“INSISTIR EN LA JUSTICIA”
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Justo es quien da cada uno lo suyo.
La virtud de la justicia se fundamenta en la dignidad de la
persona.
Los cristianos deberíamos ser ciudadanos ejemplares. Cuesta, pero
no es imposible. Eso es lo que personalmente creo.
A diario se nos presentan ocasiones para ser justos: cuidar
nuestros juicios (también los internos) sobre los demás; pagar los salarios;
ser honestos en nuestro trabajo; participar en el bien de los demás…
Tratar a los demás con esmero, tanto de pensamiento, como de
palabra y de obra.
No basta con no causar daño. Hay que tratar de ser bueno.
Nos debemos plantear cómo vivo la justicia en familia, en el
trabajo, en la sociedad…
La vida y la moral cristiana nos exigen justicia.
Ser personas laboriosas, respetar la vida, la verdad, la
honestidad y la generosidad son algunas justicias que deben inspirar nuestro
comportamiento. Tratar de estar bien informado. No ser inquisidores, ofreciendo
solo juicios negativos.
Es fácil faltar a la justicia con la palabra, por ello hay que
tratar de ser lo más prudente posible. Y rezar mucho. Rezar mucho.
Los que comunicamos tenemos una enorme responsabilidad.
¡Por favor, recen por nosotros! Recen mucho. Gracias.
Debemos tratar de vivir los deberes de la justicia, en especial
con los más cercanos.
A los cristianos se nos impone ser justos ante Padre Dios, y por
ello cumplir más allá de lo meramente establecido por las leyes.
La economía debería estar sujeta a los principios superiores de la
justicia social, teniendo en cuenta la dignidad de la persona humana.
Todos deberíamos estar sujetos a esos principios.
Debemos tratar, delante de Dios y de los hombres, vivir los
deberes para nuestro prójimo: la justicia, la misericordia y la fidelidad.
Tener rectitud de conciencia, contribuyendo a una sociedad justa y
digna, en la que sea posible ser lo que somos, hijos de Padre Dios y hermanos
entre nosotros.
Me lo planteo a diario.
La honesta participación es la solución.
Si la vivimos plenamente, la felicidad y la libertad también serán
plenas.
¿A qué esperamos?
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