lunes, 31 de agosto de 2020

“¡JAMÁS PERJUDICAR!”


 

“¡JAMÁS PERJUDICAR!”


Como seres humanos sociales jamás debemos perjudicar.

“¡Perjudicar a conciencia es hacer el mal a sabiendas!”

Se tiene que tener mucha maldad, rencor, envidia y odio para perjudicar a conciencia sin más.

“¡El amor es el antídoto del mal!”

“¡Amando jamás se puede perjudicar a conciencia porque va contra la conciencia!”

“¡La conciencia es la norma inmediata de conducta y el régimen que ordena los actos de acuerdo a valores aprendidos, heredados y practicados, universalmente aceptados!”

“¡Con buena conciencia jamás se perjudica a conciencia!”

Se podrá dañar de forma circunstancial por error, pero se corrige, se pide perdón y se solucionan para dejar de perjudicar.

Jamás perjudicar a conciencia. Se vive una vez, y es de una maldad reconcentrada perjudicar para hacer el mal.

Hasta hay quien hace el mal con fines de extorsionar para conseguir un bien material. ¡Qué espanto!  Pero es real.

¿Qué decirle al extorsionador para que cambie y se pueda sentir como un ser humano normal?

“¡Que tanto el mal como el bien se tienen y se dan, pero también se reciben de vuelta como cosa lógica y natural!”

“¡¡¡Jamás perjudicar!!!”

No se puede dormir y vivir haciendo el mal sin recibir el mal, porque es como una espiral que cada vez se estrecha más y oprime más.

Perjudicar a conciencia y con deseos de venganza es aún peor porque es una consecuencia de un deshonesto repartir el mal para dañar.

“¡Existe el mal, como existe el bien, y elegimos libremente según las creencias y los valores, y como consecuencia de la conciencia y de la libertad!”

La conciencia es la ciencia del alma, que actúa de acuerdo a los valores aprendidos en la educación familiar y social y practicados  y aumentados a los largo de la vida.

“¡Quien tiene una honesta conciencia, jamás perjudicará a conciencia!”

Jamás perjudicar a conciencia para poder vivir con la cabeza levantada y  poder mirar de frente a los demás.

Jamás perjudicar para no recibir el mal que hacemos y damos sin necesidad.

Jamás perjudicar para poder vivir con felicidad.

Jamás perjudicar, siempre ayudar.


viernes, 28 de agosto de 2020

“¡OFENDER A LO QUE MÁS SE QUIERE!”

 



“¡OFENDER A LO QUE MÁS SE QUIERE!”  

Ofender a lo que más se quiere es de una maldad y gravedad peligrosísima y de una agresividad inusitada.

“¡Quien falte al respeto a lo más sagrado, sea reo de condena social y ejemplo de profunda maldad!”

“¡No se puede, ni se debe, vivir odiando y con rencor a otras personas porque tienen diferentes creencias religiosas, visiones ideológicas, distinto modo de pensar, o las convicciones que sean!”

La educación en valores es fundamental para el respeto. Quien no ha sido educado en valores morales, éticos o religiosos, es un enemigo de sí mismo y de los demás.

Siempre hay tiempo de mejorar y de ser honesto, participativo, y respetuoso. Solo se necesita el honesto deseo y la voluntad de cambiar y de aprender para mejorar.

“¡¡¡La felicidad y la libertad se basan en el respeto!!!”

“¡Sin respeto no hay felicidad ni libertad, con el añadido de provocar ruptura social y de recibir rechazo social!”

“¡¡¡No tener respeto a los demás es convertirse en enemigo social!!!”

La natural, necesaria, y normal convivencia exige el respeto, se crea lo que se crea, se sea lo que se sea y se vivan las creencias que se vivan.

“¡El mayor aprecio a la convivencia es el honesto respeto a las creencias!”

Anatema sea quien ofende, tenga las razones que tenga, o alegue lo que alegue.

“¡Quién ofenda a lo que más se quiere es de una maldad inusitada e inigualada!”

Ofender por dañar -que es lo que se hace cuando se ofenden las creencias y los valores- es de un rencor que tiene que amargar la existencia del rencoroso.

Se puede ofender, y quizás de momento no se recibe el rechazo social como paga. ¡Ya llegará!

La paga del que ofende es quedar grabado y marcado y ser merecedor del rechazo social.  Pero siempre puede tener el perdón si pide perdón con honesto y sincero arrepentimiento.

“¡Líbranos del que ofende a lo que más queremos!”

¡¡¡Quien ofende a lo que más se quiere queda marcado, deja una huella profunda de maldad y agravio muy difícil de borrar. Pero siempre se podrá perdonar. Nadie puede exigir que se le perdone. Pero siempre se puede perdonar, si hay arrepentimiento y cambio de vida!!!

“¡Ofender a lo que más se quiere es de una maldad tan grave que no sé a dónde puede ir a parar!”

“¡¡¡Quien ofende a lo que más se quiere, sea condenado al rechazo y sea marcado eternamente, si no se arrepiente, cambia de vida, repara el mal causado y pide perdón!!!”

“¡¡¡Quién ofende con rencor, odio y maldad, sea condenado y rechazado por la sociedad!!!”

Ofender a lo que más se quiere es una maldad que produce, y producirá, rechazo frontal, hoy y siempre.

“¡Quién ofende a lo que más se quiere, sea apartado de la sociedad por esclavo del mal!”

Y quedará marcado como enemigo social, pudiendo llegar a enemigo nacional.


miércoles, 26 de agosto de 2020

“¡LA MUERTE DE LA CONCIENCIA! ¡FORTALECER LA CONCIENCIA!”

 


“¡LA MUERTE DE LA CONCIENCIA! ¡FORTALECER LA CONCIENCIA!”

 

La muerte de la conciencia es un mal, cuyas desviaciones son una gran amenaza para el hombre y su existencia.

La muerte de la conciencia es un mal para la sociedad, porque de ella depende el nivel de moralidad  y felicidad de las comunidades de hombres y mujeres.

Conviene fortalecer la conciencia. Es la luz del alma y, si se apaga, nos quedamos a oscuras, mejor dispuestos a cometer atropellos y maldades contra nosotros mismos y contra los demás, y contra la sociedad.

Tenemos que tener clara conciencia de lo que en nuestra vida significa hacer del bien y evitar el mal.  Que es tener conciencia.

Todos tenemos la obligación de formarnos una conciencia recta, delicada, decidida y participativa. Una conciencia buena y honesta.

Formar la conciencia, con la ciencia moral, y esforzarnos por vivir las virtudes humanas son dos aspectos esenciales de la formación y del comportamiento.

“¡Tratemos de tomar siempre las decisiones con honestidad y responsabilidad!”

Tenemos que aprender a ser sinceros con los demás y con nosotros mismos, aceptando nuestros errores, flaquezas y faltas de generosidad, si es que no ayudamos cuando podemos y debemos hacerlo. Es la única forma de crecer y mejorar.

“¡Nuestra conciencia puede llegar a desfallecer si no queremos reconocer nuestras faltas, dejando nuestro comportamiento en manos del mal, con todas sus consecuencias!”

Tenemos que tener el máximo interés en formarnos debidamente para que nuestra conciencia sepa distinguir el bien del mal. Mantener viva nuestra conciencia: que jamás muera, que nunca la matemos.

El amor al aplauso, la vanidad, el egoísmo, el desamor, la falta de humildad… son males que oscurecen la conciencia y pueden llegar a deformarla. De ahí a la muerte de la conciencia hay solo un paso.

“¡Es responsabilidad principal de nuestra conciencia dar fe con honesta participación, ser luz y claridad que ilumine el camino propio y el de los demás, para ayudar!”

¡La muerte de la conciencia! ¿Cómo evitarla? ¿Qué hay que hacer? Participar con honestidad, que es un componente de la felicidad y de la libertad.

“¡¡¡Participando honestamente conoceremos el camino correcto para andarlo y así poder enseñarlo para ayudar!!!”

 


lunes, 24 de agosto de 2020

“LA PATRIA”

 

“LA PATRIA”

La Patria es el lugar donde se ha nacido. Un lugar, una familia, una cultura, una sociedad.

“¡No querer, y no respetar, a la Patria es una deslealtad irracional y un pecado de lesa humanidad!”  ¿Hay quién lo hace?

Usted podrá estar en desacuerdo con las leyes, con el comportamiento de la autoridad, podrá sentirse mal, pero jamás podrá culpar a la Patria que es el lugar donde usted ha nacido, donde todo lo ha recibido, y al que tiene que venerar.

Lo que jamás está permitido es insultar. ¿Hay quién lo hace?

Nadie, pero nadie tiene el menor derecho a insultar ni a despreciar a la Patria. Ni a la propia ni a la de otros. ¿Hay quién lo hace?

Su desacuerdo u otra opinión o creencia tiene que ser respetado, y nunca insultado por ello. Usted no debe insultar y usted no debe ser insultado. Entonces ¿por qué hay quien insulta a la bandera, al himno y a quien representa a la Nación? Me insulta y me ofende a mí, y a todo leal, honesto y fiel ciudadano.

“¡Quién insulta a la Patria es reo y esclavo del mal!”

“¡Quién insulta a la Patria es un peligro social!”

“¡La Patria y todo lo que la representa es inviolable y sumamente respetable!”  ¿Hay quién lo hace?

¿Quién insulta? El maleducado, porque no lo educaron y no tiene valores, y así no tiene la menor autoridad para insultar. También se insulta por odio, rencor, envidia, maldad, por ser esclavo del mal, por ser un enemigo de la sociedad.

Nadie puede insultar sin ser penado por ello.

“¡Ofender a la Patria debe ser como ofender a la familia!”

¿Quién tiene autoridad para ofender a mi Patria?

¿Qué son los que ofenden a mi Patria?

¿Dónde deben ir? ¿Y dónde deben estar?

Necesito y ruego su opinión.

El mal se está extendiendo, y ya está causando daño, en especial a los más desvalidos y necesitados.

No podemos quedarnos impávidos cuando el mal, el odio, el rencor de unos pocos afecta a muchos.

Su opinión es una necesidad. Gracias por su participación.


viernes, 21 de agosto de 2020

“VER CON QUIÉN TRATAMOS LOS TEMAS”

 


“VER CON QUIÉN TRATAMOS LOS TEMAS”

Ver con quién tratamos los temas es una cuestión muy importante.

Todos tenemos poder de persuasión con el que ayudamos o dañamos.

La buena voluntad y la honestidad reprimen el mal.

Todos los que tratamos de informar debemos auto-criticarnos continuamente y solicitar siempre la crítica de los demás.

“¡Tratar de informar para llegar a amar, mediante el conocimiento de las cosas!”

Pero no basta con conocer: hay que saber, o tratar de saber, para encontrar, tener y repartir la verdad.

La verdad no es subjetiva: es una categoría objetiva.

“¡La verdad es el bien en las acciones y en las palabras, hechas y dichas con honestidad!”

Ver con quién tratamos los temas debería ser una preocupación constante, porque nos interesa encontrar la ayuda, no el error.

“¡Hay que rezar y hacer muchos sacrificios, contantes y sonantes, buscando la verdad para tratar de informar correctamente!”

Todos nos equivocamos. Por eso tenemos la obligación de corregir los errores inevitables que cometeremos los que tratamos de informar, aunque lo hagamos con responsabilidad y honestidad.

“¡Benditos y alabados sean los buenos que con su buen saber y entender nos ayudan a estar bien informados y a conocer la verdad!”

La verdad es objetiva, pero la subjetividad puede desvirtuarla. Recemos mucho, hagamos muchos sacrificios para que la verdad brille como consecuencia de la información honesta que adquirimos y transmitimos con la mayor objetividad, honestidad y santidad.

miércoles, 19 de agosto de 2020

“¿QUÉ NOS SEPARA, Y QUÉ NOS UNE A LOS MONOTEÍSTAS?”

 

“¿QUÉ NOS SEPARA, Y QUÉ NOS UNE A LOS MONOTEÍSTAS?” 


“¿Qué nos separa a los monoteístas? Los radicalismos, el desprecio, considerarnos como infieles, los fanatismos.

Los que creemos en el mismo Dios, a quien amamos y adoramos, no somos capaces de rezar juntos por la misma intención.

¿Por qué sucede esto? Eso quisiera saber yo.

El Dios que todos amamos y adoramos es el mismo. Es el mismo Padre Dios, que nos hizo sus hijos. Y si somos  sus hijos, todos somos hermanos.

¿Cómo puede separar a las personas las creencias religiosas, tanto como para llamar a otra persona no creyente de infiel?

Por mucho que trato de entenderlo, no me es posible.

¿Cómo es posible que amemos y adoremos al mismo Dios, y nos consideremos infieles?

¿Qué nos separa, y qué nos une a los monoteístas? Nos separa el considerar que mi Dios es mejor que el de otra religión. Craso y espantoso error. Un disparate.

¿Cómo podemos considerar que mi Dios es mejor o distinto del de otra religión monoteísta? ¿Cómo es posible llegar a esa aberración? No lo sé.

Ruego, a quien lo sabe, me lo diga. Le quedaré eternamente agradecido.

“¡La fe y la creencia en un Dios es la base de la felicidad y de la libertad!”

¿Algunos creyentes monoteístas creen que su Dios es el único y verdadero, mientras que el de los demás no lo es? Pregunta que también ruego me la contesten. Yo no lo sé, ni lo entiendo. Ni lo entenderé.

“¡Padre Dios, ilumina a tus fieles monoteístas, para que juntos Te recemos por la misma intención!”

Si estoy en lo cierto ¿por qué no rezamos juntos por la misma intención?

¿Qué es lo que nos separa, que nos desune, que nos aparta, que nos excluye unos de otros?

Eso quisiera saber yo.

¿Qué nos debe unir? ¿Creer en el mismo Dios? ¿Se necesita algo más?

Me resulta incompresible que haya quien cree que su Dios es único, y no el mismo del de las demás religiones monoteístas.

“¿QUÉ NOS SEPARA, Y QUÉ NOS UNE A LOS MONOTEÍSTAS?”  Es la pregunta del millón.


lunes, 17 de agosto de 2020

“¡¡¡¡¡¡¡SALVAR AL PLANETA TIERRA!!!!!!!”

 

“¡¡¡¡¡¡¡SALVAR AL PLANETA TIERRA!!!!!!!” 


En mis noventa cumpleaños.

 

“¡Nunca es tarde si la dicha es buena!”

Todo lo que hagamos por parar e invertir el ciclo aterrador del Punto de no Retorno en la degradación del Planeta, es vital.

“¡Para curar un cuerpo llagado no se trata solo una parte sino el todo!”

La buena voluntad ya no sirve. Se necesitan medidas drásticas e inmediatas.

El Planeta Tierra, nuestro necesario e imprescindible hábitat natural, ya llegó al “No va más”. Hace tiempo que entramos en el Punto de no Retorno. Lo que significa catástrofes y muertes.

“¡¡¡El Planeta Tierra, nuestro necesario hábitat natural, no está llagado solo por unas partes, lo está en su totalidad!!!”

“¡Actos parciales reducen el mal, pero no acaban con el mal!”

En nuestro caso terrenal, los parches solo sirven para gomas picadas, no para un neumático roto y deshecho.

El cambio climático por la contaminación y destrucción, no es una entelequia, es una espantosa realidad. No es una quimera es una realidad.

Los actos parciales disminuyen el mal pero no curan.

Uno de los mayores y aterradores contaminantes son los motores de combustión de petróleo. Y lo son los coches, “los más de los mil millones de vehículos que circulan cada segundo”, en nuestro vital Planeta Azul. Nuestro imprescindible hábitat natural.

“¡Que haya tenido que venir una pandemia para reducir la contaminación!”

“¡Vega Dios y lo vea!”

El Planeta Tierra no desaparecerá. Serán solo unos millones de personas las que no sobrevivirán. No podemos acostumbrarnos, no podemos resignarnos, y menos olvidarlo.

Me asombra y aterra el poder de los poderes perversos que solo buscan y tienen como fin: ganar dinero y más poder.

La humanidad, al menos la mayoría de los hombres, estamos aborregados.

Por si hay dudas: estar aborregado es seguir y acatar, ciegamente, por pasotismo, deshonestidad e insolidaridad, incluso hasta por desconocimiento, las órdenes de los poderes perversos.

Hasta tanto no haya una mayoría de la humanidad con una visión solidaria: usted, yo, el vecino, el amigo, el socio, el compañero, el familiar…no habrá solución. Hasta que nos pongamos de acuerdo y decidamos seguir teniendo nuestro normal y necesario hábitat natural, el Planeta Tierra, y custodiarlo, no creo que nos salvemos del aterrador holocausto final de la gran mayoría de la humanidad. “¡¡¡Hasta tanto no haya acuerdo y ejecución no hay solución!!!”

Ya comenzamos el declive, y el final del camino sigue su curso devastador y mortal. Si no paramos “YA”, no solo no existirá nuestro hábitat natural, sino que millones de personas morirán. Como puede ser usted o yo. Su hijo o su amigo. O el mío.

No quiero ser partícipe de este holocausto final de destrucción. ¿Qué puedo hacer? No lo sé. Pero sí sé lo que estoy viviendo con claridad meridiana y sin la menor duda, desgraciadamente.

Solo se necesita tiempo. Lo que nunca regresará jamás.

Quisiera ser un alarmista sin tener la verdad.

Serán millones de personas las que morirán, como las más de un millón que murieron el año pasado. Y de esas muertes todos somos culpables, por activo o pasiva, queramos o no. Ahora se suma el coronavirus.

Hasta tanto no dejemos de contaminar y destruir el medio ambiente, el holocausto sigue su proceso mortal. El final se acerca rápidamente.

Ya usted no puede alegar ignorancia. ¿Qué hará? Yo ya tengo testamento, por si mi familia sobrevive.

Comencé, hace más de seis años, dejando de conducir para no contaminar. Aparqué mi flamante Mercedes y hasta que me llegue la muerte nunca más volveré a conducir para no contaminar.

Hoy tengo ese maravilloso servicio de taxis que uso y disfruto por mi edad, comodidad, y hasta ahorro. Veo ahora lo que nunca antes había visto y eso que había pasado mil veces por esos lugares, conduciendo. Y muchas cosas más. No conduzco ni conduciré jamás. Con el añadido de que ahora me gasto menos que cuando tenía mi Mercedes y viajo como un señor, de puerta a puerta.

Amo, apasionadamente, a la humanidad y al hábitat natural. A ellos les debo lo que vivo de felicidad.

No pretendo, ni se me ocurre dar consejos, los necesito. No me creo capaz de darlos. Pero reflexiono en voz alta. Solo expongo lo que creo que es la realidad.

“¡Ahora usted dirá!” ¿Qué hará? 

“¡¡¡La falta de criterio, de participación y honestidad está matando a la humanidad!!!

Y ahora con el añadido del coronavirus.

viernes, 14 de agosto de 2020

“¡LA AMISTAD!”



“¡LA AMISTAD!”  


 "¡Por encima de la amistad solo está Padre Dios!"

La amistad debe ser un vínculo indisoluble que no haya persona, ni institución humana, que sea capaz de destruirla.

"¡La amistad es un grado supremo de la relación humana!"

El mal es el que pretende destruir la amistad, para hacernos esclavos a su voluntad.

"¡Quién destruye la amistad en un esclavo del mal!"

La amistad nos engrandece y participa del don de ser hijos de Padre Dios.

"¡La amistad jamás nos desunirá!"

"¡Quién tiene a un amigo jamás se perderá!"

"¡La amistad es una representación vivida de la gloria eterna ya en la tierra!"

"¡Quien tiene un amigo jamás estará solo, porque siempre estará acompañado cuando más lo necesite!"

"¡Tener un amigo le ayudará a encontrar el camino de la verdad!"

No tener amigo es andar solo tropezando en los escollos de la vida.

El amigo nos conduce, y nos ayuda, a encontrar el camino correcto, que es el de la verdad. Y al mismo tiempo tratamos de ayudarle e igualmente encontrar juntos el camino de la verdad.

"¡La verdad nos hace libres!"

La libertad es el don que nos permite saber elegir y encontrar el bien, y repudiar el mal.

“¡El amigo está siempre en los momentos de soledad!"

El amigo está siempre en los momentos que más necesitamos el apoyo, y el hombro en que apoyarnos, para saber encontrar el camino de la verdad.

"¡Tener un amigo es una bendición celestial!" Lo experimenta todo hombre, sea creyente o no.

"¡Quién tiene un amigo, jamás se perderá!"

"¡La amistad es parte de la gloria eterna ya en la tierra!"

"¡Quién tiene un amigo sabe lo que es la felicidad!"

"¡La felicidad y la amistad son sinónimos de la igualdad!" Son caminos de dos direcciones. Damos y nos dan. Queremos y nos quieren.

La amistad es la vivencia de la comprensión y del amor entre dos personas que se sienten y se saben hermanos.

"¡La amistad nos une hasta la eternidad!"

Quién tiene un amigo siempre encontrará el camino.

La amistad y el amigo son una consecuencia del amor, de la lealtad, de la sinceridad, y de la honestidad.

"¡¡¡La amistad es la vivencia de la gloria eterna ya en la tierra!!!"

"¡¡¡Quién tiene un amigo, jamás se perderá!!!"


miércoles, 12 de agosto de 2020

“LA POBREZA Y LA RIQUEZA”

 

“LA POBREZA Y LA RIQUEZA”

 

La pobreza es consecuencia de la falta de honestidad, unida al egoísmo de los que tienen y no reparten lo que deben, para ayudar a los demás.

La pobreza material es la ausencia de bienes materiales.

La pobreza espiritual es la falta de valores, como consecuencia de una mala educación.

La riqueza material es la posesión de bienes materiales.

La riqueza espiritual es la posesión de valores, como consecuencia de una buena educación.

La riqueza y la pobreza no surgen por generación espontánea: crecen en el marco un proceso en el que la riqueza puede ser el fruto de la inteligencia y del trabajo, y la pobreza de la mala educación o también del egoísmo de la riqueza.

Sobra riqueza. Lo que no sobra es el deseo de compartir los bienes, sin necesidad de empobrecerse.

Las metas y las necesidades no suelen coincidir porque los enemigos del bien, que protegen al mal, proclaman que la felicidad está en la posesión de bienes materiales a costa del bien de los demás. Y su discurso convence.

La pobreza y la riqueza deberían ser compañeras en lo que unos aportan y otros reciben, con la única condición de la honestidad y de la humildad.

La honestidad redime al rico y enriquece al pobre.

La humildad engrandece a quien la tiene.

Quién da se enriquece. Quién acumula se empobrece.

La riqueza y la pobreza son una consecuencia.

"¡Pobre del rico!" "¡Qué rico el pobre!"


lunes, 10 de agosto de 2020

“¡EL RESURGIR DEL ASOCIACIONISMO VECINAL!”

 


DEDICADO A MI QUERIDÍSIMA AMIGA-HERMANA TERESA TALAVERA.

“¡EL RESURGIR DEL ASOCIACIONISMO VECINAL!”  

El resurgir del asociacionismo vecinal es la esperanza de un mundo mejor. Me refiero a las ciudades, pero ocurre también en los pequeños pueblos, barrios, y asentamientos rurales.

No lo dude. El resurgir de la unión de los vecinos de un barrio es la meta, si se quiere una vida mejor, en paz, con progreso, con felicidad, y reforzando la libertad.

Lo bueno siempre está en disposición de resurgir, y de crear los medios necesarios para mejorar. Pero hace falta voluntad, fe, esperanza, caridad, valores humanos y sociales, en especial humildad.

La voluntad es el don de los grandes.

La fe es el don de los creen en los demás.

La humildad es el don de los que viven la santidad.

La esperanza es el don de los que no tienen duda de que estamos hechos para la felicidad y que la felicidad llegará.

La caridad es el don de los hombres buenos.

La voluntad, la fe, la esperanza, la caridad y la humildad son los sumandos del progreso en el bien común.

El resurgir del asociacionismo vecinal es el gran ejemplo de que el bien superará al mal.

"¡La honesta y participativa unión de los vecinos es la solución para el bienestar personal y común de todos!"

No lo dude. He vivido casi milagros cuando las asociaciones de vecinos estaban y actuaban de forma normal y natural.

Las juntas, las reuniones vecinales era un ejemplo a imitar.

Cuando se convocaba al barrio la asistencia era masiva, con la gran particularidad que todos remaban en la misma dirección y el resultado era el bien de todos.

"¡El resurgir del asociacionismo vecinal es la esperanza que estábamos esperando y que tanto necesitamos!"

No lo dude: únase y sea un miembro honesto y participativo en su barrio. Si no hay asociación, coopere, busque ayuda, no trate de hacerlo solo, busque compañeras y compañeros, y conseguirá que su esfuerzo sea la bendición que necesitaban, usted y los demás.

"¡LA UNIÓN ES Y SIEMPRE SERÁ LA SOLUCIÓN!"

Por favor, si desea contactar conmigo de forma privada:

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