“¡LA PERSONA HACE LA INSTITUCIÓN!”
Las
personas hacen las instituciones.
La institución no hace a la
persona.
El poder de la persona es casi ilimitado. Y casi
ilimitado, porque solo Dios es ilimitado. Los seres humanos somos libres pero limitados.
El poder de la persona es impresionante.
Hay quién puede destruir, o al menos tratar de
destruir a una institución por ser esclavo del mal.
El mal, que es como el león rugiente tratando de
devorar, consigue devorar al ser humano si le damos la posibilidad de hacerlo.
El poder del ser humano es de gran magnitud, de
grandeza, de una fuerza enorme. Para hacer el mal o el bien.
Las instituciones las hemos creado los seres
humanos, y como tales deben estar al servicio de nosotros, con el peligro o el riesgo
de que surja un dominio personal de quien domina por la fuerza o por la
excesiva autoridad, cuando no hay un pueblo honesto, participativo y unido que
controle ese poder.
Las personas actuamos de acuerdo a los valores
morales, éticos o religiosos que nos infundieron nuestros padres, y que
nosotros hemos aceptado y desarrollado.
De las pocas disculpas que tienen las personas
inmorales, es no haber recibido, de sus padres, la educación en valores.
"¡Qué responsabilidad!""¡Qué enorme y
trascendental poder y responsabilidad tenemos los padres en la educación de
nuestros hijos!"
Los padres somos los únicos responsables de la
educación en valores de nuestros hijos.
Los colegios, las universidades, amplían esos
valores, pero nunca sustituirán a los padres en la educación a los hijos.
Las personas hacen las instituciones para que de
ellas nazcan y crezcan las soluciones a las necesidades y problemas sociales.
Lo contrario es la esclavitud por el poder del mal,
que ha impuesto su voluntad.
Endemoniados, haberlos los hay. De nosotros depende
hacer que desaparezcan y eliminarlos.
Las personas hacemos las instituciones para el bien,
y el resultado dependerá de que quienes las hicieron y gobiernan sean personas
de bien.
El mal no genera el bien, ni el bien genera el mal.
Las instituciones se crearon para el bien, si hay
mal es culpa de quienes las gobiernan en ese momento. Las personas hacen las
instituciones.
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