miércoles, 20 de junio de 2018

“¡QUÉ DIFÍCIL ES EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS!”








 “¡QUÉ DIFÍCIL ES EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS!” 
 
Me es muy difícil expresar con palabras los sentimientos. Lo he intentado y lo sigo intentando, y compruebo que aún no lo he conseguido. Pero seguiré intentándolo por honestidad, convicción, creencias, amor y necesidad. AMOR Y AMISTAD.

Para expresar los sentimientos sí he llegado a un convencimiento: “¡No basta con tener buena intención, se necesita tener iluminación y pedir perdón!” En definitiva: REZAR. Y por eso comienzo con el Padre Nuestro y la siguiente oración:

¡Ven o Santo Espíritu y si lo crees oportuno ayúdame a expresar mis sentimientos!

Mis sentimientos son una consecuencia de la educación recibida en valores, creídos y aceptados por mí.

Me educaron en el amor a Padre Dios y a ustedes como a mí mismo. Si no soy consecuente con esa creencia y mandato, falto a mis creencias, valores, fe y a mi honestidad, pudiendo llegar a pecar. La ausencia de amor lleva a la indiferencia y al odio.

Pero siguen sucediendo las mismas circunstancias y sigo siendo yo. Así y todo me aventuro a narrar, a expresar cuales son mis sentimientos.

Básicamente mis sentimientos son no faltar a mis valores, fe, creencia y honestidad, y todo precedido y dirigido por el amor a Padre Dios y a los demás. Esos son y deben ser mis sentimientos.

Cuando he actuado contra mis sentimientos he faltado. Todo pecado es una ofensa a Padre Dios, que nos ha creado con nuestra naturaleza y libertad. Y he pecado muchas veces.

Bien sabe Padre Dios lo que me he arrepentido y me arrepiento. He pedido y sigo pidiendo perdón hasta que me muera.

Mi alma la he manchado con mis pecados, y le dedico mucho tiempo a pedir perdón a Padre Dios y a todos los que les he faltado, y espero que me perdonen, porque he pedido y pido perdón con verdadero y sincero arrepentimiento y de todo corazón, y porque espero reparar.

He querido fortalecer mi voluntad y creencias para no pecar, y he pecado.

Confío en la misericordia infinita de Padre Dios y en la misericordia de mis prójimos más cercanos, y de ustedes, para poder tener el perdón de mis pecados.

Han sido y son un peso que necesito descargar para aligerar el peso en el camino que me queda por recorrer y poder llegar al final de la vida -ya cerca, lógicamente- habiendo recibido el perdón y poder llegar a la presencia de Padre Dios, que es todo lo ambiciono, deseo fervientemente y anhelo con ansiedad, para ser merecedor de la eterna felicidad. Ojalá hagamos juntos el camino y vayamos al cielo.

A ustedes, que la bondad les rebosa, les pido perdón y que perdonen mis pecados que les hayan dañado y ofendido, los que he cometido, y así Padre Dios también me perdonará y me permitirá entrar al cielo prometido.

¿Cuáles son mis sentimientos? El arrepentimiento.

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