cambio con su buen hacer.  Que lo imponga con su participación y honesto comportamiento. Que revolucione al mundo, con el bien.
No entiendo el odio ni la violencia. Cualquier acto violento es tan dañino como el mal que pretende remediar.
El mal solo engendra mal.
El paternalismo, por ejemplo, es peor que el mal que pretende corregir. Sus frutos son la desilusión, el pasotismo y el individualismo.
Me gusta la palabra lucha, y no se vivir sin ella, y ni quiero. Vivo con ella. Pero sin lucha personal, la lucha social no tiene sentido. Si yo soy menos egoísta, menos soberbio, mejor trabajador, buen padre, amigo leal, fiel a la palabra dada, trato de ser santo, participo... contribuiré a crear un ambiente de generosidad, de escucha, de respeto, de profesionalidad, de lealtad, de amistad, reforzaré los lazos familiares y del amor ... En definitiva, me comportaré honestamente y contagiaré la honestidad, la participación, y la responsabilidad personal y social. Porque el bien es atractivo y se desea tener.
Amar al prójimo como a nosotros mismos.
El mal no se mata. El mal se cambia por el bien. El bien desplaza al mal.
La riqueza (no me refiero únicamente a la económica) y la felicidad (la verdadera felicidad) se crean. No pueden imponerse. Y menos con la fuerza.
La libertad es el cimiento de la felicidad, y la antítesis de la violencia.
Esto es lo que creo, lo que intento vivir y transmitir, y a lo que le he dedicado una parte importante de mi vida, y le dedico, por convicción y por obligación.
La violencia engendra violencia. Y el amor engendra el amor.
Quiero, apasionadamente, al ser humano, y por el daría mi vida, como la doy por Padre Dios, que es Amor.
Por el querer, por el amor no se puede creer y menos practicar la violencia.
La violencia es el rencor y el odio, la violencia es la maldición.
Uno de los tantos ejemplos del bien que hacer por la paz (no violencia) y ser seglar, no católico, de otra raza etc. fue Mohandas Karamchand Gandhi.
No existe justificación a la violencia.

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