miércoles, 19 de junio de 2019

“¿DE QUÉ VALE SU VOTO?” “¿DE QUÉ HA VALIDO SU VOTO?



“¿DE QUÉ VALE SU VOTO?” “¿DE QUÉ HA VALIDO SU VOTO?  

¿De qué vale su voto? Si el que más votos ha recibido puede pasar a la oposición. Si por los pactos el partido de menos votos puede llegar a ocupar un Ministerio o un cargo de gobierno... ¿De qué ha valido su voto?
Supóngase que el partido al que usted votó obtuvo el mayor número de votos y pasa a la oposición. ¿De qué ha valido su voto?
También se puede dar el caso de que pase a la oposición porque no ha hecho nada o no ha podido conversar o no ha querido coaligarse con otros partidos para conseguir gobernar.
¿Esto es una injusticia o no? ¿Esto es correcto? ¿Para qué votó usted si su voto no ha servido de nada? ¿Esta situación es lógica, normal y natural? A mí me parece que no es del todo justo. Sé que la democracia y la política implican el arte de pactar para llegar a acuerdos, el primero de ellos gobernar, pero creo que no todo vale. Los extremos no se pueden juntar, aceite y agua no mezclan. Quizás en ayuntamientos la gestión es menos ideológica y todo pueda hablarse. Pero en los ámbitos que más organizan a la sociedad en su modelo social, como en regiones y Estados, no todo puede mezclarse.
Pero valdrá todo, hasta tanto no haya una mayoría muy destacada que grite, a los cuatro vientos, la inmoralidad del momento actual.
El voto debería ser una cosa de sumo poder. Su efecto debería ser incuestionable y totalmente realizable.
La voluntad popular debería ser aceptada con toda honestidad, humildad y sinceridad, e imperar en las votaciones. Debería guiar la fórmula de establecer acuerdos de gobierno con aquellos más próximos en su modelo social y que por tanto distorsione en menor medida la voluntad del pueblo.
¿Qué forma y fórmula debe tener el efecto del voto? Yo pienso que el que gane jamás puede ir a la oposición.
El respeto al voto debería ser lo que definiese quién va a gobernar, y no a pasar a la oposición porque no hizo, no pudo, o no quiso coaligarse para conseguir gobernar habiendo recibido la mayoría de los votos del pueblo soberano que les votó.
Soy reiterativo tratando de resaltar la situación de las votaciones políticas en la sociedad actual. Porque si no respetamos el resultado de los votos, poco a poco el pueblo se va alejando, cansando, de sus políticos, y la democracia llegará a fallar completamente.
Por eso el único rechazo frontal que encuentro a esta situación es una abstención que pueda llegar a ser muy mayoritaria.
¿Qué sucederá cuando haya una abstención superior al cincuenta por ciento?
¿Qué significado tendría una gran abstención en la población y en los partidos que han sido votados? ¿Puede construirse un gobierno con una participación muy baja?
Se dice "¡si no hay voto, por la abstención, éste voto no se suma y, por tanto, no afecta a los resultados!" Pero sí debería afectar, en el caso de una gran abstención. Es un grito aterrador de aviso de que hay fallos garrafales que afectan a los resultados. Y habría que ir al fondo de la cuestión, como puede ser que los partidos no representan al pueblo.
La corrupción ha llegado y todo lo ha arrasado. Esto es una verdad como un templo catedralicio.
"¡Que usted vote y no signifique nada, es una aberración!¡ Que usted deje de votar y tampoco signifique nada es otra aberración!”
¿De qué ha valido su voto?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.

Por favor, si desea contactar conmigo de forma privada:

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *