“LA FELICIDAD Y LA LIBERTAD
DEPENDEN DE LA HONESTIDAD”
No sé cuándo dejaré de repetir la honestidad tiene un valor
inconmensurable y es muy necesaria para conseguir la felicidad y la libertad.
La infelicidad es consecuencia del dominio del mal, por la falta
de honestidad.
¿Quiénes imponen y reparten el mal? Aquellos que viven sin
valores. En definitiva, quienes son deshonestos.
El mal no es un atavismo. El mal es una consecuencia.
Nadie ha nacido para vivir el mal ... Si alguien lo vive,
probablemente es porque no contribuye con su honestidad.
“Amar con pasión, es la solución”.
Benditos y alabados sean los honestos, porque tienen y reparten el
bien para ayudar. Lo que los hace felices y libres de forma natural.
Ayudar a los demás es la meta obligada de todo bien nacido,
educado en valores y que dedica su vida a ayudar a los demás.
Loor y grandeza a la honestidad.
Alabados sean los honestos porque reparten el bien sin mirar a
quién.
La felicidad y la libertad dependen de la honestidad de los buenos
en su participación de ayudar.
La felicidad y la libertad dependen de la honestidad.
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