miércoles, 6 de enero de 2016

“A LA MEMORIA DE DOS GRANDES SACERDOTES Y SEÑORES”



“A LA MEMORIA DE DOS GRANDES SACERDOTES Y SEÑORES” 



Don Ramón Luján García y don Jesús Jiménez Juárez, sacerdotes del Opus  Dei, han fallecido con días de diferencia en este final del año 2015.
Don Ramón el mismo 31 de diciembre, don Jesús el 23.
Ya están en la Presencia de Padre Dios, que eso es el cielo.
Sus hechos, consejos y bendiciones han marcado mi vida.
Mi agradecimiento, a ambos, es eterno.
¿Qué puedo y qué debo hacer? Rezar y pedirles que ellos imploren a Padre Dios por todos nosotros, por el mundo entero. “Que es lo que estarán haciendo”.
Mis recuerdos, de los dos, son tantos y tan valiosos que han fundamentado y marcado mi vida, para vivirla tratando de ayudar a la gente.
La santidad personal es de un poder inimaginable, pero es vivible, se puede alcanzar. Y ellos eran santos.
La santidad es estar cerca de Dios, y por esa razón tiene un poder que hace mejorar a los demás.
He sido un gran afortunado habiendo podido darles mi admiración,  cariño y amistad a esos dos santos, dos grandes sacerdotes del Opus  Dei y dos señores: don Ramón Luján y don Jesús Jiménez. Y haber recibido una dirección espiritual a lo largo de estas décadas que me  ha permitido tratar de ayudar y de amar al ser humano con pasión.
Que esas vidas dedicadas a la oración, a hacer y decir lo que es el bien y el amor a Padre Dios, al ser humano y a la Naturaleza – como han sido las de don Ramón y don Jesús - jamás queden en el olvido. Por  eso quiero recordarlos rezando.
Ya vivo en el atardecer de mi vida, y la estoy tratando de vivir, lo más intensamente que puedo y debo, dedicado a ayudar –es lo que ellos me fortalecieron –y esta nueva vida me está llenado el corazón y la esperanza de conseguir el mundo mejor que corresponde a los hombres, y de llegar, con la gracia de Padre Dios y su misericordia, a ese fin de la vida de todo hombre que es el cielo. Gracias por darme la esperanza del cielo.
Benditos y alabados sean don Ramón y don Jesús por el bien que nos hicieron, y que ahora gocen la inefable e indescriptible vida eterna de la contemplación de Padre Dios en el cielo.
Gracias don Ramón y don Jesús por tanto bien que repartieron y que hemos tratado de aprovechar, estamos tratando de aprovechar.
En la espera ilusionada de volver a verles y compartir el cielo –que tanto anhelo– reciban don Ramón y don Jesús, don Jesús y don Ramón las más efusivas y agradecidas gracias por tanto bien que han repartido y la seguridad de que con su ayuda desde el cielo nos esforzaremos por aprovecharlo para el bien de todos.
Gocen de la eterna contemplación de Padre Dios don Ramón y don Jesús, don Jesús y don Ramón.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.

Por favor, si desea contactar conmigo de forma privada:

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *