“¡SI QUIERO NO TENGO NADA QUE HACER!”
¡Cuántas personas útiles, sanas, con tiempo y en sus plenas facultades físicas e intelectuales no hacen nada por los demás!
No sé
el porcentaje, pero por la ausencia y necesidad de ellas, deben ser muchas.
Contando
sólo entre los parados y pensionistas que cobran ¿cuántos hay? Hay para
cambiar el mundo.
¡Qué
espato, Dios mío! ¡Qué insolidaridad!
Hoy,
y siempre, se necesita el concurso de los demás para la felicidad propia y ajena.
Es de un egoísmo exacerbado tener posibilidades y conocimientos y no utilizarlos en el bien de los demás. Guardarlos para si ¡¡qué egoísmo!!
Es de un egoísmo exacerbado tener posibilidades y conocimientos y no utilizarlos en el bien de los demás. Guardarlos para si ¡¡qué egoísmo!!
He
oído la siguiente frase, y con demasiada frecuencia: “me he ganado el derecho a no hacer nada”.
¿Quién tiene ese derecho y quien se lo ha ganado? NADIE, NADIE.
Usted se habrá ganado el derecho a tener una pensión, pero jamás a no hacer por los demás.
¡Qué aburrimiento! ¿Qué harán durante todo el día? ¿Cómo es posible vivir de esa forma tan egoísta y aburrida?
Usted se habrá ganado el derecho a tener una pensión, pero jamás a no hacer por los demás.
¡Qué aburrimiento! ¿Qué harán durante todo el día? ¿Cómo es posible vivir de esa forma tan egoísta y aburrida?
El egoísmo es un mal, incluso contagioso. Igual
debería ser el desprendimiento; ser una persona dada, entregada; que desea hacer cosas
y colaborar para el bien de los demás.
¡Qué enorme influencia tiene en la solidaridad la educación recibida de nuestros
¡Qué enorme influencia tiene en la solidaridad la educación recibida de nuestros
padres!
El
egoísmo reduce las posibilidades de aumentar la propia felicidad. Es un
limitador. El desprendimiento, por el contrario, libera taras, engrandece al alma, y
aumenta la felicidad.
Anatema a todo humano que egoístamente dice:” si quiero no tengo nada que hacer”. Nació por sus padres (les debe la vida), ha vivido por el concurso de los demás, y lo enterrarán por el trabajo de otros. ¿Aún puede decir :”si quiero no tengo nada que
Anatema a todo humano que egoístamente dice:” si quiero no tengo nada que hacer”. Nació por sus padres (les debe la vida), ha vivido por el concurso de los demás, y lo enterrarán por el trabajo de otros. ¿Aún puede decir :”si quiero no tengo nada que
hacer”?
Nadie, pero nadie, tiene el poder, y menos el derecho, a no hacer nada por los demás.
Nadie, pero nadie, tiene el poder, y menos el derecho, a no hacer nada por los demás.
El
egoísmo separa y resta, el desprendimiento une y suma.
Mi
bien es la suma de los bienes de los demás. Y mi mal es la ausencia de los bienes de los
demás.
¡Sí,
quiero hacer algo! Es lo normal y necesarios.
De
usted, de mi depende que cambiemos la crisis de valores y, como consecuencia, la crisis
económica.
Las
cambiamos con sólo querer hacer algo por el bien de los demás.
¡Únase, por favor! Y
cambiaremos el mundo.
¡Sí, quiero
hacer algo! ¿A qué esperamos?
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