“EL PODER DEL
COCHE”
TERCER TEMA DE LA TRILOGÍA PARA NO CONTAMINAR Y SEGUIRÁ EL COLOFÓN.
Los poderes perversos
han convencido a una parte muy importante de la humanidad que la posesión de un
coche es la felicidad. Y el no tenerlo es ser un desafortunado.
Hay quien con verdaderos
sacrificios mantiene el coche, para sentirse feliz.
No podremos seguir
viviendo en nuestro Planeta Tierra, de forma natural, si no dejamos ya de
contaminar.
Trato, por todos los
medios a mi alcance, convencer de que tener el coche no es una felicidad. Puede
ser necesario, como herramienta de trabajo, como medio de ganarse la vida
transportando cosas, todos necesitamos el transporte. Pero me refiero más bien
al exceso del uso del coche cuando hay medios públicos de transporte o no hay
una auténtica necesidad.
El uso excesivo de un
coche, aparte de contaminar, es un gasto innecesario y dañino para el
propietario y el resto de la humanidad.
¿Cómo puedo convencer?
¿Cuántos disgusto,
discusiones y hasta riñas en el tráfico se dan por ser conductor?
Trato sin ambages de
convencer que la felicidad no está en la posesión de cosas, como el coche.
La felicidad o estado
ideal del ser humano, se tiene de dentro hacia fuera, no de fuera hacia dentro.
Lo mismo que el coche
hay otras cosas innecesarias que no hacen la felicidad. Son origen de gastos,
que en algún caso son gastos superiores a las posibilidades, y que en vez de
hacer feliz, le hacen un infeliz.
Lo mismo que el coche
hay otras cosas innecesaria, origen de gastos y de disgustos, cuando esos
medios económicos pueden y deben ser usados en asuntos de los que sí se deriva
la felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.