“¡¡¡LAS INSTITUCIONES Y LAS METAS A CONQUISTAR Y A CUIDAR!!!”.
Las instituciones y
las metas no nacieron por generación espontánea sino como consecuencia de
necesidades.
Las instituciones y
las metas deben ser ideales y respetadas como algo fundamental y necesario.
Respetar y proteger
las instituciones y las metas es una obligación personal y social ineludible e
incontrovertible.
“¡¡¡Las instituciones
y las metas nacieron porque las hicimos para el bien personal, social, nacional
y mundial!!!”
Por no respetar las
instituciones y las metas se es reo de maldad porque daña lo que todos
necesitamos para una vida feliz, libre y normal.
“¡Lo normal es vivir
de acuerdo a las instituciones y a lograr las metas que hemos creado y tratamos
de alcanzar, para vivir mejor con felicidad y libertad!”
Las instituciones
nacionales en nuestra forma de Estado democrático son la Administración
Pública, el Gobierno, la Monarquía, las Leyes, la Patria, y las metas
personales y sociales son, entre otras, la honestidad, la libertad y la
felicidad.
“¡¡¡Considero la
felicidad y la libertad como metas especiales por ser una necesidad!!!”
“¡Las instituciones
que creamos fueron por necesidad!”
“¡La necesidad de
vivir en armonía es un hecho racional!”
Lo irracional es crear
instituciones y no respetarlas, sino vituperarlas, atacarlas y quedarse
tranquilo cuando algo o alguien ha desvirtuado su contenido y ha cometido, o
está cometiendo, un pecado de lesa humanidad.
El Gobierno, la
Monarquía, las Leyes, la Seguridad Social, las Instituciones Civiles, las
Instituciones Religiosas, la Patria, la Libertad, la Felicidad… son
instituciones y metas a proteger y tratar que brillen por su “buen hacer” por
hacer el bien propio y de los demás.
Desconsiderar,
maltratar, abandonar… las instituciones es un signo evidente de decadencia
moral y material, que arrastra a una sociedad y hasta a una nación.
“¡No hay riqueza
material ni espiritual sin instituciones honestas, cabales, reales y ágiles.
Teniendo como fin servirle a usted y a la comunidad!”
El respeto,
consideración y protección a las instituciones es el gran signo de un pueblo
honesto y participativo que lucha por el bien propio y el de los demás.
“¡¡¡Anatema y condena
a quien vitupera y ataca a sus Instituciones, será reo de maldad. Con su
comportamiento daña a lo que hemos creado entre todos para la felicidad y la
libertad!!!”
Hemos nacido para la
felicidad y la libertad por eso hemos creado durante siglos las instituciones,
para que velen y luchen por la felicidad y la libertad, material y espiritual,
metas irrenunciables por las que hay que luchar.
“¡¡¡Las instituciones
y las metas las creamos para la felicidad y para la libertad, y para que nos
sirvan en la solución de los problemas personales, locales, nacionales y
mundiales!!”