“¡¡¡EL ARREPENTIMIENTO!!!”
“¡El arrepentimiento
es señal de haber reconocido el pecado y el daño causado!”
Arrepentirse es señal
de recibir las ayudas espirituales que Padre Dios, infinitamente bueno, nos
reparte tratando de ayudarnos a conseguir el perdón, que sin él no hay
salvación.
El pecado es aceptar
el mal hecho a conciencia, dañando a algo o a alguien que es inocente del
pecado cometido.
Pecar es señal de la
fragilidad humana que necesita la ayuda de Padre Dios para comportarnos como
debemos de acuerdo a nuestros valores y creencias.
Pero pecar es
facilísimo.
El mal está constantemente
al acecho pendiente de nuestras debilidades y errores, en el comportamiento
personal, que tanto afecta a los demás, que son inocentes del mal que les
causamos.
El arrepentimiento,
sincero y verdadero, es señal de que hay verdadero dolor del pecado cometido y
el deseo ferviente de reparar el daño, y de no volver a pecar para no dañar a
los demás y a uno mismo, por la falta de amor a Padre Dios y a los demás.
Amar con pasión libera
y aparta al mal que trata de vencernos para que cometamos pecados y dejemos de
amar y no nos comportemos como verdaderos fieles del amor a Padre Dios, del
amor a los demás, de la humildad.
“¡¡¡Benditos y
alabados sean quienes resisten los constantes ataques del mal, venciéndolos con
el AMOR A PADRE DIOS Y A LOS DEMÁS!!!”
“¡¡¡Los
creyentes tenemos Los Mandamientos que nos dicen lo que debemos hacer y cómo
comportarnos para no pecar, y ser fieles hijos de Padre Dios y hermanos de los
demás!!!”
“¡¡¡La
hermandad con amor y humildad es el cimento de la felicidad, que nos pone en el
camino de la santidad!!”
Aspirar y desear la
santidad debe ser el comportamiento personal de todos, diario y cotidiano, de
día y de noche, y siempre, sin descansar.
Tenemos todos los
medios espirituales para resistir y no caer en la tentación, pero las
consecuencias del pecado original agravan las debilidades de las que se
aprovecha el mal.
Por eso tenemos esos
recursos espirituales que nos reparte Padre Dios a manos llenas, y de los que nos
olvidamos cuando pecamos.
“¡El arrepentimiento
es de santos, si lo hacemos con verdadero dolor de amor por haber pecado!”
“¡¡¡Rezar, y hacer
pequeños sacrificios, creyentes y no creyentes, es la gran ayuda para no
pecar!!!”
“¡El
arrepentimiento con verdadero dolor del pecado, nos santifica y nos perdona el
pecado!”
Arrepentirse debe ser
el sentimiento y el comportamiento para no volver a caer en la tentación y no
volver a hacer el mal, el pecado.
“¡¡¡Rezar y hacer
pequeños sacrificios libera a la mente y al deseo de actuar mal y pecar!!!”
El arrepentimiento
sincero y verdadero nos libera de la pena del pecado.
“¡El arrepentimiento
es signo de querer ser santo!”
La santidad, que nos
reparte Padre Dios, nos da las fuerzas necesarias para no pecar.
“¡¡¡Bendito y alabado
sea el santo que, amando a Padre Dios y al prójimo, no peca para no ofender, ni
hacer daño a otros, ni hacerse daño a sí mismo!!!”
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