“LOS IMPUESTOS”
Los impuestos honestos y, por tanto, necesarios
se crearon para solucionar los problemas comunitarios, sean personales,
locales, nacionales o internacionales.
Problemas comunitarios son las necesidades que
los particulares no podemos solucionar solos. Son los que explican la
existencia de asociaciones, cooperativas, federaciones, Ayuntamientos y
Gobiernos.
Las distintas uniones o entes sociales se
crearon con el único fin de servir a la comunidad.
Esos organismos o uniones se crearon para servir
al ciudadano y no para servirse del ciudadano.
Los impuestos son una obligación, una necesidad
y una responsabilidad.
¿Cómo mantener esas uniones u organismos
sociales para que puedan funcionar? Con los impuestos.
Pagar los impuestos es una necesidad, es una
obligación personal y social y es un cargo de conciencia.
Cuando esas organizaciones sociales no funcionan
puede ser por dos razones: o porque quienes las dirigen y trabajan en ellas son
unos corruptos, sinvergüenzas y ladrones; o bien porque los ciudadanos somos
unos corruptos, sinvergüenzas y ladrones al no contribuir con nuestros
impuestos y con nuestro honesto y unido comportamiento. En uno u otro caso
“defraudamos”.
Amar a la Patria, a Su Majestad el Rey, a la bandera, a nuestro conciudadanos y al
mundo entero obliga a contribuir con los impuestos y con todo aquello que esté
en nuestras manos para ayudar en la búsqueda del bien personal, social y
mundial.
“La globalización ha llegado, lo que nos
responsabiliza a dar lo que debemos y podemos porque lo tenemos, y exigir que
nos den lo que nos deben y nos merecemos”.
Santos y alabados sean las personas honestas al
servicio de los ciudadanos: los vecinos, los funcionarios, los políticos
(…) que dedican sus vidas a luchar por el bien de los demás, y que cuando lo
hacen sin pedir nada a cambio caminan por el sendero de la santidad.
Pagar honestamente los impuestos, pudiendo
hacerlo, es una obligación irrenunciable, que nos debe llenar de alegría al
contribuir al bien propio y al ajeno.
Condena a los malos ciudadanos que no cumplen
con la obligación de pagar sus impuestos, y condena a los socios, funcionarios,
políticos (…) que no cumplen con la maravillosa obligación de servir a los demás,
sin pedir nada a cambio, pudiendo caminar por el maravilloso sendero de la
santidad.
Es necesario pagar los impuestos, por honestidad
y con honestidad. Es necesario que el uso, la dirección, y la administración de
esos impuestos se haga con honestidad.
Condena al que no paga los impuestos y condena al malversador que los administra y no los dedica con honestidad, no
solucionando los problemas de la comunidad.
Los impuestos son necesarios, y necesaria es
nuestra contribución, como la honestidad de los administradores de esos
impuestos.
La malversación de los impuestos - por el mal
uso o abuso - es una irresponsabilidad grave al robar el tiempo y el dinero y
el perjuicio de no hacer lo debido.
Los impuestos y pagarlos son una necesidad de
honestidad.
Los impuestos reducen la maldad y eliminan la
necesidad.
Los impuestos son parte
de la felicidad y de la libertad.
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