“A
QUIENES CREEN EN MI”
Yo y mis circunstancias, creadas por
mis actos o recibidas por la naturaleza, han ido marcando mi devenir y mi hacer
tratando ayudar a los demás. Sin embargo, mi honestidad y amor a los demás no
son suficientes.
Necesito la ayuda del Espíritu Santo
Dios, porque mis escritos están siendo leídos en lugares que jamás pensé, ni
remotamente, que llegasen a ser tenidos en cuenta.
Mi responsabilidad es tan grande,
que no soy capaz de soportarla solo. Necesito las ayudas de quien la puede dar,
y en quien creo ciegamente y mi fe es absoluta y determinante: El Espíritu
Santo Dios.
La ayuda que necesito no es cuestión
de credos. Se sea creyente o no.
Ruego, con todo mi amor y amistad,
que los creyentes recen por mí y que los no creyentes hagan algún pequeño sacrificio,
para que yo sea capaz de ayudar y no de entorpecer, porque no basta con mi
buena voluntad, por mucha que tenga. Necesito la ayuda de los demás.
No quiero sobrecargarles.
Lógicamente no es ése mi deseo. Pero, sepan, que para mí, su ayuda es una
necesidad.
Lo que escribo tiene que ser algo
que ayude.
No puede ni debe ser algo
interpretativo, sino de claridad meridiana.
Quien lea mis escritos tiene que
pensar y sentir que le han ayudado.
Mi responsabilidad, amor, y
honestidad en mis escritos tienen que ser consecuentes y de acuerdo a mis
valores y creencias: Amar Padre Dios sobre todas las cosas, y al prójimo,
a usted, como a mí mismo.
Insisto: necesito el rezo del
creyente y los sacrificios del no creyente para escribir lo que debo escribir.
Que mis palabras aporten orientación y soluciones a quienes lo necesitan.
Lo que escribo me obliga. Cargo con
la responsabilidad, pero no sé si lo que estoy diciendo es lo que debo decir
para ayudar.
Por favor, no deje de hacer el
maravilloso bien de rezar y hacer sacrificios para que el Espíritu Santo les
oiga - sean creyentes o no, - y yo reciba la ayuda que necesito y pueda
escribir lo que debo escribir para ayudar.
Gracias a todas y todos los que con
tanto amor y honestidad reparten el bien que tanto necesito para poder ayudar.
Con todo mi amor y honestidad. Les
doy, a quienes creen en mí, como al mundo en general, lo que tengo de más
valor: Que Padre Dios, Jesucristo Dios y el Espíritu Santo Dios les bendiga, a
sus familiares, vecinos, amigos, conciudadanos y al mundo entero.