“¡ALGÚN DÍA LLEGARÁ!”
Algún día llegará que recibiremos todo lo que
hemos dado y repartido, sea bueno o sea malo.
De nosotros depende lo que hacemos y lo que
recibimos y recibiremos.
Nadie debería esperar repartir el mal y
esperar recibir el bien. Recibirá el perdón humano y celestial si lo pide con
auténtico arrepentimiento y paga la deuda debida.
Humanamente hablando y considerando las
circunstancias personales, podrá haber eximentes o atenuantes a quienes de
forma inconsciente han repartido el mal sin desear dañar.
Hay muchas formas de vivir, y de las más
características es la honestidad o la deshonestidad, dependiendo, en gran
manera, de la educación recibida en valores éticos, morales o religiosos.
Algún día llegará en el que si no nos
arrepentimos del mal causado, pagaremos por ello, lo que no sé donde, pero lo
que sí sé, por experiencia, es que siempre se paga el daño o el bien causado.
Todo tiene su compensación.
Dichoso quien elige el bien porque el bien
recibirá y lo colmará de bendiciones. Buscar el bien es el camino de la
santidad.
La santidad debe ser la meta de todo ser
humano viviente, tanto creyente como no creyente.
Si no considera su meta la santidad, no se
queje si el mal le ronda y le llegue a dominar.
¡Algún día llegará! Y lo debemos esperar para
que llegue el bien que hemos repartido, que, seguro, llegará.
¡Algún día llegará! En el que recibiremos lo
que hemos repartido, y que nos ayudará o perjudicará de acuerdo a lo repartido.
¡Algún día llegará! Y veremos y recibiremos al
final lo que hayamos repartido.
Confiando en la misericordia infinita de Padre
Dios pido y deseo que al que ha hecho el mal y ha pedido perdón, por haberse
arrepentido y haber reparado, recibirá el cielo prometido.
“¡Algún día llegará!” No lo dude, porque
llegará.
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