lunes, 15 de diciembre de 2014

“URBANIDAD”


 
 “URBANIDAD”
 
 
Urbanidad significa y es buen trato, buenos modales, demostración de respeto, buena crianza, estar bien educado.
La urbanidad no es congénita, se aprende desde niño por la educación  recibida y aceptada de los padres.
La urbanidad es tan necesaria que no puede existir una feliz convivencia sin urbanidad.
No existen conocimientos, intelectuales o de experiencia, que puedan  sustituir a la urbanidad.
El respeto y la compostura son consecuencia de la urbanidad aprendida  y vivida.
Hay diferentes formas de urbanidad: urbanidad familiar, social, religiosa o de la piedad, deportiva, política, académica…  y todas son  medios para tener el comportamiento debido y educado en cada momento.
El protocolo es una de las consecuencias de la urbanidad.
El protocolo en las solemnidades no es superfluo, es una necesidad  para el buen orden y la correcta planificación necesaria para que tenga la solemnidad o la relevancia y el orden adecuado.
Dentro del protocolo están los detalles que parecen nimios y no lo son, como el vestir, el respeto y compostura debidos, el ritmo en los movimientos... que le dan al acto el reconocimiento de su valor y de su razón de ser.
El cariño entre las personas se debe demostrar con actos, palabras y gestos. Se debe demostrar con urbanidad.
Una de las formas de manifestar las creencias y la educación es con la urbanidad.
La compostura, el recogimiento, el arrodillarse delante del Santísimo Sacramento es un acto de urbanidad.
Los ambientes de desacralización son consecuencia del ateísmo y de la falta de urbanidad, por considerarlos como pura ficción o imaginación, considerando lo sagrado  como atraso o falta de progreso de la  civilización.
El gesto de besar la mano de las señoras, dejar la acera, saludar… es urbanidad.
Besar la mano está en desuso, pero no está sin valor y creo en lo positivo de su uso.
Hay que tener una educación esmerada para besar la mano. Que por otro lado nunca se besa: se inclina un poco la cabeza hacia la mano, y se levanta la mano hacia la cara.
Se puede tener una gran cultura intelectual, varias carreras universitarias, másteres… y ser una persona maleducada y sin urbanidad.
El gran cimiento de la urbanidad es el amor y la educación fraternal.
Sin urbanidad no puede haber plena felicidad y plena libertad.

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