La CONGREGACIÓN, una especie de casa
madre de todas las Religiones, es el nombre que se me ha ocurrido para el
Congreso de todas las religiones y de todas las personas que creen en Dios.
Apelo a la solidaridad mundial. A que el
bien supere al mal. A que Padre Dios sea el que nos una con un fin común:
Rezar.
La razón y el fin de ese Congreso sería
esta: “¡Que todas y todos, y de todas las religiones del Planeta Tierra, que
creen en Dios recemos al unísono por la solución de un problema concreto!”
Como meta de La CONGREGACIÓN propongo la
siguiente: “¡Rezar, millones de personas, al mismo tiempo, por la solución de
un problema concreto!”
Esos rezos, resultados de la unión de
todos los que creen en Dios, serían un ejemplo para imitar, y ayudarían a crear
una conciencia solidaria en el amor a los demás y a la sociedad mundial.
El gran valor y mérito de ese Congreso,
de “LA CONGREGACIÓN”, sería haber reunido a todas las Religiones para un fin
común: Rezar por la solución de problemas de la humanidad.
“¡Insistiendo que rezar es hablar con
Padre Dios directamente y al instante!”
“¡La honesta y participativa unión entre
los seres humanos, y el acuerdo común y solidario, tienen un poder arrollador!”
“¡Ante Dios, el que todos pidamos
por el mismo favor, debe ser una maravillosa plegaria universal!”
¿Quiénes organizarían ese Congreso? Una
comisión creada por todas y cada una de las Religiones, en la que cada una
tendría un solo voto, porque lo que vale y tiene poder es la religión y no el
número de fieles.
El principal fundamento y continuidad,
en el presente y en la historia, de ese Congreso “LA CONGREGACIÓN”, sería el
respeto, la consideración y el amor al ser humano, sea de la religión que sea, y sea creyente o
no. “¡Y todo por el amor a Dios!”
Ese Congreso se celebraría en el País
que se considere el más neutral en el aspecto religioso.
“¡¡¡La igualdad, el respeto, la
consideración, la humildad y el amor son el fundamento de ese Congreso, que
sería un ejemplo universal de hermandad, solidaridad y del amor a los demás!!!”
Se crearía una comisión que será la que
programaría y desarrollaría el Congreso, y daría continuidad a los acuerdos
tomados, aceptados y publicados por unanimidad.
Esa Comisión sería la que lleve los
temas a proponer en la Reunión anual, y a la información mensual de las razones
de la oración de ese mes y desde cuándo y hasta cuándo.
Las oraciones se harán en todos los
centros de oración o iglesias, por los fieles creyentes de todas las Religiones
y al mismo tiempo, si esto fuera posible.
Tratar, siempre que fuera posible, de
hacer lo acordado por la Comisión, al mismo tiempo, en todas las Religiones y
sus feligreses al unísono “¡¡¡Que fuera una oración universal a Padre Dios!!!”
“¡¡¡Esa Unión y participación
inter-religiosa será un ejemplo de humanidad, de humildad, de respeto,
consideración, solidaridad y de amor a la humanidad!!!”
“¡¡¡Todos pidiendo por lo mismo y al
mismo tiempo!!!”
Siempre debería tratarse de que fuese un
solo problema, y tomado por decisión unánime.
Ese comportamiento y acuerdo de un solo
problema para ese mes, lo definiría la Comisión inter-religiones, y sería
tomado por decisión unánime.
“¡Con ello se daría un ejemplo universal
del amor a Dios y al ser humano, y del respeto universal a los acuerdos tomados
y acordados!”
La Comisión podría tener, entre otros,
la actividad en la captación de nuevos agregados.
La Comisión comenzaría por pedirle al
mundo entero que se sumase a la oración. Se sea creyente o no. Y así la voz y
el rezo serían universales. Pidiéndole a los no creyentes, como a los creyentes, que hiciesen un pequeño
sacrificio.
El poder de la oración y de los pequeños
sacrificios es impresionante.
Esa Unión interconfesional, de un solo
Dios, no discriminaría a nadie, ni por el número de creyentes, para que todos
juntos, e iguales, hagamos la misma petición en la oración.
Los recursos se podrían obtener pidiendo
en los centros de culto o en las Iglesias.
La Comisión tendría sus cargos
correspondientes de acuerdo con las necesidades.
Cada Religión tendría un representante y
un suplente, para en caso de ausencia del primero.
Insistir en que todos los acuerdos se
deberían tomar y acordar por unanimidad, ya que el fin es ayudar, y en eso
todos deben de estar de acuerdo.
Todas las Religiones tendrían la
obligación de asistir y ayudar a quien tomase la decisión de hacer dicho
Congreso y que las conclusiones, de ese Congreso, tengan continuidad.
Eso sería un ejemplo universal.
El ser humano es bueno por naturaleza. Y
las Religiones deberían ser las que demostrasen, con su participación y acción,
que su fin es salvar a sus fieles, ayudando a los demás por el amor a Dios.
“¡El Dios es uno, y el mismo en todas
las Religiones!”
A las Reuniones se admitirían a otras
Religiones que no crean en un solo Dios, como oyentes, para que viesen y oyesen
que lo que hacen es por AMOR A PADRE DIOS Y AL SER HUMANO, por encima de
creencias.
¡¡Que Padre Dios ilumine las mentes y
los corazones de quienes pueden crear y desarrollar ese Congreso de Religiones,
“LA CONGREGACIÓN” de los que creen en Dios, y dar continuidad a las
conclusiones que se lleguen!”l
“¡¡¡¡¡¡¡Dios nos espera y nos oirá a la
humanidad entera!!!!!!!”
Creyentes o no.
Los problemas nos afectan a todos por
igual.
“¡¡¡¡¡¡¡Rezar es la solución!!!!!!!”
Recemos porque se constituya y se
convierta en una realidad ese Congreso de las Religiones que creen en un solo
Dios.
“¡¡¡¡¡¡¡ Rezar es la solución!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡Y Padre Dios nos oirá y nos ayudará!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡ Rezar es la solución!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡Y Padre Dios nos oirá y nos ayudará!!!!!!!”
Esta es mi novena sinfonía. Mi sinfonía de la armonía, del equilibrio, mi sinfonía del rezo.
No creo haber escrito nada tan
importante acerca del amor a Padre Dios, y del amor a usted y al resto de los
seres humanos.
Bendito y alabado sea Padre Dios en su
corte celestial, a la que aspiro lleguemos por la misericordia infinita de
Padre Dios.
“¡¡¡¡¡¡¡Abracémonos
hermanos del mundo entero!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡Dios está con
nosotros!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡RECEMOS!!!!!!!”
Mis datos son, para si en algo puedo ser
de utilidad:
Luis Cristóbal García-Correa y Gómez.
Carretera Gral. de Tamaraceite nº 35.
35018 Las Palmas de Gran Canaria.
España.