“CARPE DIEM”. FILOSOFAR Y ESPERAR.
Dedicada a mi amigo-hermano y admirado don Néstor Dámaso del Pino.
Dedicada a mi amigo-hermano y admirado don Néstor Dámaso del Pino.
Carpe
diem es la abreviatura de la frase que acuñó Horacio, poeta romano anterior a
Cristo.
“Carpe diem, quam minimum credula postero”,
cuya traducción, al español es: “Aprovecha el día de hoy; no confíes en el
mañana” o mejor “Recoge el fruto de cada día, y no lo dejes para mañana”.
“No
malgaste el día”. Aprovechar el
momento presente sin dejar las cosas de hoy sin hacer para otro momento futuro.
Esta
frase famosa me la recordó otro gran hombre, sabio y artista grancanario: don
Néstor Dámaso del Pino.
He
pensado mucho en ella. Y quisiera compartir con ustedes estos pensamientos.
Una
manera de desperdiciar la vida es convirtiéndose en una esponja: absorbiendo
sí, pero nunca aportando. Solo leyendo lo que dicen los demás sin aportar nada,
es, para mí, una manera grotesca e invalorable de perder el tiempo. De perder
la vida. Carpe diem. Recoge el fruto de cada día, da fruto cada día.
El
tiempo es el momento que vivo. ¿Qué hago con ese momento? ¿Aporto? ¿O soy un
pasivo que lee y escucha y no aporta nada? ¿Repito como un papagayo, sin
aportar nada de mi propia cosecha?
¿Qué
soy? ¿Un tambor? ¿Un espejo? ¿El eco? ¿Qué soy?
Carpe
diem.
La
vida es el momento que vivo. Momento que jamás se repetirá.
“¡¡¡Cada
momento de la vida es tan importante que, de acuerdo como lo utilicemos, así
será el aprovechamiento!!!”
¿Con
qué contribuyo al enriquecimiento de los demás y el mío propio? ¿Soy oyente y
no participante?
¿Cómo
aprovecho mi vida?
Vivir
es la gran oportunidad para aprender y compartir. Para amar y repartir. Para
compartir dando AMOR Y AMISTAD hasta ver la dicha de los demás.
Tratemos
de convertir los sueños en realidad. Los sueños realizables, no los utópicos o
imaginarios.
El
egoísta, el espantoso pasota, el despreocupado… ¿Qué rendimiento le saca a su
vida?
¿El
yo debe ser el nosotros? O es: “el yo de mi”. “¿Qué soy para los demás? ¿Qué
son los demás para mí?
¿Qué
aporto yo a los demás? ¿Nada, algo o mucho? ¿Qué soy yo?
“¡¡¡El
amor es el compartir el yo y convertirlo en nosotros!!!”
¿Cómo
amo? ¿Qué comparto? ¿Qué recibo? ¿Qué doy a los demás? ¿Qué significan los
demás en mi vida? Y así podríamos seguir diciendo y haciendo preguntas que, si
no hay contestación, es mala cosa. Habría que volver a considerar este consejo
del carpe diem.
“¡Aproveche
el día, dé fruto hoy, no confíe en el mañana!” “¡El mañana será otro día!”
El
mañana traerá los dichos y los hechos que llenarán otro día, pero no evitará
que el día de hoy haya quedado vacío para la eternidad.
“¡¡¡Carpe
diem, aprovechando el día para enriquecer y enriquecernos con los hechos y los
dichos propios y ajenos, para cosechar y dar fruto!!!”
Ser
esponja, absorbiendo y no dando, es perder la vida sin valor y contenido,
perdiendo el tiempo que no regresa jamás.
Absorber
y no digerir, le puede hacer a uno tener una mala digestión, que lo que le
produce es malestar y no bienestar, que es lo que debería ser.
Aproveche
la vida para llenarla de valor y contenido, y ayudará a los demás enriqueciendo
nuestra vida.
Llegará
al atardecer de la vida con valores y hechos que habrán llenado y enriquecido
la vida.
Siempre:
carpe diem. Aprovechar el día.
Mañana
llegará y lo llenaré de valor y contenido, porque he vivido y amado
compartiendo la felicidad y la libertad, y me ha enriquecido, y he ayudado a
los demás.
Carpe
diem: Aproveche el día. Y mañana será aún mejor. Ya tiene carga en la batería.
Carpe
diem: Aproveche el día. Y habrá llenado la vida.
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