“¡OÍR!” “¡SABER OÍR!”“¡SABER ESCUCHAR!”
Oír, saber oír, saber escuchar, es una de las
virtudes difíciles de tener y de practicar.
Hay que tener mucha humildad, honestidad, sinceridad
y amor a los demás para oír, para saber oír y para saber escuchar.
Hay una cierta tendencia a sentirse superior a los
demás, en especial cuando del tema de que se trata uno se considera más sabedor
que el interlocutor y no se tiene humildad.
La humildad es una virtud difícil de practicar si uno
no ha sido educado en valores que le permitan, y hasta exijan, oír siempre a
los demás, escucharles, poner atención.
"¡Escuchar y atender, sin interrumpir, es la
gran virtud de la humildad!"
"¡Quien se oye así mismo, no oye a los
demás!"
Oír, saber oír y saber escuchar, es la gran forma de
ganar amigos, porque es una forma de respeto y consideración con el
interlocutor.
"¡Que nos escuchen -ser oídos- es una necesidad
vital!"
Hay quien escucha y no oye.
Hay quien escucha y oye.
La diferencia entre el que escucha y no oye con el
que escucha y oye, es que el que escucha y oye vive una verdadera fraternidad,
y por eso está en camino de la santidad.
El espantoso ruido de la vorágine actual, por la
constante y variada información que da todo el mundo, está arrastrando a muchas
personas a la esclavitud, de forma arrolladora, convirtiendo al esclavo en
sumiso adorador del que informa.
La personalidad, creo, de una mayoría de la juventud
actual, su interés, es saber mucho de lo que dicen los demás, y ella o él no
aportar nada propio o algo original, por tener la mente obnubilada por la
constante y variada información que nos aturde. Muchos y constantes
comentarios, informaciones, datos, chismes, se reciben con gran facilidad, y no
se es capaz de juzgar y cribar, ni de asimilar críticamente, sino solo de
aceptar sumisamente. Que eso es la esclavitud. Oír y no escuchar, no
reflexionar, no estudiar.
¿Cómo convencer -a quien está esclavizado- que la
libertad es un atributo necesario para la felicidad?
"¡La felicidad es una necesidad vital para poder
vivir de forma normal y natural!"
La vida no tiene sentido ni valor cuando nos
sometemos a los demás simplemente por lo que dicen. Oyen, pero no escuchan.
"¡La información es una necesidad para poder crecer
como persona y para sentirnos mejor y actuar mejor! Pero una información bien
contrastada y asimilada."
"¡Qué difícil es saber a quién escuchar!"
Las maravillosas, rápidas y constantes informaciones
que, por los adelantos en la técnica nos permiten saber al instante lo que
sucede en las antípodas, no está siendo aparejada con la educación y el
pensamiento crítico capaces de entender y discutir toda información que se
recibe. Muchas veces la aceptamos, sin más. Saber oír y saber escuchar. Saber
pensar.
"¡Oír, saber oír y saber escuchar, saber pensar
por uno mismo, es propio de las grandes personas, a quienes debemos
imitar!"
Oír, saber oír y saber escuchar se convierte en
virtud cuando hay educación, humildad y honestidad para entender y juzgar lo
que nos dicen con suficiente capacidad, para no caer en la esclavitud de oír y
aceptar.
"¡Oír, saber oír y saber escuchar debe ser una
constante para mejorar nuestra vida!"
"¡Oír, saber oír y saber escuchar nos enriquece
y nos pone en el camino de la santidad!"
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