“ENEMIGO PERVERSO”
El
enemigo perverso es todo aquel que no ama a su prójimo. Utiliza al ser humano
en beneficio propio y en detrimento del subyugado.
Hay
perversos de todos los tamaños: grandes, medianos y pequeños.
El
perverso grande sigue tragándose al pequeño. Aunque el pequeño es capaz de
dañar lo inimaginable. Ese comportamiento es consustancial con la vivencia y
acción de los mismos.
Tragarse
todo lo que pueda: es su condición, sine qua non, en la búsqueda del dinero y
del poder, que son las atracciones, apetencias y fines del perverso. Esa
búsqueda la hace a costa de lo que sea.
¿En
quienes se apoyan los perversos para conseguir sus fines? En los pasotas, en
los individualistas, en los despreocupados (los que dicen: eso no va conmigo,
que lo arreglen los de arriba, etc.), en los egoístas en general. Todos ellos
son el fundamento en donde se apoya el poder perverso. Sin ellos no existirían.
Lo
primero que hace el poder perverso es convertirnos en esclavos.
Sólo
existe un poder que pueda vencer al perverso: el honesto y participativo
comportamiento de la mayoría.
“¡¡¡La
mujer y el hombre nacieron y viven para ser felices y libres!!!”
“¡Todo
lo que reste felicidad y libertad es un enemigo declarado de la humanidad!”
De
la misma manera que la corrupción es un delito, debería serlo el poder
perverso. Y de acuerdo al mal uso y daño del poder y del dinero, así debería
ser la pena. Separándolos de la sociedad, imposibilitándoles seguir ejerciendo
cualquier tipo de poder.
Todo
aquel que perturbe, reste o quite la felicidad y la libertad deben ser
castigados severamente y aislados de la sociedad. No puede convivir con los
demás.
“¡La
convivencia es el estado normal del hombre!”
“¡La
convivencia es el cimiento de la felicidad y del progreso tanto ético como
material, así como del ejercicio de la libertad!”
“¡El
amor al prójimo tenemos que aprenderlo y vivirlo desde niños!”
Los
cristianos lo tenemos clarísimo: Amar a Dios sobre todas la cosas y al prójimo
como a nosotros mismos.
“¡¡¡El
amor disuelve al perverso!!!”
“¡¡¡El
amor es el que acrecienta la felicidad y a la libertad!!!”
Insisto
que el perverso que consigue subyugar, nos convierte en esclavos.
¿De
qué forma y a qué contribuyo con mi comportamiento?
Eso me lo pregunto cada día.
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