“EL TRABAJO PARA LOS JÓVENES”
Crear puestos de
trabajo para los jóvenes tiene que ser un tema
de suma urgencia y preeminencia.
No hay problema mayor
y más urgente que crear puesto de trabajo para los jóvenes.
Tiene que ser la meta
urgente, inmediata e insustituible.
No se puede permitir
tarar a una generación por falta de dinero y por falta de iniciativas, trabajo
e inversiones, cuando se dedican
recursos a otras cosas, algunas innecesarias
La sociedad en su
conjunto tiene que exigir que TODOS, públicos y privados, dediquemos nuestros
recursos y esfuerzos en crear puestos de trabajo para los jóvenes.
Yo estoy dispuesto a
dedicar tiempo y un tanto por ciento de mis ingresos a la creación de esos
puestos.
Pero exijo que todo
el mundo haga lo mismo.
El cobarde que se
quede fuera, hay que estigmatizarlo socialmente, y excluirlo como a un apestado.
Igual a los entes
públicos. Sus recursos personales y económicos tienen que tener la primera
finalidad, después de atender las necesidades perentorias, la creación de
empleo.
Una de las primeras
acciones es convertir al “burrocracia”, en burocracia”.
Todo tiene que estar
al servicio del ser humano. PERO TODO.
Ese debe de ser el
cambio personal y social requerido: TODO ESTÉ AL SERVICIO DEL SER HUMANO
El que pueda poner
trabas a la calle o arrinconarlo. No es digno de ser considerado responsable.
Todo es tan sencillo
como servir honesta e incondicionalmente.
Quien sea servidor
incondicional hay que bendecirlo y alabarlo por la sociedad. Sea reconocido y
estarle eternamente agradecido. Se le distinga y promocione a dirigir a los que
son menos servidores.
Que todos sintamos la
enorme satisfacción del deber cumplido. Que podamos caminar con la cabeza
levantada y nos saludemos con respeto y consideración.
Que se diga de
nosotros: es una buena persona, cumplidora con su trabajo, solucionando
problemas, y no creándolos o entorpeciendo con inútiles y perjudiciales
dilaciones por mala uva, desconocimiento o corrupción
Vivir para los demás
de forma honesta e incondicional, debe ser la norma de vida. Lo contrario sea
la extrema excepción, y sea condenada.
Seamos lo que somos:
seres humanos buenos y sociables. Que nuestra felicidad sea la continuación de
la del vecino, amigo o compañero. Y todo porque todo está al servicio del ser
humano, para hacerlo feliz y libre.
Todo el sacrificio que
hagamos por los jóvenes, es poco.
Arroja mucha luz a este respecto el libro ¿Adiós a la crisis? de Edward Hugh. Aquí, la banca gana, amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias amigo y admirado Oscar. Siempre aportando información importante a este lacerante problema. Necesita ganar la juventud que se está perdiendo.Todo lo que hagamos es absolutamente necesario. Reitero las gracias y te adjunto un fuerte abrazo que ruego hagas extensivo a tu cuñado.
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