“¡IR DE LÍDER POR LA VIDA!”
Ir de
líder por la vida denota petulancia, arrogancia, falta de humildad, y sobre
todo falta de educación y de respeto a los demás.
La falta
de valores morales, éticos o religiosos -como consecuencia de la falta de
educación- es el cimiento en donde se edifica y se desarrollan los líderes que
van por la vida como salvadores de todos.
No
respetar y considerar a los demás es un pecado de lesa humanidad, un pecado que
daña a la gente.
Uno de
los mayores pecados personales y sociales que se pueden cometer es cuando vamos
de líderes por la vida.
Creerse
mejor que nadie. Insultar y no respetar. Presumir de verborrea. Exhibirse,
creerse un líder, y presumir de ser un líder, denota, claramente, la falta de
valores, es algo que le califica de antemano, y lo coloca en el lugar que le
corresponde: en el final de la escala social.
Quienes
van por la vida cómo líderes y salva vidas, se colocan a unas alturas
imaginadas, que, cuando tienen la suerte de darse cuenta de lo que en realidad son,
si no se agarran bien la caída es enorme y sonora.
"¡Cuanto
más alto se está, mayor es el talegazo!"
Tener la
oportunidad de ser oído y poder expresarse teniendo a un público que le
escuche, es algo muy bueno, pero si no hay respeto, humildad, honestidad y amor
por la educación recibida y aceptada, la caída y el descrédito son enormes.
Quién
falta al honor, a la honestidad y al respeto a los demás se rebaja a la
categoría de maleducado y de pequeño dictador.
Si, además,
se aprovecha de su posición, es un malvado, maleducado y un presumido de marca
mayor.
Si a la
carencia o falta de educación se une el odio y el rencor, cada vez que habla
quien va de líder por la vida manifiesta, de forma aterradora, su miseria moral.
"¡Los
que van de líderes por la vida son dados a discursos que ofenden a quienes
consideran sus oponentes o contrincantes!"
Hay quien
se apoya en compañeros, que son la claque del aplauso cada vez que ofende, y
así sigue en su perorata. Muchas veces eleva el tono para preparar a la claque
que luego le aplaudirá.
"¡Ir
de líder por la vida es caer en la tentación del mal!"
Ese tipo
de líder es bocatto di cardinale, pero no del bien, sino del mal.
El mal se
aprovecha, y le saca gran partido, a esos que van de líderes por la vida,
consiguiendo imponer su maldad. Con el agravante que los aplausos los enervan
aún más, y cada vez aumenta el insulto y así hasta que ya no tiene nada más que
decir.
La
humildad, la educación, la honestidad, el saber estar y respetar son los
cimientos del bien.
El bien
es en lo que nos debemos fundamentar para no ir como esos chocantes y espeluznantes
líderes.
Hay quien
se aprovecha de su posición o cargo para insultar, utilizando todos los medios
a su alcance, tales como visitar a alguien a quien hay que respetar y va en
mangas de camisa exteriorizando su desvergüenza y falta de respeto, tratando de
insultar, sin darse cuenta que quien se descalifica es él o ella y así queda retratado
como lo que es.
Dejan una
huella de maleducado -lo que hacen los que van de líderes por la vida- de
irrespetuoso, de rencor y odio, y quedan marcados a perpetuidad.
"¡Ir
de líder por la vida sembrando el mal, el mal recogerán!"
¡¡Lo que
se siembra se recogerá!!!"
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