“¡LA O LAS DESIGUALDADES SOCIALES!”
Todas las desigualdades son males que hay que atajar
y evitar.
Dormir tranquilo cuando existe desigualdad social
alrededor de uno, es ser un inconsciente, un enemigo de la sociedad.
No se puede vivir tranquilo mientras haya
desigualdad social.
Que vivamos despreocupados de la desigualdad social
es un signo de haber nacido y no haber recibido la educación en valores
morales, éticos o religiosos.
“¡La igualdad social es una meta, una necesidad de
toda la sociedad!”
“¡Eliminar la desigualdad social debe ser la meta de
todo pueblo, de todo país que se considere noble, leal, y honesto consigo
mismos y con los demás!”
Todos hemos nacido para vivir una vida normal.
Las grandes causas de la desigualdad social son
originadas por los pasotismos generalizados, o por el despotismo de los
políticos que tienen autoridad, cuando el pueblo no ejerce su autoridad.
Todos somos iguales, hermanos ante la ley natural,
social, política y judicial.
“¡Las desigualdades sociales reclaman la justicia
personal, social y nacional!”
Dormir tranquilo en estos momentos, porque se
dispone de los medios necesarios para vivir normal, es señal de no tener
valores humanos, ni divinos.
Las injusticias sociales y políticas que originan
las desigualdades sociales son un lastre social, que arrastran a una sociedad a
un mal general.
Benditos y alabados sean los pueblos que consiguen
eliminar las desigualdades sociales, porque han conseguido poder dormir y
despertarse, con la conciencia tranquila.
“¡Las desigualdades sociales arrastran al mal, sin
necesidad!”
“¡No hay quién la pueda eliminar la conciencia! ¡Se
podrá adormecer, intoxicar, inclusive acallar, pero no matar!”
La conciencia es un don que nos permite ver a la
realidad que nos circunda, más allá de la cercanía y las vivencias de cada día.
“¡La conciencia es el termómetro que marca la
temperatura de las vivencias de cada día!”
No hay hecho, no hay dicho, no hay pensamientos que
sean capaces de acallar la conciencia.
“¡Para dormir y levantarse tranquilo se necesita una
conciencia tranquila!”
“¡Las desigualdades sociales, los pobres, son el
grito aterrador de cada día!”
“¡Las desigualdades sociales tienen que desaparecer
si queremos progresar!”
“¡¡¡Sobre las desigualdades sociales se desarrollan
los males generales!!!”
Nadie está exento de pecado cuando, en su país, en
su pueblo, en su barrio, hay desigualdades sociales.
“¡Las desigualdades sociales tienen que desaparecer
para que el resto de la sociedad pueda ser feliz y libre!”
“¡Uno de los fundamentos de la felicidad y de la
libertad es el bien general!”
“¡Sin el bien general no existe, ni existirá, la
plena felicidad y la plena libertad!”
Las desigualdades sociales tienen que desaparecer
para poder tener un feliz y libre amanecer.
“¡Las desigualdades sociales son un pecado mortal de
la sociedad!”
“¡Todos somos culpables, si no corregimos las
desigualdades sociales!”
A mayor responsabilidad, mayor culpabilidad.
Que no disminuye la responsabilidad personal.
La responsabilidad personal en la desigualdad social
es personal e intransferible.
Por supuesto, el grado de responsabilidad depende de
la autoridad de cada persona en su sociedad.
“¡La desigualdad social es un pecado de lesa
humanidad!”