“¡TODO VALE!”.
He oído y leído,
varias veces últimamente, que ¡TODO VALE! Y quiero entender que quién está de
acuerdo con que TODO VALE se refiere a que todos tenemos libertad y, por lo
tanto, se puede hacer lo que cada uno quiera.
Entiendo por
libertad no hacer lo que se quiera, sino hacer lo que se deba y se pueda con
honestidad.
Ir desnudo por
la calle.
Interrumpir por
largo tiempo el tráfico, por hablar con alguien.
Escupir, echar
chicles en la calle y colillas. Botar basura o lo que sea en la calle.
Etc. etc. etc.
Todo eso lo
puedo hacer. Ahora bien, ¿es correcto? ¿eso es libertad?
No creo que TODO
VALE.
La libertad es
la potestad de hacer. Pero, como todo en la vida, de acuerdo a unas normas de
educación, honestidad, respeto y convivencia.
La libertad es
hacer sin dañar.
Las normas de urbanidad,
buenas costumbres y educación se han creado para tener una mayor y mejor
convivencia, no para fastidiar ni para coartar o quitar la libertad.
La libertad se
basa y exige el respeto.
Además, no todo
vale lo mismo.
El límite del
comportamiento lo fija las necesidades de una convivencia feliz, en libertad.
El respeto, la
honestidad, la educación… son normas y comportamientos que fortalecen la
libertad.
La libertad es
hacer todo lo que no dañe a un tercero.
El ser humano,
la Naturaleza, el hábitat natural necesitan un respeto y una consideración y no
TODO VALE.
Yo no puedo
hacer lo que me da la gana, porque puedo ofender, dañar, perjudicar… a terceras
personas o cosas que merecen todo el respeto.
TODO VALDRÍA si todo contribuyera a la felicidad personal y a la de los
demás, hecho con honesta libertad.
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