“¡TODOS A UNA!”
"Todos a una" no solo tiene que ser un lema, sino la realidad.
La espantosa realidad de la pandemia del coronavirus, y de la crisis que se
viene encima, es la gran oportunidad.
Si desaprovechamos esta oportunidad no convertimos en realidad la
HERMANDAD, la vida y la historia nos pedirán cuentas.
HERMANDAD, en mayúsculas, significa convertir en realidad la HERMANDAD
UNIVERSAL entre los seres humanos.
¿Qué es la HERMANDAD? Todos, sin excepción, Y A UNA, somos iguales ante las
necesidades fundamentales.
Nadie pueda vivir sin tener cubiertas sus necesidades fundamentales.
Comenzando por el respeto a la libertad y la vivencia natural con felicidad.
Que nadie tenga que mendigar. Lo cual es, y seguirá siendo, el origen de
los males de la humanidad.
No me creo un adivino, ni nada por el estilo.
Quisiera morir sin tener que arrepentirme de no haber contribuido al bien
de los demás, cooperando a crear y vivir esa HERMANDAD.
Como espero que se comporten los demás, para poder vivir en paz, con
felicidad y en libertad.
“¡No es cuestión de creencias, sino de vivencias de la honestidad, de la
lealtad y del amor!”
Tenemos la gran oportunidad de convertir el Planeta Azul de la Tierra en el
lugar en el que todos podamos vivir con las necesidades vitales cubiertas.
VIVIR COMO HERMANOS.
“¡Eso será una realidad si usted, yo, y todos los demás, somos honestos con
nosotros mismos y con los demás!”
Ha llegado la hora de vivir con honestidad, lealtad y amor en nuestras
casas, en las de los vecinos, y en las del mundo entero.
Si no fuera así, que la historia nos juzgue y nos castigue según el
merecimiento personal de cada uno.
Nadie está exento de contribuir.
Quién falle a este reto, será reo del castigo del desprecio de los demás.
Que quede marcado a perpetuidad.
Que sea señalado para vergüenza personal, familiar y ajena.
Que quede estigmatizado a perpetuidad.
Nos ha llegado la maravillosa hora, y la oportunidad, de poder vivir con
honestidad, lealtad y amor, pudiendo caminar con la cabeza alta por el
comportamiento, y con la mirada baja, por la humildad.
De usted, de mí, del vecino, del mundo entero depende esta necesidad
universal, que no es una necesidad virtual.
La vida estará, como ha debido estar siempre, llena de honor, de respeto,
consideración, amor, de felicidad y de libertad.
Nada sucede por casualidad. No creo en la casualidad. Creo en la
causalidad.
“¡Si desaprovechamos esta oportunidad seremos eternamente juzgados como
traidores a la humanidad!”
Bendita sea esta circunstancia para vivir con la cabeza levantada, con la
mirada baja por la humildad, y la esperanza de convertir, en realidad, el mundo
en el mejor lugar para vivir con amor, felicidad y libertad.
Benditas y benditos sean por toda la eternidad.
El mal del vecino es su gran oportunidad para ayudar.
“¡Y recibirá las bendiciones de la humanidad por toda la eternidad!”
TODOS A UNA Cantemos el Himno de la alegría.
... A veces las cosas ocurren...para darnos cuenta de nuestros errores...
ResponderEliminarY nos ponemos en.marcha, amar , ayudar...
¡ Que palabras tan cortas, pero tan
emocionantes!..
Que nos hacen muy felices.
Si amas...y ayudas...
La misión de tu vida
está cumplida.
Te irás cuando te toque
marchar...con alegría.
Porque has hecho felices a muchos Seres.
¡ Debemos de cambiar
nuestro pensamiento..
El amor es el Camino..!
Gracias querido amigo Luis. Por compartir...
tan magnífica " Opinión"
Un abrazo.