“CADA CUAL OFENDE DE ACUERDO AL GRADO QUE TIENE DE CULPABILIDAD”.
Culpar es una mala norma de conducta que tiene mucha
relación con la educación y los valores éticos, morales y religiosos que se
tienen, que se profesan y que se practican.
Cada cual suele ofender de acuerdo al grado de culpabilidad
que tiene en el tema que se trate.
Hay quien ofende para justificarse y para atacar.
Normalmente no se ofende per se, suele ser como
consecuencia del tema que se discute y del comportamiento personal.
Ofender es un comportamiento y un hecho que hay que tratar
de evitar, a toda costa.
“¡Ofender se queda gravado y es difícil de olvidar”!
Nunca debemos ofender. Nunca hay razón para ofender.
“¡La serenidad, la educación y el respeto, deben ser el
medio y la forma de discutir los temas!”
Acalorarse en la discusión nos lleva, certero, a la ofensa.
En especial si se trata de corresponder a la agresividad del tema y al modo de
hablar.
Insisto que no nos olvidemos que se suele ofender de acuerdo
a mi propia culpabilidad en el tema. Tanto es así, que la misma gravedad del
insulto es una consecuencia de lo acalorado del tema.
Respiremos profundo y pensemos antes de contestar o
comenzar un tema con agresividad, ofendiendo, que nunca hay necesidad, y si no
se corrige sobre la marcha es difícil de olvidar, porque quedará grabado por el
dolor recibido.
El ofender no tiene razón de ser, ni de decir, ni de hacer,
ni de responder.
Quien ofende comete un error difícil de enmendar.
Lo mejor es siempre pensar, antes de ofender para no tener
que arrepentirse. Si ofendemos hay que pedir perdón. No hacerlo queda gravado
eternamente.
La serenidad es un comportamiento digno de tener y de usar.
La serenidad nos ayuda a no ofender, y sí a serenar el
tema.
La serenidad debe ser el comportamiento normal y natural