"LAS ENERGÍAS
RENOVABLES"
Redactada en marzo del
2011 y publicada miércoles 28-06-2017.
Quien no crea en el efecto invernadero, creado
por la obra del ser humano, con efectos de calentamiento de la atmósfera de
nuestro aún bello Planeta Tierra, nos está haciendo, y se está haciendo, un
flaco favor y un gravísimo perjuicio.
Todos tenemos que ser conscientes del enorme
daño que nos estamos causando y que puede llegar a ser irreversible, si es que
todavía no lo es.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Basándonos en este refrán y teniendo, como
tenemos, esperanza, pues creemos que el mal no vencerá al bien, confiamos en
que podemos cambiar la tendencia y no llegar a extremos inconcebibles e
irreversibles.
Las emisiones de CO2 a la atmósfera
siembran el pánico y el pavor en la Tierra. Deberíamos reducirlas YA, drásticamente.
Las energías renovables no son el futuro, son el
presente.
En Gran Canaria tenemos un buen ejemplo: la
comarca del sureste.
La Mancomunidad que forman Agüimes, Ingenio y
Santa Lucía es admirable y nos ofrece un modelo que vale la pena considerar y
admirar.
Desde hace años estos Municipios desarrollan las
energías renovables, no contaminantes y generadoras de energía y riqueza.
De ser una de las comarcas más pobres de nuestra
isla, hoy es de las más ricas. Y siguen creciendo, en sabiduría y riqueza
material.
Fueron los primeros en implantar el
terciario de las aguas residuales, con lo que han conseguido su perfecta y
enriquecedora utilización. Han convertido aguas residuales en aguas de calidad
para el riego.
Recientemente, y después de muchos años, lo ha
conseguido el Cabildo Insular de Gran Canaria, lo que permitirá que caminemos
por el sendero del progreso utilizando un agua útil para la agricultura y riego
de jardines.
Ahora sí podemos reverdecer nuestra isla de Gran
Canaria.
El agua, en Gran Canaria, España, es oro
líquido.
Hoy, las energías renovables son numerosas y
todas con posibilidades de ser usadas en nuestra tierra: la del viento: la
eólica; la del mar: maremotriz; la del sol: la solar; calor de la
tierra: la geotérmica; la biomasa desarrollarla en desiertos; el salto de agua
de las presas etc. etc.
Haberlas, haylas. De nosotros depende.
Los gobernantes deben representar al pueblo.
Nosotros tenemos que saber lo que necesitamos, e informar y exigir a los
gobernantes haga lo que les decimos. Pero para ello hay que participar
honestamente y no ser unos despreocupados o pasotas.
Hay que tratar a la Tierra conforme a sus
propias reglas, que será para su bien y para el nuestro.
Soy de los que piensa que hasta los tsunamis
tienen algún efecto por causa de la acción de los humanos. Demasiadas bombas
todos los días.
No podemos vivir sin conocer nuestras
realidades. Y no podemos, ni debemos permitir, que el desastre se enseñoree de
nuestras vidas y del mundo entero.
Nuestra generación no se merece un Planeta
inhabitable. Tenemos que dejar a las generaciones siguientes y futuras un
Planeta azul y no un Planeta negro e inhabitable.
Somos responsables de nuestras vivencias. Somos
protagonistas de nuestra historia, individual y colectivamente. Que otros no
decidan por mí.
Si exigimos a nuestros representantes la
solución de las necesidades públicas, una de las más importantes es la gestión
responsable y prudente de los recursos de nuestro Planeta. Por eso soy
partidario del establecimiento, urgente, de las Energías renovables. Las
energías más baratas y más limpias y de una gran posibilidad de rentabilizárlas
dando riqueza.
Si no soy solidario con el bien de los demás, de
mis contemporáneos y de los que vendrán después de mi, no tengo derecho a la
queja.
Apoyar y exigir que se establezcan las energías
renovables vale la pena: nos estamos jugado a vivir en armonía y felicidad, en
este maravilloso mundo que aún tenemos, o a no poder vivir.
Y, ahora, como siempre, seguiremos hablando
acerca de las energías renovables y de nuestra honesta participación, para un
mundo bello y feliz.
La honesta participación de al menos la mayoría
es la solución al desastre que se nos viene encima, y a TODOS.