miércoles, 4 de julio de 2018

“¡¡¡LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDÓ PARAR!!!”






 “¡¡¡LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDÓ PARAR!!!”   



Llegó el comandante y mandó parar ¿Para qué? ¡Si todo sigue igual!
Los móviles se han convertido en un fin, y no en un medio para comunicarse en caso de necesidad o para saludar a un amigo o un familiar.
Una gran mayoría considera al coche como una necesidad. Con la disculpa, puede que hasta inconsciente, o quizás por la presión ambiental, de aducir desplazarse con seguridad, rapidez y comodidad.
A mayor número de coches en circulación más lenta es la circulación, tanto para el transporte público como para el particular.
“¡Puede quien puede, y no quien quiere!”
Hay quien pasa y hace pasar necesidades a personas que dependen de él, todo por tener el coche. ¡Pero tiene su flamante coche!
Hay quien tiene el móvil para enterarse de lo que dicen los demás, y ella o él no cuentan para los demás. Se convierten, tristemente, en borregos por necesidad.
El móvil es un medio y no un fin. Hay quien lo convierte en un fin y se convierte en un esclavo. Lo tiene para enterarse de lo que dicen los demás. Se convierte en un esclavo más, y sin necesidad, abandonando hasta aquello que ama, ¡pero tiene su móvil para leer y oír lo que dicen los demás! No aporta nada, solo recibe órdenes y nada más.
Llegó el comandante y mandó parar. ¿Para qué? Si todo sigue igual.
El ser humano mal educado es un candidato a la esclavitud, se convierte en un cero más a la izquierda. En un esclavo más.
Muchas personas han muerto y han luchado por siglos para conquistar la libertad y poder ser felices de verdad y libres de verdad.  Y ahora estos maleducados son unos esclavos sumisos y obedientes a lo que dicen los demás.
No ha servido de nada la lucha y las muertes por la libertad, para conseguir la auténtica y verdadera libertad, de donde nace la felicidad. Una depende de otra, y la otra depende de la una.
La esclavitud se vuelve a vivir creyéndose un afortunado porque tiene el móvil y el flamante coche.
Algunos gastándose más de lo que deben y pueden, quitándose hasta alguna necesidad propia o familiar. Pero tiene el móvil para enterarse de lo que dicen los demás, y el coche para desplazarse sin auténtica y verdadera necesidad.
Se sustituyen las necesidades vitales por el consumismo innecesario y gastos sin necesidad. Se es esclavo a voluntad.
Llegó el comandante y mandó parar. ¿Para qué? Si todo sigue igual. O peor.
Por favor ¿Qué me dice usted que nos sirva y ayude a los demás?
















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