“HACER HABITABLES
NUESTROS PUEBLOS”.
Nosotros mismos, nuestra familia, los vecinos, la historia, y el mundo entero,
nos han responsabilizado de hacer habitables nuestros pueblos. Ser habitables
significa que vivamos felices y libres en nuestro hábitat natural.
Estamos
tremendamente condicionados y maniatados por el poder perverso, pero ese poder
no es tan grande como para que nos quite nuestra libertad, nuestra responsabilidad
y el bien hacer. Lo he dicho y lo repetiré hasta la saciedad: estamos
esclavizados. Somos esclavos, y aunque seamos libres no vivimos libres.
Ahora
tengo más libertad que cuando vivía en la dictadura, pero ahora la tengo más
condicionada que nunca. Esta es mi vivencia y mi repulsa.
Después
de Dios la libertad es lo que más necesito y considero.
Lucho
y he luchado por la libertad a mi medida. Y lo he hecho en la creencia de que
es algo invalorable y necesario para una vida normal y feliz.
No
podemos seguir siendo pasotas, individualistas, despreocupados, por el egoísmo
de no hacer nada, porque nos convertimos en el cimiento del poder perverso y contribuimos
a esa esclavitud.
Somos
seres sociables y nos necesitamos los unos a los otros, y esa necesidad se
fundamenta en la libertad y en la honestidad.
Claro,
me educaron en valores morales y religiosos. A otros los habrán educado en
valores éticos. Pero a ambos nos dieron la libertad con valores. La felicidad
no existe sin valores y sin libertad. Existirán momentos felices, pero no la
felicidad sin la libertad.
La
felicidad es amar y ser amado en la libertad. Por creer en los valores éticos y
en los valores religiosos tenemos que ser levadura y fermentar en medio de
nuestros pueblos. Tenemos que crear conciencia del bien y del mal, y amar
apasionadamente a Padre Dios y al ser humano. Los no creyentes igualmente deben
querer al ser humano con pasión, por ser seres que tenemos alma inmortal y
hemos sido creados desde la eternidad para vivir la eternidad. Se crea o no.
Confío
y anhelo que nuestra responsabilidad sea vivida en plenitud y con gracia, y
tengamos los pueblos que nos merecemos, pueblos con hábitat natural. Pueblos
habitables y en plena libertad.
Pueblos
llenos de paz, felicidad, libertad y mucho amor. Y mucho amor.
Pueblos
en los que los habitamos vivamos la plena felicidad en la plena libertad, por
que heredamos por la educación recibida el comportamiento necesario para tener
y compartir esa felicidad y esa felicidad.
Benditos
y alabados sean los honestos y participativos que enriquecen y le dan belleza,
alegría y honor haciendo habitables nuestros pueblos en los que la alegría y la
libertad se gozan con plenitud, amor y honestidad.
Benditos
los honestos y participativos que reparten la felicidad y la libertad a sus pueblos,
convirtiéndoles en paraísos con realidad.
Alabados
y benditos sean quienes hacen a sus pueblo habitables, de ellos nacen y crecen la
felicidad y la libertad, y embellecen la vida con la amistad.
Luchemos
por convertir nuestros pueblos en el lugar de la plena felicidad y de la plena libertad,
y seremos recompensados como vecinos-amigos por toda la eternidad.
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