“¡A SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO!”
Por favor: rogaría a quien pueda y sea tan
amable, me haga el enorme favor que le llegue a Su Santidad el Papa Francisco
este escrito. Gracias y que Padre Dios le siga bendiciendo. Creo que podemos
ayudar a muchos.
Santidad: Sean estas primeras palabras para
tratar de mostrarle mi total y absoluta disposición y admiración.
Disposición para todo aquello que pueda serle
de utilidad, en especial cooperar en su ayuda a los demás.
Admiración por la ingente labor que realiza
más allá de lo imaginado.
“¡La tecnología no suple la labor de ayudar
honesta, lealmente y con amor, así como la solidaridad a la que estamos todos
llamados!”
“¡Ayudar a los demás es una
obligación personal y social, y es una inminente necesidad!”
Creo que hoy somos más necesarios para ayudar
a los demás que en épocas anteriores, porque hay más personas y más necesidades.
La exposición, clara, concisa y manifiesta,
así como su publicación, de la urgencia existencial de explicar y propagar la
necesidad de vivir valores éticos, morales o religiosos, es absolutamente
necesaria para ayudar a los demás.
Ha llegado el momento de buscar personas, en
especial laicos honestos, cuyo ejemplo y palabra propaguen y divulguen, en
especial a los jóvenes, mediante cualquier forma de comunicación, la necesidad
de ayudar a los demás.
Creo que la juventud actual es bastante receptiva
para oír y hacer lo que le dicen quienes tienen autoridad moral por su ética
demostrada a lo largo de sus vidas, y para comprender que la felicidad se
incrementa, de forma exponencial, si se ayuda a los demás
Tenemos que buscar la forma de reunirnos con
jóvenes, y no tan jóvenes, y explicarles lo que es la felicidad y la libertad,
y lo que significa, en la propia felicidad y libertad, el ayudar a los demás.
Que aprendan a vivir la solidaridad como algo
necesario y natural.
Por mi larga experiencia, en los ámbitos
social, político y de la comunicación, he visto y he vivido los maravillosos y
efectivos resultados que tienen quienes, con su honesta participación,
experiencia, amor, fe y humildad han sembrado la semilla del ayudar de manera
concreta y efectiva.
Con el apoyo de Su Santidad al desarrollo de
esta idea de informar, se abrirían muchas puertas para entrar y explicar lo que
es la felicidad, lo que es la libertad, y cómo se consiguen y aumentan con la
ayuda a los demás.
Mi larga experiencia, en la vida social,
política e informativa, me ha enseñado y demostrado el poder que tiene quién,
con fe, honestidad, amor, y humildad, expone y explica, con gran facilidad, lo
que es ser feliz ayudando a los demás.
“¡Hay que tratar de informar a los jóvenes, y no
tan jóvenes, lo fácil que es aumentar la felicidad y la libertad ayudando a los
demás!”
“¡Ayudar es la antesala de la santidad!”
Cooperar al bien de los demás, enaltece el
alma e impulsa a seguir en ese maravilloso camino de la santidad, ayudando a
los demás.
SANTIDAD, le ruego, con el mayor cariño,
admiración y devoción, que nos apoye a quienes queremos, por amor, honestidad,
fe y humildad ayudar y servir a los demás.
Le ruego a SU SANTIDAD me considere su leal y
honesto servidor, en especial en estos momentos de urgente necesidad
de ayudar.
Servir y ayudar a los demás, debe ser la meta
a la que todos estamos llamados por amor, fe, honestidad y humildad.
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