viernes, 2 de septiembre de 2016

“NO CONSIGO NI DESEO ADAPTARME A LA HUMANIDAD INDIFERENTE, A LA DESHUMANIZACIÓN”.


“NO CONSIGO NI DESEO ADAPTARME A LA HUMANIDAD INDIFERENTE,  A LA DESHUMANIZACIÓN”. 



¡La deshumanización ha llegado y todos sabemos cómo ha sido, como es y cómo la estamos viviendo!
No consigo ni deseo ni quisiera adaptarme a esta indiferencia entre nosotros los seres humanos.
La indiferencia es un comportamiento exclusivo del ser humano, lo que es una incongruencia.
El ser humano es social por naturaleza.
¿Por qué esta indiferencia entre vecinos, conocidos e incluso entre familia?
¡Qué tristeza y qué desilusión! Estar dominado por lo inventado.
¿Qué influencia puede tener en la deshumanización la educación recibida de los padres?
Amo, apasionadamente al ser humano (así me educaron) y ello, lógicamente, me hace tratar de participar en todo lo que pueda por ayudar.
Ni sé, ni quiero, ni creo que podré ser indiferente al ser humano.
Soy habitatista y lo soy por amor al ser humano, por amor a la Naturaleza y por amor a la vida.
La vida es compartir. La felicidad es compartir.
Amar, vivir, besar, abrazar, ser libre y feliz solo se es compartiendo. ¡Jamás con un móvil! ¡Y menos con el coche!
¿Han cambiado los valores? ¿Qué valores han cambiado? ¿La solidaridad, la amistad, la humildad, la honestidad, el amar sinceramente y con pasión…?
¿Cuáles son los valores de hoy? ¿El coche, la ropa de moda, el móvil de último modelo, la indiferencia, la promiscuidad, trabajar para ganar dinero, para comprar todas esas cosas…? ¿Cuáles son los valores de hoy?
¿Cómo se han adquirido los valores de hoy? ¿Han sido aprendidos por educación de los padres y adquiridos e impuestos por la sociedad y la propaganda?
No consigo ni deseo adaptarme a esta deshumanización.
La malcriadez de los conductores que no respetan el paso de peatones, de los que pasan o llegan a una reunión o sala de espera y no saludan, no dejarle el asiento a un necesitado…
Se usa el móvil no sólo sentado, también caminando. ¡Gracias a Dios que no hay baches en las aceras!
¡Qué espanto! ¡Qué tristeza! No hay ni habrá felicidad y menos libertad.
La felicidad está en la vivencia de los valores y no de las cosas.
¿Cómo convencer que la mirada, el saludo, el abrazo, la palabra, la conversación, el compartir y todo lo que sea la comunicación y participación personal, es el único medio de tener felicidad y libertad?
Lo demás es ser esclavo, infeliz, mediatizado, sometido, amargado y deshumanizado.
¡La deshumanización llegó y se aceptó!





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