“¡EL
VOLUNTARIADO!” “¡EL VOLUNTARIO!”
El voluntariado
es una forma evidente y activa de ser solidario.
El voluntario es
la persona capaz de realizar, con sus hechos y deseos, una ayuda eficaz a los
demás.
El ser humano,
con su hábitat natural, y todo lo que nos rodea natural, honesto y necesario
son signos evidentes del voluntariado de la solidaridad de la Naturaleza.
El voluntario
llena y lleva el alma y el corazón a cotas inimaginables. Es un ejemplo a
seguir e imitar si queremos ser felices y libres.
El voluntariado
hace a las personas más humanas, y engrandece y desarrolla las virtudes
convirtiéndolas en héroes de la realidad.
La realidad la
podemos alterar para el bien o para el mal.
Los no creyentes
con su voluntariado no solo ayudan a la gente, sino que fortalecen además las
creencias del creyente, de la persona de fe, y así por un camino u otro todos
se ponen en el camino de la santidad.
"¡Creer es
esperar y desear!"
"¡Creer,
esperar, desear, pero también desarrollar son las metas del voluntariado y los
hechos del voluntario!"
Creer en todo lo
que nos lleve al bien.
Esperar y desear
que el bien sea lo natural.
Desarrollar con
los hechos que ayudan eficazmente y por eso mismo también dignifican y
santifican al voluntario.
Creer, esperar,
desear y desarrollar. Que contribuyamos a mejorar y ayudar a quienes tienen
necesidades.
Hay
organizaciones dignas del mayor encomio y alabanza como son Cruz Roja, Cáritas,
Manos Unidas, Médicos sin Fronteras, Greenpeace etc. etc.
Todas ellas
luchan y trabajan por el bien de los demás sin pedir nada a cambio. Luchan y
trabajan a fondo perdido, pero encontrando la dicha inenarrable de servir y
ayudar a los demás, solucionando problemas vitales pues sin ellas la miseria
sería mayor, tratando siempre de superar y compensar la insolidaridad de los
demás.
Benditos y
alabados sean los solidarios en el voluntariado, de ellos es la gloria terrenal
y luego la eterna felicidad por dedicar su tiempo, esfuerzo y recursos, su
ayuda, a los demás.
El ejemplo es el
mayor reclamo, es la evidencia de lo mucho que podemos hacer por el bien del
que tiene necesidad.
Los demás necesitados
son nuestros familiares, vecinos, amigos y otras muchas personas a nuestro
alrededor porque todos, sin excepción, necesitan nuestra solidaridad.
Benditos y
alabados sean los solidarios en su voluntariado.
Seamos
voluntarios para llenar nuestras vidas en valores incalculables que ayuden a
los demás. Sin darnos cuenta esa entrega nos hará caminar por el sendero de la
santidad, y gozaremos de la plena felicidad.
Benditos y
alabados sean los voluntarios porque son solidarios.
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