“¿QUÉ ES LA CORRUPCIÓN?”
¿Qué es la corrupción? La aceptación, la vivencia y, en
especial, la práctica del mal.
El corrupto valora su tiempo de acuerdo a lo que gana de forma
inmoral.
Hay corruptos en todas las clases sociales, económicas,
políticas, religiosas… Y los hay de todos los tamaños.
El corrupto tiene su grey. A mayor poder, mayores son las
posibilidades de corromper.
La corrupción tiene tales efectos nocivos, que puede llevar a
todo un País a la miseria material y moral, arrastrando a los propios
corruptos, y a los pocos inocentes, a la destrucción y aniquilación.
El mal tiene un poder aniquilador.
Aceptar el mal como cosa natural es el gran paso para la
corrupción.
“¡Para el corrupto todo tiene un precio y un valor de compra y
de pago!
El único antídoto contra la corrupción es la creencia y la
vivencia de valores morales, éticos o religiosos.
La corrupción es hereditaria. Como lo es la honestidad.
“¡¡¡El corrupto no nace,
se hace!!!”
El corrupto valora su tiempo y lo cuantifica de acuerdo a la
cantidad que ha cobrado o que conseguirá por el pago o por el cobro de un acto.
El grado máximo de la corrupción es llegar a matar por ganar
dinero o poder.
El paradigma de la corrupción personal y social son los poderes
perversos.
Insisto: los poderes perversos -no tienen límite en el tamaño,
los hay desde pequeños a monstruosos- son aquellos cuya meta y fin es ganar
dinero y poder.
El poder perverso puede llegar a dominar a todo un País, a toda
una Nación.
¿Cómo combatir la corrupción? Con los valores éticos, morales o
religiosos.
“¡¡¡La honestidad es el gran enemigo de la corrupción!!!”
“¡¡¡La honestidad es el gran aliado del bien, y el gran enemigo
del mal!!!”
La honestidad es un valor que se hereda por la educación
familiar recibida y aceptada.
Llenar la vida de valor y contenido, poder mirar de frente sin
tener que agachar la cabeza, tener el respeto y la consideración personal y
social a los demás, es una consecuencia de la honestidad, de la lealtad y del
amor a los demás.
Bendito y alabado sea la persona honesta: es merecedora/or del
reconocimiento personal y social, porque su vida es un ejemplo a imitar.
La honestidad es un cimiento fundamental del bien, que se
desarrolla y se extiendo en todas las direcciones, creando y repartiendo
felicidad y libertad.
“¡La corrupción es un mal tan aterrador que puede llegar a
afectar a los inocentes en su vida personal, social y laboral!”
De acuerdo al número de corruptos, así será la vivencia del mal
y sus consecuencias, arruinando a la vida personal y social, y viviendo y
conviviendo con el mal, hasta de forma normal y natural.
El corrupto persigue al honesto, porque es su enemigo mortal.
El corrupto, en gran escala y poder, decide sobre la vida y la
muerte de personas inocentes y culpables.
“¡El corrupto es el enemigo social que hay que combatir hasta su
total inoperancia, impotencia y poder!”
“¡¡¡Aceptar al corrupto es ser amigo del mal!!!”
“¡¡¡Quien siembra el mal, solo recogerá y repartirá el mal!!!”
“¡El corrupto es un enemigo que hay que combatir para
sobrevivir!”
“¡¡¡No hay posibilidad de tener felicidad ni libertad si los
corruptos dominan la sociedad!!!”
“¡¡¡El corrupto es el gran enemigo personal y social, que hay
que combatir y anular si se quiere ser libre y feliz en esta sociedad!!!”
La corrupción llegó y todo lo arrasó.
Venzamos a los corruptos y a la corrupción, y habremos
conseguido el bienestar personal y social.
El corrupto es el enemigo aterrador al que hay que combatir
hasta su total desaparición.
La aceptación del corrupto y de la corrupción es el mal que
arrastra a la perdición.
Para poder ser libre y feliz, hay que exterminar al corrupto y a
la corrupción.
“¡¡¡Sin destruir al corrupto la vida la domina el mal!!!”
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