“¡ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y A LA INMACULADA
CONCEPCIÓN!"
Alcanzaremos la felicidad eterna cuando, dirigidos por el Espíritu Santo Dios, cumplamos los Mandamientos que nos enseñó
Nuestro Señor Jesucristo Dios, quien los había recibido de Padre Dios.
Todo sucedió por la celestial bendición, cuando la Virgen Inmaculada aceptó el mandato del Señor.
Bendice Espíritu Santo Dios, Jesucristo
Dios y Padre Dios a tu pueblo, que por medio de la Inmaculada Concepción tenemos
el camino de salvación.
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