“¡SER LA SAL DE
LA TIERRA!”
Considero que
ser la sal de la tierra es un privilegio digno de la santidad.
“¡¡¡La santidad
debe ser la meta de todo ser humano!!!”
Todos: usted, el
vecino, el amigo… yo también, todos estamos llamados a la santidad.
“¡¡¡Alcanzar la
santidad es la gloria terrenal y luego la gloria de la eternidad!!!”
Hay muchos,
muchísimos santos que nunca llegaremos a conocer y que permanecerán en el
anonimato, pero que merecen la gloria terrenal y la celestial.
“¡¡¡Dichosa/o
quien vive la santidad, porque ayudará a los demás!!!”
Todos hemos
nacido para la santidad. De aquí surge la ineludible obligación personal, de
todos y cada uno de los mortales, de luchar por estar en el camino de la
santidad.
La santidad - lo
repito hasta la saciedad - no es patrimonio de quienes tienen creencias
religiosas. Todos, creyentes o no, estamos llamados a la santidad, por lo que
hay que luchar por estar en el camino de la santidad, para que al final de la
vida tengamos el activo que ayude a una muerte feliz, y a los creyentes la
eterna felicidad.
“¡Seremos sal de
la tierra si luchamos por la santidad!”
Ser sal de la
tierra nos permite vivir con tranquilidad y morir, también, con tranquilidad.
La tranquilidad
la da la conciencia de habernos comportado con honestidad y lealtad.
“¡La tranquilidad
de conciencia nos convierte en sal de la tierra, y si ayudamos a los demás
añadimos la santidad!”
Benditos y
alabados sean los santos, por ser honestos, participativos y leales, lo que nos
convertimos en la sal de la tierra que necesitamos para poder vivir y dormir
con tranquilidad.
“¡El amor a los
demás es una consecuencia de la santidad!”
“¡¡¡Ser sal de
la tierra: nuestra conciencia nos felicitará!!!”
“¡La conciencia,
que nunca duerme, es la gran aliada de la santidad!”
Fortalecer la
conciencia con la fe, la esperanza y la caridad nos dará la humildad necesaria
para vivir con intensidad la honestidad.
“¡La honestidad
es un cimiento importante de la santidad!”
“¡La santidad es
la meta que hay que alcanzar!
¿Qué nos ayudará
a conseguir y vivir la santidad? La honestidad.
La honestidad
con nosotros mismos y con los demás, es el camino de la santidad.
Ser la sal de la
tierra no es una devoción, es una obligación.
La conciencia
siempre nos dirá si somos la sal de la tierra.
La conciencia nos avisará cuando faltemos a la honestidad, y nos felicitarán cuando busquemos y luchemos por la santidad.
La conciencia nos avisará cuando faltemos a la honestidad, y nos felicitarán cuando busquemos y luchemos por la santidad.
“¡¡¡Ser la sal
de la tierra por ayudar a los demás, tratando que también sean santos, será la bendición
que nos hará brillar y ser el ejemplo que necesita la sociedad!!!”
“¡Ser sal de la
tierra y todo nos brillará!”
Ser sal de la
tierra y seremos el ejemplo con el que ayudamos a los demás, para juntos,
vivir la santidad.
La santidad es
la sal de la tierra si nosotros brillamos con la honestidad por ser
santos en la realidad.
“¡¡¡Ser sal de
la tierra, por la santidad, es una necesidad personal y social, para que
vivamos con felicidad y libertad!!!”
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