“¿QUÉ ES SER SANTO?”. “¿QUÉ ES LA SANTIDAD?”
La meta ineludible y tremendamente apetecible de
todo ser humano debe ser caminar hacia la santidad.
La santidad es vivir las virtudes en grado
superlativo. Es algo alcanzable, algo por lo que vale la pena vivir y morir.
Vaciar la vida por no darle contenido ni valor
al sacrificio voluntario de ayudar a los demás, es ir en el camino contrario a
la santidad.
La educación en valores, la aceptación de los
mismos y el deseo y el esfuerzo de vivirlos lo más intensamente posible: eso es
santidad.
La vida es muy corta para desperdiciarla y
perder el tiempo con egoísmos, individualismos, pasotismo y todos los ismos
habidos y por haber.
El amor engrandece el alma, llena el corazón e
inunda la vida de felicidad, que es la antesala de la santidad.
Ser santo es muy grande y tiene un valor
incalculable. Todos tenemos acceso a la santidad, con independencia de
creencias y religiones.
El santo reparte santidad y la santidad es
felicidad, que, si se comparte, aumenta y fortalece la libertad.
La libertad es cimiento de la felicidad y de la
santidad.
La honestidad es un valor que concentra
necesidades y sin ella, sin la honestidad, no hay manera de ver, ni de lejos,
la santidad.
La vida sana y alegre, el hábitat natural, el
Planeta, la humanidad, la felicidad, la libertad, el amor, la belleza… son
necesidades imperiosas para la vida natural, y con ellas poder ir hacia la
santidad.
No hay santo ni santidad sin la vida natural.
La santidad es vivir la naturalidad con
santidad.
Ser santo y la santidad es una necesidad para
poder vivir con plena felicidad en plena libertad.
Ser santo y la santidad son las metas a
alcanzar.
Ser santo y la santidad es vivir para ayudar.
Ser santo y la santidad nos llevan a la
eternidad.
“¡Tenemos que tratar de ser santos para vivir la
verdad!”
“¡La
santidad, el ser santo, no es cuestión de credos, sino de hechos!”
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