“¡USTED Y NOSOTROS!”

“¡USTED Y NOSOTROS!”  

"¡Usted y nosotros somos el centro del universo!"

No exista nada de más valor en todo el universo que el ser humano. Y con diferencia por tener un alma inmortal.

No existen dos personas iguales. Somos seres únicos e irrepetibles.

Nuestra vida es algo de valor incalculable, y la tenemos para ser felices y libres.

Usted y yo tenemos que combatir el mal.

El mal nos perseguirá mientras vivamos. No descansa ni descansará hasta el final de nuestra vida.

No hay razón, justa y verdadera, para matar. La vida es intocable e invalorable. Nadie tiene el menor derecho a matar. Matar es pecar gravemente contra un ser humano, al que hacemos daño hasta destruirlo. Hay también otros pecados muy graves que comete el ser humano.

"¡La libertad nos hace responsables al poder decidir y elegir el bien o el mal!"

"¡¡¡La educación familiar en valores éticos, morales o religiosos es el necesario fundamento para poder ser y vivir, usted, yo y los demás, felices y libres!!!"

"¡Usted y nosotros somos imprescindibles e insustituibles!"

"¡Usted y nosotros ocupamos un lugar en la vida propia y en la sociedad que no hay otro que la ocupe!"

Insisto: "¡¡¡Somos únicos, irrepetibles, imprescindibles e invalorables!!!"

"¡¡¡Usted y nosotros podemos imitar, pero nunca igualar!!!"

"¡¡¡Aun copiando no igualamos!!!"

Nuestros hijos, de los mismos padres, son todos diferentes, física e intelectualmente. Esto es un ejemplo de la individualidad suya y de la nuestra.

La individualidad fortalece la unicidad e irrepetibilidad suya y mía.

¡El valor de la vida es inconmensurable e impagable!"

Usted, como nosotros, ocupamos un lugar irremplazable. Se podrá imitar o parecer, pero jamás igualar.

"¡¡¡La conciencia personal nos hace ser un ser excepcional!!!"

Bendita y bendito y alabados sean los seres humanos que respetan y aman sus vidas y las de los demás.

Usted, y nosotros, tenemos, a lo largo de nuestras vidas, muchísimas oportunidades de elegir y vivir el bien o el mal. Eso es la libertad. Ayudar o dejar de ayudar.

Tenemos todas las oportunidades de ser una buena o una mala persona.

¡Usted, y nosotros, somos los reyes de la creación! ¡Podemos llegar a ser un lacayo, un esclavo, o un ser libre; todo depende de nuestra voluntad y nuestra honestidad!

"¡El que otros sufran es culpa de usted y de los demás, de nosotros, si no ayudamos!" Ayudar o dejar de ayudar.

"¡Para que otros gocen tenemos infinidad de oportunidades que desarrollar!"

"¡Todos somos imprescindibles para muchas personas!"

"¡La felicidad como la libertad son dones que recibimos en la medida que las compartimos!" Ayudar o dejar de ayudar.

Ser único e irrepetibles obliga, moral y materialmente, a no estar exento a corresponder y actuar las obligaciones personales, familiares y comunitarias que nos ha tocado vivir.

"¡Nadie vive solo para sí!"

Como seres sociales -que somos usted y nosotros- estamos obligados, existencialmente, a compartir por estar vivos, por pertenecer a una familia, a una sociedad y a una nación, y amarlas y respetarlas hasta que la muerte nos separe.

Todo lo que vaya contra la humanidad nos afecta, y nos atañe a todos con la misma obligación de deberes y derechos.

"¡La sociabilidad y solidaridad son un principio básico de la humanidad!"

Vivimos para los demás y con los demás, por muy flamante coche o móvil que tengamos, que nos hagan creer que somos independientes de la gente.

"¡Usted, y nosotros, somos los reyes de la creación si gobernamos nuestra vida con solidaridad, humildad, honestidad, de lo contrario somos lacayos o esclavos!"

Usted, yo y los demás nacimos para vivir de acuerdo a unas normas sociales de convivencia, como son la solidaridad, la honestidad, el AMOR Y AMISTAD. Y para vivirlas con honor y respeto, y a ser posible con ese amor entregado que es la santidad de vida.

"¡Usted, y nosotros, somos los reyes de la creación de acuerdo a nuestra actuación!"

"¡Benditos y alabados sean quienes viven con santidad en su actuación!" Ellas y ellos son los Reyes de la Creación.